Abismo

¡Qué abismo! Me di cuenta de ello cuando veía Mientras seamos jóvenes, una interesante comedia de toques ácidos de Noah Baumbach. Todo se pone en marcha cuando una pareja de cuarenta y tantos conoce a otra de veintitantos… Sí, la famosa crisis de los cuarenta y tantos, pero en definitiva la búsqueda del santo grial de la juventud. Es decir, de los sentimientos que teníamos entonces, de la mirada fresca y nada cínica. De la libertad de sentir que puedes hacer cualquier cosa porque tienes todo el tiempo por delante, pero también del descoloque generacional porque te sientes joven pero no lo eres. Y entonces la película te muestra escenas y momentos realmente divertidos, cuando la pareja cuarentona comienza a salir con la de veintitantos y descubre una ciudad nueva, la misma en la que viven todos, pero que parece otro mundo totalmente desconocido.

Sin embargo nada es lo que parece, porque en realidad solo necesitamos un impulso para desbloquearnos, y eso es lo que le ocurre a la pareja de cuarenta y tantos, una nueva visión de sí mismos, y esa aparece cuando se ven reflejados en los jóvenes, y después del primer destello, en realidad no ven nada enfrente. Son jóvenes vacíos aunque aparenten vivir mucho, pero eso sí, con una gran ambición y mucho cinismo, en realidad, para hacer lo que quieren hacer, arrollando lo que sea y a quien sea, y utilizando todas las excusas necesarias para llegar. Qué interesante reflexión sobre el sentido del arte, de la creación, que no es solo tener éxito…

Al final veinte años sí son muchos, hay diferencias y distancia, el abismo generacional es real, pero hay que saber aprovecharlo para observar y, por qué no, vivir desde otra perspectiva realidades que nos facilitarán tomar decisiones que nos desbloquearán, y nos ayudarán a ser lo que somos, resultado de lo vivido y lo que queremos ser.