Cine Yold. Reportaje sobre Antonio Resines con motivo de su 70 cumpleaños

 

Antonio Resines, el papá de los Serrano cumple 70 años

Carmen Matas
4 agosto, 2024

Nos acostumbramos a sus personajes llenos de ingenuidad e inocencia, a verlo encarnar tipos simples, despistados, a medio camino entre tiernos y patéticos, así que cuando puso en escena un ser profundo y lleno de matices dramáticos supimos, por fin, cómo de grande era el talento de este actor. Es nuestro queridísimo Antonio Resines, un auténtico patrimonio nacional de nuestro país, y en esta semana en la que celebra su 70 cumpleaños, le dedicamos este homenaje.

El actor, director y productor Antonio Resines es cántabro, aunque difícilmente nadie pondría objeción alguna a presentarlo como madrileño. Nació en Torrelavega, pero desde muy joven Madrid ha sido la ciudad en la que se enamoró del cine, en la que se descubrió a sí mismo como actor, y es la que ha puesto los principales escenarios a su vida artística y familiar. En esta ciudad, que le permite paseos diarios por el Retiro, es donde forjó amistades tan entrañables como decisivas para su futuro profesional, es donde ha sido padre, y también esposo, por dos veces.

Y es que Antonio Resines contrajo matrimonio, por primera vez, con Marisol de Mateo, una profesora de primaria con la que tuvo su único hijo, Ricardo Fernández, y de quien se divorció casi diez años después.

Nació en Torrelavega, pero desde muy joven Madrid ha sido la ciudad en la que se enamoró del cine, en la que se descubrió a sí mismo como actor, y es la que ha puesto los principales escenarios a su vida artística y familiar

Muy propio de este hombre espontáneo y directo, la relación con su segunda pareja, la productora Ana Pérez Lorente Ynzenza, nació estando sus coches parados en paralelo en un semáforo; le propuso tomar una copa… y hasta hoy. Un amor a primera vista que le ha dado estabilidad como pareja, y también nuevos horizontes en la profesional. Juntos se embarcaron en la dirección del documental, Historias de nuestro cine, que resultó nominado a un Premio Goya, y en la autobiografía Pa´habernos matao: Memorias de un calvo, en la que el actor relata en tono anecdótico y divertido, su dilatada vida artística.

Antonio Resines, el hombre que para toda una generación siempre será Diego Serrano, no ha tenido siempre la vida de cara. Ha superado situaciones de salud, muy difíciles, muy complicadas. Y no solo porque su afición a las motos le dejara en varias ocasiones fuera de juego. En el año 2014, paradójicamente a consecuencia de una hospitalización por un nuevo accidente de moto, saltó a la luz la presencia de un cáncer de colon. Casi al mismo tiempo se le detectó una angina de pecho. En aquella ocasión, el accidente motero resultó providencial para él. Fue intervenido rápidamente de la arteria que tenía obstruida y se le extirpó el tumor cancerígeno. No sería la última vez que su vida iba a estar en juego.

Durante la terrible pandemia del Covid, Antonio Resines nos tuvo en vilo durante más de un mes, cuando supimos que había entrado en coma y permanecía en la UCI del Hospital Gregorio Marañón con pronóstico reservado

Durante la terrible pandemia del Covid, Antonio Resines nos tuvo en vilo durante más de un mes, cuando supimos que había entrado en coma y permanecía en la UCI del Hospital Gregorio Marañón con pronóstico reservado. De aquella tremenda experiencia de casi cincuenta días a finales del año 2021 el actor rescata hoy, y pone en valor, el abnegado trabajo sanitario, el afecto de su público, la ayuda incondicional de familia y amigos, y unos sueños delirantes a consecuencia de la fiebre y la medicación, que le hicieron vivir situaciones de espionaje y persecución demenciales que no se cansa de contar. La terrible experiencia forma parte, hoy, de las anécdotas más reiteradas en sus charlas y entrevistas.

 

Historias de nuestro cine.

Cómo llega al cine

Antonio Resines es el segundo hijo de una familia de cinco hermanos, en la que el padre ejercía de abogado, y su madre de ama de casa.  Parecía que su vida estaba destinada a continuar los pasos paternos, y ser un gran abogado. Tal es así que inició la carrera de Derecho. Pero no duró mucho. Se pasó a Ciencias de la Información en la Complutense de Madrid, y la diosa Fortuna le puso como compañeros de estudios a Fernando Trueba, Carlos Boyero y Óscar Ladoire. Se los conocía como el Grupo del Yucatán, porque todos ellos se reunían en una cafetería con ese nombre, en el madrileño barrio de Malasaña, a soñar películas propias. Después de algunos cortos rodados con muy escasos medios, el grupo se animó a un cortometraje, y llegó en 1980, Ópera Prima. Un film con el que los jóvenes cineastas revolucionaron el mundo de la gran pantalla, convirtiéndola en la película del año.  Quizá la peculiar simbiosis de ingenuidad y descaro de Antonio Resines, esa fórmula tan suya y personal, y que tan bien ha plasmado en tantos de sus personajes, fue determinante para que se atreviera a ponerse frente a la cámara empuñada por sus amigos y se lanzara a actuar. Hacerlo fue, para él, el comienzo de una fascinante aventura por la que lleva transitando casi cinco décadas y más de cien películas.

Se pasó a Ciencias de la Información en la Complutense de Madrid, y la diosa fortuna le puso como compañeros de estudios a Fernando Trueba, Carlos Boyero y Óscar Ladoire

Contar historias fue algo que lo sedujo desde muy joven. Ya en el colegio Santa María del Pilar, en Madrid, se ocupaba del periódico estudiantil y hasta llegó a editar una fotonovela. Pero dedicarse a la interpretación no estaba en sus planes cuando aterrizó en la Facultad, sino más bien moverse entre las áreas de dirección y producción cinematográfica. Lo de actuar sobrevino casi de modo fortuito. Pero lo enganchó para siempre.

La buena estrella. 1977

Hoy, Antonio Resines es un nombre reconocido y de prestigio en la industria del cine, con presencia en más de cien producciones que van desde la ficción o la comedia disparatada, al drama. Además, ha encarnado a los personajes protagonistas de algunas de las más importantes películas españolas, como la ya citada Ópera prima, o La buena estrella, bajo la dirección de Fernando Franco en 1997, que le valió un merecidísimo Goya al mejor actor. Entre sus mayores éxitos de taquilla se cuentan varias de las que rodó bajo la dirección de su gran amigo Fernando Trueba, La niña de tus ojos (1998), Sal Gorda (1983) y Sé infiel y no mires con quién (1985). También fueron filmes que lograron impacto en el público, Acción Mutante (1998) de Alex de la Iglesia, Todos los hombres sois iguales (1994) dirigida por Manuel Gómez Pereira, o Amanece, que no es poco, de José Luis Cuerda (1988).  Resines ha sido reclamado por innumerables y directores, cineastas de la talla y prestigio de Fernando Colomo, Mario Camus, Luis García Berlanda, Adolfo Aristarain, o Gracia Querejeta entre muchos otros.

 

La niña de tus ojos. 1998

Ese no es él

Antonio Resines, por suerte o por desgracia, estuvo durante mucho tiempo encasillado en personajes de comedia divertida. Esta circunstancia le permitió darse a conocer y lograr una enorme popularidad entre el público porque supo hacer de todos y cada uno de aquellos personajes, seres creíbles, próximos, cotidianos. Tanto, que a día de hoy cuesta creer que no es él todos, o alguno de esos hombres campechanos y sin malicia, que cae en trampas y enredos de pura ingenuidad. Y no, no lo es. Antonio Resines sabe darles voz, gestos, tics y andares a todos esos tipos, pero ninguno de ellos es él.

Dedicarse a la interpretación no estaba en sus planes cuando aterrizó en la Facultad, sino más bien moverse entre las áreas de dirección y producción cinematográfica. Lo de actuar sobrevino casi de modo fortuito

Sin embargo, ese reclamo continuado de su persona para comedias y ficciones delirantes, le privó durante demasiado tiempo de poder mostrar su capacidad para interpretar otros hombres; hombres surgidos de la desesperanza, de los traumas, de la enfermedad, del dolor. Y resulta curioso, porque en realidad sus primeros pasos en el cine, tras el debut en Opera Prima, fue en La Colmena. Una película con un elenco de lujo, donde sin lugar a dudas pudo aprender de los mejores. Pero su facilidad para interpretar personajes torpes y crédulos en comedia de enredos, lo fueron convirtiendo en el rostro de ese género en España.

Amanece que no es poco. 1988

Todo cambió cuando, en 1997, se convirtió en el Rafael de La buena estrella. El Goya que le concedió la Academia de Cine ese año, como Mejor Actor Protagonista, supuso un reconocimiento definitivo a su indiscutible calidad profesional. Al año siguiente, volvería a ser nominado en la misma categoría por su actuación en otra comedia dramática, La niña de tus ojos. Sus candidaturas a lo largo de los años para premios de interpretación han sido numerosas, y varios los galardones logrados por su trabajo en cine y televisión. Además, llegó a ser Presidente de la Academia de Cine en 2015.

Antonio Resines ha sabido, no solo mantener la ilusión, sino arbitrar fórmulas inteligentes para participar en nuevas y novedosas formas de estar en contacto con el mundo de la comunicación, el espectáculo, el mundo audiovisual

Así y todo, en el imaginario popular ha continuado siendo ese amigo campechano, vecino simpático, familiar noble que a todos nos gustaría tener. Un tipo entrañable, cercano, ocurrente, divertido; un tipo normal. Porque no solo será para siempre Diego Serrano, el padre viudo de familia de Los Serrano, la exitosa serie que en los 2000 le encumbró definitivamente y lo proyectó internacionalmente como ninguna otra interpretación hasta entonces, sino porque hasta en sus más recientes colaboraciones en televisión confirman esa personalidad de tipo divertido y cercano.

 

Los Serrano. 2003

Siempre actual

La presencia continuada de Antonio Resines en cine y televisión no solo obedece a que su persona encaja con el tipo de personajes que proponen las series y películas españolas, sino a que es un profesional que no se amilana ante los nuevos tiempos, que se atreve a experimentar y probar todo tipo de formatos de comunicación audiovisual, incluida la publicidad en radio y televisión. Y como si fuera poco, llega y se gana sin problemas a las audiencias jóvenes. Basta recordar que ha llegado a tener su propio cómic. El Sargento Resines, escrito por David Galán Galindo que ilustró Salva Espín, hizo del actor el protagonista de una disparatada comedia de acción.

A sus 70 años, continúa proyectando vitalidad, entusiasmo, energía. Antonio Resines ha sabido, no solo mantener la ilusión, sino arbitrar fórmulas inteligentes para participar en nuevas y novedosas formas de estar en contacto con el mundo de la comunicación, el espectáculo, el mundo audiovisual. De ahí sus habituales colaboraciones con presentadores y programas de máxima audiencia y prestigio televisivo, como El hormiguero de Pablo Motos o La Resistencia de David Broncano. Espacios en los que rápidamente ha encontrado su sitio para seguir llegando a un público de nueva generación. Uno que, del mismo modo que el que lo ha admirado y querido por sus más antiguos trabajos en cine y televisión, le profesa admiración, respeto y mucho cariño en cada aparición.

Y es que pensar una reunión, una comida, un encuentro aburrido con Antonio Resines, no entra en las posibilidades de ninguna mente. Menos aún, pensar una situación televisiva en la que Resines no consiga sorprender al público, ganar audiencia, o captar la atención.

Por ser quien es, y por ser como es, le deseamos un muy feliz cumpleaños. Y que cumpla muchos más.

 

No te pierdas la entrevista que concedió a Gente Yold: https://genteyold.com/como-minimo-el-50-en-mi-carrera-ha-sido-suerte/

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