GENTE YOLD. Hoy dedicamos este pequeño homenaje a uno de los actores favoritos de la generación yold
Danny De Vito, el “gigante” de Hollywood, cumple 80 años
Desde que empezó en el mundo de la interpretación supo utilizar su pequeña estatura -ocasionada por una extraña enfermedad- como su rasgo distintivo, una característica peculiar que le abrió sus primeras puertas. Aunque al principio le encasillaron en la comedia, él supo escalar hasta protagonizar películas memorables y dirigir sus propios y respetados films. Su historia no solo es la de una estrella de Hollywood, sino la de alguien que supo vencer a todo tipo de convencionalismos. Aprovechando su cumpleaños, hoy dedicamos este pequeño homenaje a uno de los actores favoritos de la generación yold.
Danny nació el 17 noviembre de 1944 en Asbury Park, un conocido barrio habitado por italoamericanos, ubicado en Nueva Jersey (Estados Unidos). De ascendencia italiana y albanesa, su padre era Daniel Michael, que tenía una tienda de golosinas, y que luego trabajaba desde casa como corredor de apuestas. Danny siempre tuvo palabras estupendas para él.
Su baja estatura es debido a una extraña enfermedad, diagnosticada como “rara” por el escaso número de pacientes que la han contraído. Se llama ‘el mal de Fairbanks’, y se define como un trastorno genético que afecta al crecimiento de los huesos. En su niñez, este problema le convirtió en objeto de las burlas de algunos de sus compañeros. Sin embargo, fueron mucho más los que vieron su genialidad, así es que, según lo que él mismo contó, le insistían para que fuera el delegado o representante de la clase, cosa a la que siempre se negó.
trabajó durante algún tiempo en una de las peluquerías que regentaba una de sus hermanas, donde se subía a un cajón para poder alcanzar la cabeza de sus clientas
Inquieto desde pequeño, Danny pidió a sus progenitores que le inscribieran en un internado religioso. Su padre atendió su petición, y el joven Dany fue inscrito en el Oratory Preparatory School, en Summit. Cuando salió del internado, trabajó durante algún tiempo en una de las peluquerías que regentaba una de sus hermanas, donde se subía a un cajón para poder alcanzar la cabeza de sus clientas. Ya desde entonces, aprovechaba su baja estatura para reírse de sí mismo, lo que le convirtió en el peluquero más divertido del salón de belleza. Esto le hizo ver que le gustaba actuar para la gente, así es que acabó matriculándose y graduándose en la prestigiosa escuela de interpretación Academy of Manhattan. Aunque para pagar el curso, tuvo que ejercer de camarero.
Pocos centímetros de estatura, kilómetros de talento
“Ponerme delante de una cámara fue el reto más grande que he asumido en mi vida, porque mi altura me acomplejaba muchísimo”, ha contado Danny en alguna ocasión. Pero, alentado primero por sus profesores de interpretación, desde el principio supo aprovechar este rasgo que, precisamente, le daba peculiar y única imagen personal. Esto le hizo destacar entre los compañeros de su promoción.
Ponerme delante de una cámara fue el reto más grande que he asumido en mi vida, porque mi altura me acomplejaba muchísimo
Comenzó su trayectoria profesional en el Teatro Eugene O’Neill, de Connecticut, y con el grupo de dramaturgas Westbeth Playwrights Feminist Collective, de Nueva York, en cuyos montajes conoció a la también actriz Rhea Perlman que -como veremos más adelante- se convertiría en la mujer de su vida. En su primera película hizo un pequeño papel, teniendo, nada más y nada menos, que a Sofia Loren, como compañera. El nombre del film, rodado en 1971, era Lady Liberty Italian: La mortadela y en ella interpretaba al alcalde de nueva York.
El joven actor empezó a adquirir notoriedad cuando dio vida a Martini, un joven discapacitado, en la versión de Broadway de One Flew Over the Cuckoo’s Nest (en España, Alguien voló sobre el nido del cuco; en Latinoamérica, Atrapado sin salida). A la hora de producir la versión en cine, Michael Douglas, que ya entonces era un amigo bastante cercano, le propuso repetir el papel en la gran pantalla, a las órdenes del director Milos Forman. El film se rodó en 1975 y fue su primer gran éxito, con el que pudo demostrar su gran talento.
Justo a continuación le reclutaron para interpretar al despótico jefe de una compañía de taxistas en Taxi, telecomedia en formato serie, que arrasó en Estados Unidos entre 1978 y 1983, convirtiéndole en una figura muy popular. Por su trabajo logró el Emmy y el Globo de Oro.
Danny fue encadenando, durante años, largometrajes inolvidables y exitosos y siempre acompañado de algunos de los grandes nombres del cine
Así, poco a poco, Danny fue encadenando, durante años, largometrajes inolvidables y exitosos y siempre acompañado de algunos de los grandes nombres del cine, entre ellas Terms of Endearment (1983), nada menos que con Shirley MacLaine, Debra Winger y, de nuevo, con Jack Nicholson); a saga de Romancing the Stone (1984), con Michael Douglas y Kathleen Turner o Twings (1988), una de sus más exitosas comedias, con su muy querido amigo Arnold Schwarzenegger .
Personalmente, de su extensa filmografía me quedaría con su papel como editor de un tabloide amarillista en L.A. Confidential. También en su interpretación de El Pingüino, el abominable villano de Batman Returns, de Tim Burton; uno de los directores que más lo aprecian, porque ha vuelto a recurrir él para Mars Attacks!, Big Fish y Dumbo.
Pero además, De Vito también ha triunfado como director de cine. Debutó como realizador con la comedia ligera Throw Momma from the Train, que él mismo protagonizó junto con Billy Cristal. Y la que posiblemente es su mejor película, The war of the Roses (1989), donde sus viejos conocidos Michael Douglas y Kathleen daban vida a un matrimonio mal avenido, cuya complicada relación parecía inspirada en misma unión bipolar amor-odio de Danny de Vito con Rhea Perlman. En 1996, dirigió a su esposa en Matilda y reconstruyó la historia del sindicalista desaparecido más controvertido de la historia de Estados Unidos en Hoffa, donde se reservó el papel de su mano derecha. Ha seguido ejerciendo como director, pero sus últimos trabajos, son comedias como Smoochy y Dúplex con poco interés del público, aunque a mí me pareció muy auténtica y divertida.
El regreso de un gigante
Su relación sentimental con Rhea Perlman daría para escribir un intenso melodrama. Se fue a vivir con ella poco después de conocerse, en los años setenta, y luego se casaron y tuvieron tres hijos. La pareja vivió treinta años entre continuas idas y venidas, al más puro estilo de Elizabeth Taylor y Richard Burton. En 2012 anunciaron su divorcio definitivo. “Se le van los ojos con otras mujeres”, declaró ella. Pero un año después anunciaron su reconciliación. “Se me vino el mundo encima sin ella”, reconoció él. Finalmente, la separación definitiva, pero sin divorcio, llegó en 2017. Siguen siendo amigos y comparten, en buenos términos, a sus tres hijos y a una nieta.
Precisamente, este año 2024, después de una década sin tener noticias suyas, coincidiendo con su octogésimo aniversario, Danny ha regresado de nuevo de la mano de Tim Burton con Bitelchus 2 y a su vez, poniendo su voz en otro filme de animación Migration. Cumple sus ochenta años este 17 de noviembre, situado en el primer plano de la actualidad, y siendo considerado una completa leyenda del cine. Desde Gente Yold le enviamos nuestras más cariñosas felicitaciones.
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