Mundo Yold. Consejos y trucos del pasado que nos reconcilian con el medio ambiente y la naturaleza

Eco trucos divertidos inspirados en la vida de nuestras abuelas

 

 

 

Inés Almendros
27 abril, 2020

Con la reciente experiencia de la pandemia del coronavirus y ante los serios problemas que sufre nuestro planeta, nos vamos convenciendo de la necesidad de cuidar el medio ambiente, aunque queda mucho por avanzar. Los que sí eran ecológicos, por pura necesidad, eran nuestros abuelos, cuya forma de vida se basaba en el aprovechamiento extremo y el reciclaje. Nadie quiere volver a aquellos tiempos, pero sí podemos recuperar algunas de sus costumbres, de una forma divertida y moderna.

El calentamiento global, la invasión de los plásticos, la basura de todo tipo que encontramos en cualquier lugar… Que el planeta tiene un serio problema ecológico, provocado por los humanos, es ya un hecho innegable. Por ello, empresas, famosos y hasta nosotros mismos nos concienciamos cada vez más de la importancia de ser ecológicos y respetuosos con el medio ambiente.  Además la experiencia de estar confinados por el coronavirus nos ha ayudado a valorar más las cosas que tenemos y a prescindir de algunas superfluas. Vivir con menos es posible y lo estamos comprobando. Porque, está muy de moda ir de “eco friendly”, pero la realidad es que somos un desastre; que cada vez consumimos más; que compramos masivamente, y a veces sin ningún sentido; que llenamos nuestros hogares de ropa, enseres y objetos que ni siquiera empleamos, y que mientras tanto la atmósfera se llena cada vez más de gases que provocan el efecto invernadero. O que en nuestros mares navegan millones y millones de toneladas de plástico. Entre otras tragedias ambientales…

Para arreglar el mundo que les espera a nuestros hijos, hacen falta acciones drásticas y globales, capitaneadas por los gobiernos de todo el planeta. Pero también cada uno de nosotros podemos contribuir y mucho, a mejorar la situación. Por ello, hoy hemos echado la vista atrás para inspirarnos en cómo vivían nuestros abuelos antes de nuestro consumo masivo e industrial. Una existencia muy distinta a la nuestra, generalmente en peores condiciones y mucho más sacrificada, pero con un planeta limpio y unos hábitos totalmente sostenibles. Y aunque no queremos volver al pasado, sí que podemos recuperar algunos de sus hábitos y costumbres, que no solo nos ayudarán a contaminar menos, sino también a ahorrar y hasta a llevar una vida más sana. A continuación van algunas propuestas, con un toque actualizado a nuestros días.

Hoy hemos echado la vista atrás para inspirarnos en cómo vivían nuestros abuelos antes de nuestro consumo masivo e industrial.

 

MANUALIDADES RECICLADAS. Nuestras abuelas y abuelos dominaban el mágico arte de dar nueva vida a las cosas. Por ello, una caja de zapatos se convertía en un costurero. En la caja de frutas se guardaban las herramientas. Los periódicos y revistas servían para envolver. La lata del atún a granel se utilizaba para guardar pañuelos. Con los posos del café se limpiaba la cocina; el hierro oxidado o la cáscara de huevo se echaban como abono a las plantas… Hay mil formas e ideas para reciclar todo tipo de objetos, sustancias y enseres, y hacerlo puede ser un interesante juego, especialmente fascinante para los niños. Aquí os dejamos unas webs donde encontraréis montones de ideas sobre ello.

http://diy.2ndfunniestthing.com/

https://decoratrix.com/reciclaje

https://elblogverde.com/16-ideas-para-reciclar-botellas-de-plastico/

VUELVE AL GUISO TRADICIONAL. Prescindir de los guisos tradicionales que hacían nuestras madres y abuelas es un completo error y más en los inviernos. Recuperarlos y adaptarlos a nuestra agenda actual es una buena propuesta, sana, barata, entretenida, práctica, económica y que, si nos organizamos, puede encajar perfectamente en nuestra agenda. Y por supuesto, también es mucho más ecológica que consumir alimentos preparados, que se fabrican de forma masiva y conllevan procesos industriales, envases, plásticos, etc. Un guiso con sus patatas, sus legumbres, sus verduras, su carne o su pescado y sus especias, puede durar varios días sin congelar y muchos meses congelado. Se puede cocinar durante el fin de semana y repartirlo en tápers para toda la familia. Además nos permite controlar nuestros propios ingredientes, añadir menos grasas, etc.

RESCATA LOS TRAPOS Y PAÑUELOS. Vivimos en la era del papel de usar y tirar -servilletas, rollos y, sobre todo, toallitas perfumadas-. Verdaderamente son muy cómodos, pero suponen un cada vez mayor consumo de recursos como la madera. Además, las toallitas de usar y tirar -ya conocidas como los monstruos de las cloacas- provocan brutales obstrucciones en nuestras redes de alcantarillado cuya limpieza nos cuesta a todos una fortuna. Un problema gigantesco que se puede aliviar si volviéramos a utilizar los pañuelos para la nariz de toda la vida, trapos para la cocina, servilletas de tela o toallas para nuestra piel, que se puede lavar y reutilizar durante años. Reciclar vieja ropa, sábanas o toallas de baño para reconvertirlas en pañuelos, trapos o toallitas puede ser entretenido y una forma real de ayudar al planeta. Eso sí, mientras dure la alarma sanitaria por la prevención del coronavirus procura utilizar un pañuelo desechable.

MÁS ANDAR Y MENOS COCHE. No solo nuestros abuelos, sino todos nuestros antepasados, realizaban una vida muchísimo más activa, que implicaba tener que caminar y realizar un gran esfuerzo físico en sus trabajos, incluyendo a las abuelas, que tenían que lavar a mano, hacer el pan o trabajar en el campo. Mucho ha cambiado la cosa para las últimas generaciones: algunos de nosotros apenas si nos movemos. Sabemos que se necesita voluntad para lograrlo, pero también conocemos las múltiples ventajas que tiene el pequeño acto de salir un poco antes de casa y dar un buen paseo, andando o en bici, por ejemplo, en lugar de ir a todos los lados con el coche. Ya hemos visto, gracias al confinamiento por el coronavirus, como el hecho de dejar de utilizar los vehículos ha supuesto la limpieza de la atmósfera. Así es que a partir de ahora procuremos seguir usándolos menos.  No solo vas a contribuir a que haya un vehículo menos en la carretera (y por tanto menos gases tóxicos en la atmósfera que tú y tu familia respiráis) es que, además es imprescindible para tu salud y para mantener tu peso. Para colmo, te sentirás mentalmente mejor, porque caminar libera endorfinas que estimulan tu sensación de optimismo y felicidad. Todo son ventajas, y las vas a comprobar. ¡Ah, y también es más barato!

Nuestras abuelas no solo preparaban ellas mismas el jabón para lavar los platos con aceite reciclado, sino que también hacían jabones de perfumería para su tocador.

COSMÉTICOS CASEROS. ¿Sabes que puedes elaborar tus propios jabones, tónicos o cremas en tu hogar? Nuestras abuelas no solo preparaban ellas mismas el jabón para lavar los platos con aceite reciclado, sino que también hacían jabones de perfumería para su tocador. Son productos naturales, mucho más limpios y ecológicos y menos agresivos para tu piel. Solo necesitas unos cuantos ingredientes que encontrarás en droguerías y tiendas especializadas, y podrás pasar un rato de lo más entretenido, que puede llegar a convertirse en un estupendo hobby.

https://www.hacerjabones.es/

https://www.cremas-caseras.es/blog/

APROVECHAMIENTO DE COMIDAS RICAS. Además de regresar a la cocina tradicional, existen muchas formas y recetas para aprovechar los alimentos, y no arrojar las sobras a la basura, en un mundo donde se tiran toneladas de comida cada día. Se trata de la famosa comida de aprovechamiento que está tan de moda ahora. Pero también hay elaboraciones de toda la vida que nos permiten conservar los alimentos naturales y sacarles todo el partido como las mermeladas, aceites o licores con nuestros sabores favoritos. Tal y como hacían nuestras abuelas.

Retomar la cafetera italiana de toda la vida nos proporciona un café excepcional, perfuma nuestro hogar y ¡sin cápsulas!

IMPRESCINDIBLE: REGRESAR AL CAFÉ DE TODA LA VIDA.  Animamos a todo el mundo a retomar lo que es un auténtico placer: el café calentito de nuestra cafetera italiana, de toda la vida. La única capaz de proporcionarnos ese café excepcional, exquisito y con un aroma inolvidable que perfuma nuestro hogar por la mañana, cuando más lo necesitamos. Un pequeño placer imprescindible, que tiene una enorme ventaja ecológica: ¡sin cápsulas! Pruébalo. Vale la pena.

ORGANIZA TU PROPIA FASHION WEEK ¿Quién de nosotros, cuando era pequeño, no se ha vestido con las prendas que fueron compradas para sus hermanos mayores o para sus primos, por ejemplo? Nuestras madres y abuelas se las apañaban para mantenerte el armario impasible ante el paso del tiempo. Un jersey o un pantalón de entonces, sin que fuese de una enorme calidad, podía durar años y hasta décadas, y ser utilizado por varias personas. Hasta los pantys se llevaban a la mercería para “cogerles los puntos”. En los últimos años, sin embargo, hemos pasado de aquel armario eterno a la compra permanente de ropa de usar y tirar. Una costumbre errónea que podríamos solucionar adquiriendo menos prendas, y reutilizándolas más. Intercambiar vestidos o faldas con tus hermanas o amigas es una idea tan divertida como práctica. ¿Por qué no organizar un día de “Pasarela entre amigas” para juntarse entre varias y que cada un aporte ropa que le puede servir a otra? Así podemos innovar nuestros outfits, sin tener que comprar, ni gastar, ni luego tirar. Por otra parte, también cada vez más hay tiendas de ropa de segunda mano presenciales y online, incluso de vestidos que sólo se ponen una vez -como los clásicos de las bodas- o de primera marcas, accesorios, etc.

(PD.: la industria textil es una de la que más recursos consume en todo el planeta).

 

Y además,

COSAS QUE NO DEPENDEN DE NOSOTROS, PERO TODOS ESPERAMOS. Reciclar las botellas de cristal, como hacían nuestros abuelos, ya es una realidad en algunas ciudades donde cada vez hay más tiendas, de todo tipo, que venden a granel. En otros sitios, ya hay máquinas que te premian cuando dejas tus envases de plástico, lo que ayuda a reciclarlos. Igualmente esperamos que los supermercados nos empiecen a dar la opción de comprar al peso las verduras, o los ingredientes para las ensaladas, que acumulan millones de millones de envoltorios de plástico. Quisiéramos también que los municipios se gastaran más en arreglar caminos y vías verdes por las que sea más fácil pasear en bici o andando. Y que regresaran las fuentes de agua de toda la vida, para que pudiéramos rellenar nuestra botella, en vez de comprar mil botellas desechables… Es una de los miles de soluciones que faltan por implementar para aspirar a un mundo más limpio, y que ojalá, formen parte de nuestro futuro. Este año 2020 nos ha traído importantes descubrimientos; esperamos que entre ellos esté la necesidad de consumir menos por el bien de nuestro Planeta.

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