MUNDO YOLD. Se cumplen 60 años de la muerte del icónico mimo de los Hermanos Marx
Harpo Marx, el mudo que más ha dado que hablar
Adolph Marx, mundialmente conocido como Harpo Marx, fue un ser talentoso capaz de inventar una técnica propia para tocar el arpa, capaz de hacer creer al mundo entero que no podía hablar, capaz de salir airoso de una situación de espionaje, y capaz de formar parte de los círculos intelectuales más selectos de su tiempo, con apenas formación académica. Transitó por la música, el humor, y la interpretación, hasta lo más alto del panorama artístico, y convirtió al estrafalario hermano mudo de los Hermanos Marx, en un icono del mimo, para generaciones. Se cumplen 60 años de su muerte, y sigue vivo en el recuerdo.
Harpo Marx fue el nombre artístico con el que Adolph Marx, el cuarto de los cinco hijos de la familia Marx, se consagró como comediante formando parte del elenco de los Hermanos Marx. Todos pertenecían a una muy modesta familia judío-alemana con una larga tradición como artistas de variedades, lo que seguramente facilitó que los hijos hallaran una salida natural en el mundo de la escena. Lo cierto es que la gran impulsora de aquella inolvidable troupe humorística fue la madre de la familia. Su empuje e ingenio lo dedicó por entero a lanzar a sus hijos a la fama. Entre las muchas y variadas estrategias que desarrolló para ayudarles, estuvo la de comprar una página entera de publicidad en un periódico para promocionar el espectáculo de los Hermanos Marx.
Harpo nació un 23 de noviembre de 1893 en Nueva York, y fue llamado Adolph. Pero durante la Segunda Guerra Mundial cambió su nombre al de Arthur para no herir susceptibilidades y alejar nefastas asociaciones sobre su procedencia alemana.
El niño que descubrió el arpa
De niño apenas asistió a la escuela. La abandonó a los ocho años, en el segundo curso, harto de sufrir lo que hoy describiríamos como bulling. Tampoco se le recuerda como un estudiante aplicado. La música se convirtió a partir de entonces en su gran afición. El que su madre y su abuela fuesen arpistas, le acercó a este instrumento. Y el que la familia no dispusiera de recursos económicos suficientes para pagar clases de música, hizo que aprendiera a tocarlo de forma autodidacta, inventando una técnica propia y original, que con el tiempo despertó el interés de músicos y profesores. Al parecer, fue la maestría con la que ejecutaba este instrumento lo que llevó a que su personaje de mudo, que se hacía entender con el arpa, acabara adquiriendo el nombre de Harpo.
De niño apenas asistió a la escuela. La abandonó a los ocho años, en el segundo curso, harto de sufrir lo que hoy describiríamos como bulling
Los Marx fueron una familia pobre y numerosa, en la que a menudo se pasaba hambre. En el apartamento de la calle 93 de Nueva York vivían los cinco hermanos: Julius (Groucho), Leonard (Chico), Herbert (Zeppo), (Milton) Gummo y Adolph (Harpo); así como el tío materno, Al Shean, responsable de los guiones para las actuaciones, la prima Polly, el padre de familia, Sam Marx, un gran cocinero y un mal sastre conocido como Frenchie, la madre, Minnie y la abuela. Los nombres con los que los Marx han pasado a la posteridad se decidieron, al parecer, durante una partida de póker.
Los Hermanos Marx gozaron de éxito y fama especialmente durante las décadas de 1920 a 1940. La original combinación que hacían de un humor absurdo y mordaz, a través de situaciones surrealista llenas de diálogos rápidos, sarcásticos e ingeniosos, supuso toda una innovación en su tiempo. Cada hermano aportaba una característica y un talento personal, con lo que creaban escenas muy dinámicas. Además, supieron aprovechar el salto del vodevil al naciente cine sonoro, con mucha lucidez. Lograron un resonado éxito con películas que son historia del cine, como Sopa de ganso o Una noche en la ópera.
Harpo Marx fue durante mucho tiempo un codiciado soltero, hasta que la actriz neoyorquina Susan Fleming logró conquistar su corazón. Se conocieron en una fiesta en Hollywood, tuvieron un noviazgo de cuatro años, y después de que ella le propusiera matrimonio en tres ocasiones, Harpo aceptó convertirse en su marido un 28 de septiembre de 1936. La pareja adoptó cuatro niños: Bill, Jimmy, Alex y Minnie, y vivió una feliz relación hasta la muerte del actor.
La boda de Harpo y Susan se conoció a raíz de una indiscreción del mismísimo presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, quien en unas declaraciones dijo que había enviado una tarjeta de felicitación a la pareja, por su boda. La casa del matrimonio en Palm Springs era muy pintoresca y estaba llena de animales, ya que Harpo era gran amante de los animales, adoptaba a los que encontraba por la calle o encontraba en la protectora.
El actor al que hicieron callar
Paradójicamente, Harpo el mudo, inició su vida artística como cantante. Fue en 1910 como integrante del grupo musical Los cuatro ruiseñores, del que también formaban parte sus hermanos Groucho y Gummo, además de un cantante llamado Lou Levy. Poco a poco se fueron incorporaron al grupo más hermanos y familiares hasta convertirse en una compañía de teatro de variedades.
Paradójicamente, Harpo el mudo, inició su vida artística como cantante
Pero lo cierto es que su persona ha quedado para siempre asociada al personaje estrafalario, con cierto aire de locura, y carente de voz. Harpo interpretó con tanta maestría el papel de mudo de los Hermanos Marx, que a menudo sorprendía a quienes le descubrían como un hombre muy conversador, fuera de los escenarios. Era difícil creer que no estuviese realmente privado de la capacidad de hablar.
Optó por explotar su faceta como mimo después de que un crítico escribiese que era muy divertida la pantomima que hacía del personaje, pero que desgraciadamente lo estropeaba cuando comenzaba a hablar
Optó por explotar su faceta como mimo después de que un crítico escribiese sobre su interpretación de Patsy Brannigan, en las obras Humor en la escuela (1912) y La recepción de Mr. Green (1913), que era muy divertida la pantomima que hacía del personaje, pero que desgraciadamente lo estropeaba cuando comenzaba a hablar. El actor escribió años más tarde en la primera de sus dos autobiografías, ¡Harpo habla! publicada en 1961, que comprendió que debía explotar su capacidad como mimo, y volcarse de lleno a encontrar recursos escénicos que no requiriesen del habla. Desde entonces empezaron a prescindir de darle diálogos, y su personaje mudo de pelos naranjas bajo sombrero de copa aplastado, empezó a incorporar elementos como el arpa, la bocina, y la amplia gabardina llena de bolsillos, de la que hasta lo más improbable podía salir.
En el papel de agente secreto
Entre las historias más increíbles de este actor está la que le convirtió, por algunas horas, en agente secreto. Ocurrió en el año 1933 cuando el actor realizaba una gira, ya separado del grupo familiar y en solitario, por la Unión Soviética. Tras una actuación en el Moscú de Stalin, y antes de su regreso a los Estados Unidos, el embajador norteamericano le pidió que sacara por la frontera unos papeles secretos, que le ataron a la pierna y disimularon bajo el calcetín. Y él, así lo hizo.
Tras una actuación en el Moscú de Stalin, sacó por la frontera unos papeles secretos, que le ataron a la pierna y disimularon bajo el calcetín
Pero no fue la única situación memorable, que protagonizó. También entabló una relación cercana con el Príncipe de Gales que, tiempo después, se convertiría en el Rey Eduardo VIII. El encuentro ocurrió en el transcurso de un acto benéfico que tuvo lugar durante una visita de los Hermanos Marx a Londres, en 1930. Harpo hizo la presentación del acto ante la alta sociedad británica, y aprovechó la situación para desplegar todo su carisma y talento como mimo. Unos días después fue invitado por el príncipe a una cabalgata, a la que se presentó disfrazado, volviendo a provocar la risa del aristócrata.
Idéntica fascinación le produjo a la gran Greta Garbo, con quien entabló una sólida amistad que se prolongó durante años. La gran estrella del cine solía visitar a Harpo en su domicilio y sentada en el suelo junto a él, pasaba horas de conversación y de risas.
Harpo se introdujo, por mérito propio y no por tener una gran formación académica en la tertulia del neoyorquino hotel Algonquin. Aquel era un espacio de intelectuales que mantenían conversaciones sobre la actualidad con un lenguaje ingenioso, mordaz y lleno de ácido humor. Formaban parte del exclusivo círculo del Algonquin periodistas, escritores, críticos, actores y actrices. Entre otros, la escritora y crítica teatral Dorothy Parker, el columnista Franklin Pierce Adams, y el dramaturgo y director George S. Kaufman. Su don para atraer el interés de personalidades brillantes de la época queda en evidencia también a través de la amistad que entabló con el afamado dramaturgo George Bernard Shaw o con el gran músico George Gershwin, quien compuso una pieza original para una función teatral de Harpo.
Fue del todo innovadora la fusión que hizo de la actuación mímica con la interpretación de piezas musicales
Aunque su carrera en solitario no logró éxito, ya que según los entendidos su talento como actor requería de un entorno de diálogos como el que propiciaban las películas con sus hermanos, Harpo sigue siendo una figura recordada, querida y admirada.
A pesar de los sesenta años transcurridos desde su muerte a los 70 años, ocurrida el 28 de septiembre de 1964 en su mansión de Hollywood, Harpo Marx sigue siendo una figura muy viva y presente en el imaginario de quienes aman el cine, la comedia, y el talento. Muy difícilmente pueda ser alguna vez, olvidado.
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