MUNDO YOLD. Todo empezó cuando el fundador, Eugène Schueller, inventó un tinte revolucionario…

La historia familiar del imperio L´Oreal

Redacción Yold
28 octubre, 2024

Con más de un siglo de historia, L´Oreal es una de las marcas más famosas de todo el mundo. Sus icónicas campañas son protagonizadas por algunas de las mujeres más famosas. Pero detrás de la mayor firma de cosmética y belleza del planeta, se encuentra una historia familiar: la de Eugène Schueller que inventó y comercializó un tinte que revolucionó el sector de la peluquería. La de su única hija, Liliane, que heredó e hizo expandir la firma. Y la de Francoise, nieta e hija de los anteriores, que se vio obligada que inhabilitar a su madre por sus desmanes en su vejez. Hoy nos sumergimos en esta apasionante historia familiar de genialidad, dinero y belleza.

Con más de un siglo de historia, L´Oreal es una de las marcas más famosas del mundo. Sus icónicas campañas son protagonizadas por algunas de las celebrities más reconocidas: Jane Fonda, Andie MacDowell, Eva Longoria, Kate Winslet, Helen Mirren, entre otras, son algunas de sus embajadoras. Sus productos llegan a todo el planeta y su slogan “porque yo lo valgo” es más que publicidad: se ha convertido en toda una declaración de principios.

A lo largo de las décadas, las mujeres más bellas del mundo han participado en la publicidad de L´Oreal. Aqui, Cybil Shepard

Pero, como todo imperio, nació gracias a la iniciativa de un ser humano, el químico francés, de origen alemán, Eugène Schueller, que tuvo la idea de crear un tinte para cabello tremendamente exitoso llamado Auréale, que a su vez, terminó dando nombre a la compañía. Desde entonces hasta hoy, y a diferencia de casi todas las grandes empresas que empezaron siendo familiares, L´Oreal continúa en las manos de sus descendientes. Eso sí, superando múltiples dificultades y desencuentros. La hija de Eugene, Liliane, fue conocida durante décadas como la mujer más rica del mundo, pero acabó siendo inhabilitada por su propia y también única hija, Françoise Bettencourt, después de que esta descubriera que había regalado buena parte de su fortuna a uno de sus amigos.

Sus productos llegan a todo el planeta y su slogan “porque yo lo valgo” es más que publicidad: se ha convertido en toda una declaración de principios.

A día de hoy, Françoise sigue siendo la mayor accionista de la empresa, que ha ido adquiriendo otras marcas del sector de la cosmética como Maybelline, Garnier o Lancôme y firmas de moda, como Valentino y Saint Laurent. Hoy nos adentramos en la historia de L´Oreal, o lo que es lo mismo, la historia de una de esas poderosas familias que forman una saga casi de película.

Eugène Schueller

Un producto para cada necesidad

A principios del siglo XX las mujeres se lavaban el cabello una vez a la semana y utilizaban champús caseros. Respecto al color del cabello, las escasas variedades de tintes que les aplicaban en las peluquerías requerían mucho tiempo de exposición, duraban poco y comportaban riesgos y problemas sanitarios por su composición elevada en plomo y otros ingredientes tóxicos. En ese escenario Eugène Paul Louis Schueller, un químico nacido en París, de origen alemán, graduado en el Instituto de Química Aplicada, y con una visión empresarial única, creó un producto revolucionario en el ámbito de la cosmética: un tinte más duradero y seguro, y mucho menos dañino para el cabello, con el nombre de Auréale, inspirado en el peinado en forma de aureola que estaba de moda en aquel momento. El nombre que posteriormente serviría para bautizar a la marca, transformándolo en “L´Oreal”.

La Primera Guerra Mundial supuso un parón para la empresa: Schueller se alistó con el ejército francés y luchó en las batallas de Chemin des Dames.

En 1919, con el éxito de sus productos, Eugène funda en París la Société Française de Teintures Inoffensives verter Cheveux, para la comercialización de sus tintes. La Primera Guerra Mundial supuso un parón para la empresa: Schueller se alistó con el ejército francés y luchó en las batallas de Chemin des Dames. Aunque fue condecorado por sus hazañas en la guerra, a la vuelta retomó su negocio, expandiendo su marca por toda Francia, lanzando nuevos productos, como la espuma limpiadora O´Cap, o el champú Dop, el primer champú “para todos los públicos”.

En 1934, la compañía sacó otra marca icónica: Ambre Solaire, el primer aceite que contaba con un filtro para proteger del sol. En esa época en Francia se empezaron a conceder las vacaciones pagadas a los empleados del país, que viajaban con sus familias a la playa. El propio Eugène era muy aficionado a la vela y detectó la necesidad de proteger la piel de los rayos solares. De esta manera, se puso de moda la piel morena, en vez de los cutis blancos que se llevaban antaño. Una vez más, Schueller supo dar respuesta a las necesidades del mercado, en su momento adecuado.

Ambre Solaire, el primer aceite protector de la historia, otra genialidad de Schueller.

Un genio de la publicidad

Schueller también fue un genio en el campo de la publicidad. Desde el principio se rodeó de los mejores diseñadores de carteles. Hizo anuncios en la radio y lanzó una revista de belleza, que llegaba a más de un millón de mujeres. También emprendió acciones de marketing revolucionarias, como cubrir por entero edificios con sus anuncios o mandar azafatas a recorrer Francia para mostrar el aceite Ambre Solaire. Su creatividad y espíritu emprendedor le valieron un “Óscar de la publicidad” en 1953, cuando L’Oréal ya estaba marcando la pauta en la industria de la belleza y la cosmética internacional.

Schueller contrataba a algunos de los mejores cartelistas dde los años 20 y 30

Liliane Bettencourt: la mujer más rica del mundo

Dice la leyenda que los ricos también lloran, y en la vida de la familia Schueller también hubo lágrimas, aparte de riqueza. Casado con Louise Madeleine Berthe Doncieux, que era pianista y profesora de solfeo, el empresario solo tuvo una hija, de nombre Liliane, nacida en 1922. Pero la pequeña quedó pronto huérfana, pues su madre falleció cuando ella una niña. Aunque posteriormente volvió a contraer matrimonio con Annie Grace Burrows, Liliane sería la única hija de Eugène y su heredera universal. Padre e hija estuvieron siempre muy unidos; desde que era pequeña, el empresario la introdujo en los secretos del negocio. La niña compaginaba sus estudios con pequeños trabajos en las fábricas, como poner etiquetas en los productos. Pero al mismo tiempo, Schueller comenzó a formar a uno de sus ejecutivos, François Dalle, para mantener la gestión de L´Oreal.

Durante la Segunda Guerra Mundial, y dado su origen germano, Schueller afianzó sus relaciones con empresas e instituciones de la Alemania nazi

Durante la Segunda Guerra Mundial, y dado su origen germano, Schueller afianzó sus relaciones con empresas e instituciones de la Alemania nazi, lo cual posteriormente perjudicaría gravemente su prestigio, sobre todo acabada la contienda. Sin embargo, también salió adelante: desde los años 40 hasta nuestros días, L´Oreal se consolidó como la mayor empresa de su sector de todo el mundo. En 1950, Liliane se casa con André Bettencourt, empresario, político y amigo de su padre, que había sido ministro durante el gobierno de Charles de Gaulle. En 1957, Eugéne fallece y ella se queda a cargo, como heredera universal. Se convirtió, según las estadísticas de la época, en la mujer más rica del mundo, rango que mantendría durante muchos años. Junto con André formó un matrimonio aparentemente consolidado y estable, con solo una hija: Françoise. Aunque siempre permaneció a la cabeza de la firma, Liliane mantuvo a Fraçois Dalle como director y presidente general. Dalle se ocupó de la gestión y consolidó la expansión mundial de L´Oreal con productos que se vendían en todo el planeta.

El caso Bettencourt

Sin embargo, todo cambió a raíz de la muerte de André: en 2010 Françoise reclama la incapacitación de su madre -que ya tenía casi 90 años- tras comprobar que esta había realizado donaciones absolutamente escandalosas a su amigo François-Marie Banier, un fotógrafo con el que mantenía una relación especial desde hacía bastantes años; y ello, pese a que Banier era abiertamente gay. A través de las grabaciones secretas que Françoise logró gracias al mayordomo de la familia, se supo que durante años Liliane había hecho a Banier regalos valorados en más de un millón de euros, incluyendo cuadros de Picasso y Matisse y otras costosísimas posesiones. Finalmente, la justicia apoyó a Françoise, y Liliane, -junto con sus millonarias posesiones-, quedó bajo la tutela de su hija.

Cartel de la serie de netflix El caso Bettancourt

El escándalo -conocido como “caso Bettencourt”- fue tan mayúsculo que dio lugar a una serie de Netflix. No solo hizo pública la confrontación familiar entre madre e hija, sino que también destapó un feo asunto de evasión fiscal y donaciones ilegales de Liliane a ministros de Nicolás Sarkozy.

Liliane Betancourt cuando se convirtio en la mujer más rica del mundo

Un imperio que sigue creciendo

Tras la muerte de Liliane en 2017, a los 94 años, Françoise Bettencourt Meyers, al igual que había sucedido con su madre, se convirtió en la mujer más rica del mundo, al heredar una fortuna estimada en más de 100.000 millones de euros. Casada con Jean Pierree-Meyers, Françoise sigue siendo la accionista mayoritaria, y sus dos hijos Jean-Victor y Nicolas -futuros herederos de la firma- ya forman parte del consejo de administración.

Tras la muerte de Liliane en 2017, a los 94 años, Françoise Bettencourt Meyers, al igual que había sucedido con su madre, se convirtió en la mujer más rica del mundo, al heredar una fortuna estimada en más de 100.000 millones de euros.

Al contrario que su madre, Françoise es reservada, discreta, evita la atención mediática y protege su vida privada. La madre disfrutaba del lujo y del privilegio de ser una de las mujeres más ricas del mundo. La hija prefiere el anonimato y la sencillez, y ha manifestado en que el dinero no es el centro de su vida, sino los valores familiares y la ética.

Las diferencias entre ambas herederas han influido en la forma en que han gestionado el imperio L’Oréal y sus respectivas vidas. Liliane Bettencourt tuvo un papel decisivo en L´Oreal y desde muy joven se volcó con pasión a la gestión empresarial para expandir y consolidar el imperio cosmético. También disfrutaba con las actividades benéficas, los eventos glamorosos y la exposición pública. Francoise, por el contrario, ha delegado sus responsabilidades empresariales y se ha volcado a una vida más intelectual y académica. Es pianista, y autora de varios ensayos sobre la Biblia, y la mitología.

Una de las pocas fotos de la familia Bettancourt, padres e hija.

Una creció en un tiempo en el que ser una mujer de negocios era algo extraordinario y excepcional. La otra pertenece a una generación con un enfoque muy distinto sobre la ética y la responsabilidad social.

A día de hoy, el coloso de la cosmética lleva décadas liderando el sector y batiendo récords de facturación. Actualmente L’Oréal opera en más de 150 países, cuenta con más de 87 mil empleados, seis centros de investigación, cuarenta plantas de producción y más de doce mil patentes registradas.


Entre las embajadoras actuales de la firma se encuentran algunas de las mujeres más famosas del mundo

A día de hoy, el coloso de la cosmética lleva décadas liderando el sector y batiendo récords de facturación. Actualmente L’Oréal opera en más de 150 países, cuenta con más de 87 mil empleados, seis centros de investigación, cuarenta plantas de producción y más de doce mil patentes registradas. La firma aglutina 36 marcas del sector de la belleza que van desde productos de lujo hasta cosméticos accesibles, asegurando así su presencia en todos los niveles del mercado. L´Oreal está implicado en numerosos programas sociales y siempre se ha alineado junto a los movimientos de empoderamiento femenino. El “porque yo lo valgo”, ya no es solo un slogan, sino una declaración de principios. En pleno siglo XXI, la compañía, que ha cumplido ya más de 110 años de historia, ha demostrado que la innovación, la ética y la responsabilidad social pueden ir de la mano. El legado de L’Oréal parece estar en buenas manos y continúa prometiendo un futuro brillante.

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