GENTE YOLD. Joaquín Sabina anuncia su retirada definitiva de los escenarios.
La larga gira de despedida de Joaquín Sabina
Todo llega a su final, y la carrera de uno de nuestros cantautores yold más míticos, parece que también. Con el lanzamiento de su último tema El último vals, y el anuncio de una larga gira por España y Latinoamérica, Joaquín Sabina anuncia su retirada definitiva de los escenarios. !
Al principio de este año que ya languidece, 2024, Joaquín Sabina, con 75 años recién cumplidos pidió al realizador Fernando León de Aranoa que se pusiera detrás de su cámara para realizar un videoclip de su canción Un último vals (2024), que como su título indica, suena a despedida anunciada.
En el vídeo, aparece Joaquín sentado en la barra de un bar cualquiera. Al establecimiento van llegando “amigos, confidentes y compañeros de viaje”, como el cantante Leiva, el escritor Benjamín Prado, los músicos Andrés Calamaro, y Jorge Drexler, el poeta Luis García Montero, o el popular torero José Tomás, entre otros.
Era el video dedicado a una despedida anunciada, pero única: y es que el cantante ha anunciado su marcha de los escenarios con una gran gira por España, Latinoamérica y Estados Unidos, que tendrá lugar a lo largo del año 2025, con el nombre de Hola y Adiós.
Sin duda, el anuncio de su despedida adquiere especial importancia para sus seguidores de tantos años, de décadas, quienes ya han agotado muchas de las entradas puestas a la venta.
De exiliado a ídolo en su país
Joaquín Sabina nació en Úbeda (Jaén), febrero de 1.949, hijo de una anónima ama de casa llamada Adela Sabina, y del inspector de policía Jerónimo Martínez Gallego.
“Cuando era más joven, viajé en sucios trenes que iban hacia el norte.
Y dormí con chicas que lo hacían con hombres por primera vez
Compraba salchichas y olvidaba luego pagar el importe.
Cuando era más joven me he visto esposado delante del juez”
.
Corría el año 1968 cuando el agente Jerónimo Martínez se enfrentó al trago de detener a su propio hijo, acusado de lanzar un cóctel molotov al interior de una sucursal granadina del Banco Bilbao Vizcaya. Y es que Joaquín, ya desde muy joven, tenía clara su condición de rojo, revolucionario, anticapitalista y sobre todo, rebelde con y sin causa.
Aquel acto fue calificado por el régimen franquista como terrorista, pero Jerónimo, arriesgando su puesto de comisario no cumplió la orden de arresto, aunque le aconsejó desaparecer de España hasta que se calmaran las cosas.
“Mi exilio en Londres cambió toda mi vida para bien”, diría el artista.
El lugar de destino fue sencillo de elegir: Londres se había convertido en un imán que atraía a todos los jóvenes inconformistas europeos. En la capital británica, Joaquín vivió unos años mágicos, llenos de experiencias. En los años setenta de los post Beatles, pudo conocer a algunos de los grandes músicos del momento, como George Harrison, quien al parecer le dio una propina mientras Sabina actuaba en un restaurante mexicano.
“Cantar vino por casualidad. Estaba exiliado en Londres en el tardo-franquismo que diría Umbral. Lavando platos como todo el mundo. Vi que en cada restaurante había un caradura que cantaba como el culo y cobraba más que yo ¡y las chicas se iban con él! Yo tenía una guitarrita y me sabía cinco o seis canciones. Nunca fantaseé con ser cantante. Nunca. Vino. Como vienen las cosas que no tienen mucho sentido”, dijo Sabina en una larga entrevista para el canal 24 Horas.
Una vez que España aprobó su primera Constitución, ya en 1978, a Joaquín Sabina le devuelven su pasaporte, lo que significaba que podía volver a su país sin temor de ser arrestado. Incluso, llegó a hacer la mili, como lo testifica una increíble foto de aquella época.
Ese mismo año, ya en Madrid, publica su primer disco: Inventario, donde la mayoría de las canciones eran temas que aparecían en el libro Memorias del exilio (que había publicado dos años antes en Londres y distribuido por el propio Sabina).
Empieza a ganar mayor popularidad con su segundo disco, Malas compañías (1980), que contiene canciones que se convirtieren inmediatamente en clásicos y le abren las puertas de la radio y televisión. Frecuenta el local La Mandrágora, donde conoce a Javier Krahe (con el que funda la banda Ramillete de Virtudes) y Alberto Pérez, junto a los cuales publica en 1981 un álbum con el mismo nombre del bar. Comienza además colaboraciones con otros artistas reconocidos como Ana Belén, Miguel Ríos, o Joan Manuel Serrat, junto a estos últimos publica el álbum Juez y parte (1985). Y así, en plenos años ochenta, Joaquín Sabina se convierte en uno de los nombres míticos de la música con letra española.
Genio y figura, hasta más allá de la sepultura
Años de luz y de fuego, de subidas y bajadas, de caídas inmensas hasta la depresión, han construido la vida, siempre intensa, del cantautor. Y en la misma, también muchas parejas conocidas, idas y venidas que él ha narrado en sus canciones. Con uno de sus amores, Isabel Oliart, tuvo a sus dos hijas, Carmela y Rocío, con las que mantiene una fantástica relación, aunque siempre se posicionaron en segundo plano de la fama. Pero la paz en el plano sentimental le llegó con Jimena Coronado, la mujer con la que comparte vida y obra desde hace más de veinte años; con la que se desposó en el año 2020, en plena era del COVID. El propio artista compartió las fotos de su boda en aquel Madrid de las mascarillas.
Ahora, nuestro poeta cantautor particular, anuncia gira y despedida definitiva, con un amplio recorrido que empieza el 25 de enero en Ciudad de México (donde todas las entradas están agotadas pese a permanecer varios días), y continúa por Los Ángeles, Miami, San Juan, Lima, Buenos Aires…A partir de mayo del 25, la gira llega a España, y se pasearé prácticamente por todas las ciudades importantes. Esta es la semblanza de la propia gira, en la página oficial, que os dejamos abajo para los interesados:
“Sabina cuelga con HOLA Y ADIÓS sus guantes de piel de poesía y guitarra trasnochadora rellenos del polvo de la carretera y la manta, del intenso carmín de las mil veces mil y una noches, remendados tantas veces con el hilo de la derrota y la hebra de la esperanza, y preparados para ofrecernos un último nocaut emocional de más de dos horas de duración con una veintena larga de temas que son ya plegarias universales del sueño imposible del amor y del querer meterle mano a la vida. HOLA Y ADIÓS será la despedida multitudinaria de una garganta que, sin destilar, rezuma impía e impúdica verdad; de un bombín que es sinónimo de golfería dandi y pícara caballerosidad; de una icónica silueta perfilada con humo de cigarrillo y güisqui sin soda. Por supuesto, esa esencia trasnochada jamás dejará de escribir las historias y canciones que siempre le rondarán la mente. El oficio del poeta no piensa jubilarse, tampoco el del creador nocturno”.
La despedida de un genio siempre es una oportunidad única. Esperamos que la disfrutéis.
Ángel Domingo Pérez.
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