Gente Yold. Entrevista al actor Manuel Morón, protagonista de “7 años”.

“Trato de tener muy claro al servicio de qué historia estoy y qué cuento con mi personaje”

 

Hoy, 28 de octubre se estrena en Netflix “7 años”, la última película de Manuel Morón; un thriller que ha rodado junto a Paco León, Juana Acosta, Alex Brendehmül y Juan Pablo Raba. Aprovechando el momento, hemos entrevistado a este polivalente actor, con un amplio bagaje tras de sí. 

 

“7 años” es el título de la última película de Manuel Morón: un impactante thriller que es, además, la primera producción cinematográfica española de Netflix, y que cuenta la historia de cuatro empresarios que, en un espacio reducido y en 24 horas, deben decidir quién se sacrificará para que el resto se salve. Una sugerente historia que se emite de forma simultánea en varios países a través de su plataforma. A Manuel Morón le hemos visto en numerosos proyectos, tanto en teatro como en cine y televisión.

Morón nació en Cádiz en 1956 y, aunque siente que la vida le llevó a la actuación y no fue nada premeditado, no ha dejado de formarse y profundizar en la actuación, ya sea para preparar sus papeles, como para enseñar a otros. Aunque empezó en grupos amateurs de teatro, también apareció en pequeños papeles en películas como “Nada en la nevera”, “Plenilunio”, “Todo sobre mi madre”, “Los lobos de Washington” o “Yoyes”, a finales de los años 90. Pero es en el año 2000 cuando salta a la fama interpretando el papel de padre en la película “El Bola”, de Achero Mañas. Desde entonces no ha dejado de aparecer en numerosas películas como “Smoking Room”, “El principio de Arquímedes”, “La noche de los girasoles”, “Mataharis”, “Celda 211” o “Marsella”, por citar solo alguna de ellas. También ha hecho televisión: ya aparecía a finales de los 90 en “Turno de oficio” o “Farmacia de guardia”, hasta llegar a papeles más recientes en “Crematorio” o “La que se avecina”. El teatro y numerosos premios completan una carrera en la que no sin desperdiciar ni un segundo, se ha afianzado con reflexión y cabeza.

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Gente Yold: ¿En qué proyectos estás trabajando ahora?
Manuel Morón: “Comienzo en breve un seminario para actores hasta diciembre, varios coachs y he comenzado a estudiar y preparar un proyecto de Marta Díaz de Lope, una directora joven que arranca su primer proyecto“.

G.Y: ¿Cómo encontraste la vocación de ser actor? ¿Cuáles fueron tus primeros pasos?
M.M: “La vida me fue llevando… Comencé en Cádiz, primero en grupos amateurs y luego con compañías de teatro independientes. Mi curiosidad me llevó a formarme en el Instituto del Teatro de Sevilla y de allí me fui a Argentina con el maestro Gandolfo. En Argentina conocí a mi maestro Juan Carlos Corazza, con el que me sigo formando en su estudio, donde imparto clases de interpretación desde hace más de 20 años“.

G.Y: Los personajes que interpretas suelen ser cercanos, reales, conflictivos, ¿cómo los preparas?
M.M: “Trato de comprender su comportamiento, cada uno es de su padre y de su madre, trato de tener muy claro al servicio de qué historia estoy, qué cuento con mi personaje… Y el resto es lo normal: poner mente, espíritu, emoción y cuerpo donde sólo hay palabras y acciones escritas…“.

G.Y: ¿Escoges este tipo de papeles o te llegan? ¿Has rechazado alguna vez algún papel?
M.M: “Hasta ahora me llegan así, las historias me tienen que decir algo, si no me suelo quedar con las clases y la investigación… Siempre he tenido la oportunidad de elegir hacerlo o no, pero no he elegido los proyectos, me han elegido ellos a mí. Más que rechazar, me gusta decir que no me veo en determinado tipo de proyectos, y no me he visto en bastantes que me han llegado. Las razones son muchas y variadas“.

G.Y: Eres actor pero también has dirigido y eres profesor ¿cómo llegas a estas nuevas profesiones? ¿Según vas cumpliendo años te sientes mejor en una o en otras tareas?
M.M: “Para mí no hay mucha diferencia, la hay en la forma, pero no en el fondo. Siempre se trata de un equipo… Es como lo de cine, teatro y televisión: la diferencia puede ser muy grande o mínima, ahora mismo para mí apenas existe. La vida, si la escuchas, te lleva, te abre puertas… jajaja… Según voy cumpliendo años, hay papeles que ya no podré hacer, pero se me abre un mundo de personajes apasionantes que están por escribirse…“.

“Según voy cumpliendo años, hay papeles que ya no podré hacer, pero se me abre un mundo de personajes apasionantes que están por escribirse…”.

G.Y: Te has preocupado de formarte en el ámbito de la psicología y la pedagogía, ¿crees que ayuda para la interpretación o solo como profesor?
M.M: “En mi caso me ha ayudado muchísimo como actor y me sigue ayudando mucho más de lo que parece. Hace que uno se mire menos el ombligo y que abra más la cabeza a los que tienes enfrente o al lado…“.

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G.Y: ¿Cómo ha evolucionado el mundo de la interpretación? ¿Se concibe y trabaja de manera distinta ahora la enseñanza y la interpretación?
M.M: “En España ha evolucionado bastante debido, sobre todo, al empeño de muchos profesionales que vinieron de otros países y a nuestros actores y maestros de mi generación anterior que tuvieron más curiosidad y un espíritu más inquieto. Creo que todavía nos queda bastante para evolucionar… Todavía estamos demasiado pegados a los comportamientos “naturalistas y sentimentales” y hay poca exploración sobre lo que lleva a los personajes a hacer lo que hacen. Han proliferado multitud de escuelas y compañías y esto, sin duda, hará progresar y crecer nuestra profesión, o al menos eso espero, porque también corremos el peligro de quedarnos en un nivel amateur… Aunque esto es para hablarlo con más detenimiento“.

G.Y: ¿Dónde te sientes más cómodo, en el cine, la televisión o el teatro? ¿Qué diferencias tienen para ti como actor?
M.M: “En estos momentos la diferencia para mí de trabajar en uno u otro medio es mínima, y en las tres me siento cómodo. El teatro es la casa del actor se quiera o no, la libertad que tiene un actor en las tablas no la tiene en los otros medios… pero si hablamos de comodidad… ahora mismo me siento cómodo en los tres ámbitos“.

G.Y: Estamos en un momento en el que se llenan los teatros y no tanto los cines, ¿por qué crees que es?
M.M: “Creo que tiene que ver con lo de siempre, la gente no es tonta, puede que se lo haga pero no lo es. Las grandes distribuidoras/productoras, que acaparan los cines, están ofreciendo cada vez más tonterías para la cabeza y el corazón de la gente. Las historias que pueden llegar y hacer bien no tienen acceso a las salas (salvo 3 excepciones…); entonces veo normal que la gente no se asome al cine y lo consuma en casa. Tal vez el teatro les esté ofreciendo la posibilidad de encontrar experiencias que antes encontraban en los cines“.

G.Y: Tienes un papel en la primera película española producida y distribuida por la plataforma Netflix, “7 años”, ¿hay una nueva manera de entender el cine y la televisión? ¿Es solo una cuestión de financiación y distribución?
M.M: “De los negocios del cine no estoy nada enterado ni me interesan. Me parece bien que existan este tipo de plataformas y que se apoyen en el cine como manera de ganar dinero, aunque no me gustaría que desapareciera el cine como espacio de encuentro, quizás habría que reinventarlo. Pero, por ejemplo, con Netflix tengo la oportunidad de acceder a unos productos de calidad, tanto en películas como en series, que en la cartelera no encuentro (salvo como siempre las 3 ó 4 excepciones de todos los años, pero es demasiado poco). No sé si es financiación o distribución, pero en el rodaje de “7 años” ha sentido un respaldo y apoyo detrás, que hacía varios años que no sentía rodando, donde lo normal es notar mucha fragilidad y escasez en la producción sostenida solamente por la solvencia de los equipos técnicos y artísticos…”.

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“No me gustaría que desapareciera el cine como espacio de encuentro, quizás habría que reinventarlo”.

G.Y: ¿Qué ventajas profesionales crees que tienes a tus años? ¿Qué es distinto ahora que cuando empezaste? ¿Qué crees que puede aportar la edad?
M.M: “No siento que tenga ventajas profesionales con mi experiencia, siento ventajas artísticas que me aportan los años de tanto trabajo. Sin trabajo no hay nada, con los años solamente no puedo ir de aquí a la esquina. Lo que puedo aportar con la edad no lo sé con seguridad, quizás una mirada un poco más serena ante los temas de los guiones o los conflictos de los personajes, esto que se llama “poso”, que a mí me hace mucha gracia pero que, en el fondo, son muchos años de trabajo“.

“Esto que se llama “poso”, que a mí me hace mucha gracia pero que, en el fondo, son muchos años de trabajo”.

G.Y: ¿Qué proyectos de futuro tienes? ¿Cómo te gustaría verte en siete años?
M.M: “Tengo por estrenar “La conspiración” de Pedro Olea en TVE, que la tienen metida en un cajón; “Ebre, del bressol a la batalla”, de Román Parrado para TV3 y CANAL SUR, y “Oblivion Verses”, del iraní Alireza Khatami, una coproducción europea. Entre manos algunas lecturas de guiones, habladurías con directores, algunas más en firme que otras, etc. Verme en el futuro me cuesta porque aprendí a ir día a día, “partido a partido”, jajajaja, quizás que productores y directores sigan pensando que les puedo ser útil para sus proyectos…“.

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G.Y:¿Qué te gusta hacer cuando no trabajas? ¿Cómo te cuidas por dentro y por fuera?
M.M: “Cuando no trabajo, lo que hago es trabajar, jajajaja. Veo teatro, últimamente muchísimas series, alguna vez voy al cine. Disfruto de mi mujer y mi hija, leo todo lo que puedo, todo lo que me echen de música. En cuanto al cuidado, suelo prestar atención a las comidas, medito y suelo caminar todos los días durante hora y media…“.

Paloma S. Molina

Fotografías: Antonio Beas, de Krassia Photography para Gente Yold

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