Nicole Kidman acaba de atravesar el ecuador de los 50 años, en el que sin duda es el mejor momento de su carrera artística y en un también buen momento personal. Casada desde hace años con el famoso cantautor country, como ella australiano de origen, Keith Urban, con una vida familiar estable, y lejos ya de los años en que se metió más botox del recomendable debajo de la piel, Nicole está que se sale en este 2017: en este año que cumple los 50 ha recibido el Premio Especial del Festival de Cannes, en el que además ha presentado al mismo tiempo nada menos que… ¡tres películas y dos series!

Nicole con otras compañeras en la última edición de Cannes

Espectacular con su físico yold y un estilismo alabado por la crítica de moda, la actriz acudió al festival con su marido, al que dio un enorme abrazo delante de los medios al tiempo que se le escapaban unas lágrimas.

-“Trabajo mucho porque mi profesión es mi pasión y mi manera de expresarme”, dijo a la prensa la actriz en Cannes, donde fue tratada como una auténtica reina, y donde presentó The Killing of a Sacred Deer, de Yorgos Lanthios;  How to Talk to Girls at parties, de John Cameron; The Beguiled, de Sofía Coppola y una nueva temporada de Top of the Lake, de Jane Campion. Además, en este año Nicole también ha estado nominada al Oscar por The Lion. 

En The lion, uno de sus últimos títulos

Divorciarse para triunfar

Aunque la mayor parte del mundo la conoció cuando se hizo pareja del archi famoso Tom Cruise, Nicole para entonces ya llevaba recorrida una larga carrera como actriz; de hecho, había sido la protagonista del thriller Calma total, una espléndida película de suspense donde aún lucía su característica melena de rizos.

La joven Kidman y su espectacular melena 

Nicole y Cruise se conocieron rodando Días de trueno, que fue un importante éxito de la época y ayudó a dar a conocer a la actriz, en plena promoción de su carrera. Se casaron en 1990 en las Montañas Rocosas, en Colorado, y durante años fueron una de esas parejas perfectas que ocupaban las portadas de las revistas de medio mundo. Adoptaron dos hijos y aguantaron juntos diez años. En 2001 se divorciaron; según los medios “especializados” porque ella no soportaba su estricta interpretación de la cienciología, la iglesia de Ron Hubbard en la que el actor se iba metiendo cada vez más.

Lo cierto es que su matrimonio con Cruise, a nivel profesional, no le vino nada bien: mientras estuvieron juntos, Nicole era más conocida como la esposa del famoso actor, que por sí misma o por sus trabajos. La hemeroteca recoge declaraciones de algunos de sus directores de aquella época, en las que comentaban que la australiana (nacida en realidad en Hawai, por el traslado profesional de sus padres) no era lo suficientemente valorada porque los medios aludían a ella como la “señora de Cruise”.

Nicole ha ganado ya tres Globos de Oro

Tras el divorcio, llegó un romance que se ha conocido hace poco con Lenny Kravitz y algún otro flirteo hasta que Nicole encontró al hombre de su vida en la figura del cantante neozelandés de música country, Keith Urban. Aunque no es muy conocido en España, Urban es un auténtico mito de su estilo musical en su país y en Estados Unidos. Nicole tuvo su primera hija biológica, Sunday Rose Kidman-Urban, en 2008 (nótese que el primer apellido es el de ella) y la segunda, Faith Margaret, con el proceso de vientre de alquiler, en 2010.

En lo personal, Nicole tiene fama de ser tremendamente estricta, meticulosa, trabajadora y perfeccionista como actriz y bastante prudente, pero buena amiga, en lo personal. De hecho, mantiene muy buenas relaciones con compañeros como Hugh Jackman y Russel Crowe.

Su separación de Cruise no solamente supuso un cambio radical en lo personal, sino sobre todo en lo profesional. En Eyes wide shut (1999), la maravillosa y última película de Stanley Kubrick, fue memorable su interpretación de mujer adúltera en sueños:

La crisis personal, la fase inmediatamente anterior y posterior al divorcio, coincidió con dos de sus títulos más importantes: Moulin Rouge, película por la cual estuvo nominada al Oscar a la mejor actriz, y Los otros, de Alejandro Amenábar, con la que los españoles la empezamos realmente a amar. El Oscar llegó finalmente al año siguiente, con Las horas, donde con una narizota enorme, daba vida a la escritora Virgina Woolf.

La fantástica Dogville está considerada como obra de culto, al igual que su interpretación. También subió a los cielos de las críticas gracias a Cold Montain en 2003.

Con una interrupción de unos años, en los que parece no haber acertado tanto al elegir sus papeles y después de una época en la que fue muy criticada por el abuso del botox (algo que parece haber superado definitivamente), los últimos años de Nicole han sido espléndidos, hasta desembocar en este 2017, en el que ha recogido los frutos sembrados durante toda una carrera y toda una vida.

A los 50 años, Nicole tiene un Oscar, tres Globos de Oro, un Bafta, un Oso de Plata y un montón de premios más. Es Embajadora de Buena Voluntad de Naciones Unidas, y colabora en numerosos proyectos benéficos, además de mantener su propia fundación.

Tiene una gran familia (con cuatro hijos) que, según siempre confiesa, es su prioridad, y reconoce, como todo buen yold, estar en su mejor momento: “En este punto de mi vida intento ser audaz, abierta, probar cosas y apoyar cosas en las que creo”, ha dicho recientemente, en este año, que es su año. Nos encantas Nicole.

Más información:

http://nicolekidmanofficial.com/

Inés Almendros