GENTE YOLD. El artista cumple 75 años, cantándole a la vida y al amor.
Pablo Abraira, la voz más romántica de los 70
Pablo Abraira cumple 75 años. ¿Dónde y con quiénes celebrará el camino recorrido? Muy probablemente con esa familia a la que siempre ha preservado de miradas, flashes y micrófonos, con los buenos amigos de profesión y de vida, y planeando nuevas aventuras profesionales. Hoy echamos un vistazo al que fue y sigue siendo uno de los iconos yold inolvidable y maravilloso. El único e inigualable Pablo Abraira.
¿Hay algún YOLD que no conozca las canciones de Pablo Abraira? ¿Hay alguno que al evocar ese nombre no recuerde el rostro seductor de clarísimos ojos verdes y exagerado bigote, del intérprete de Gavilán o paloma?
Hubo un tiempo en el que el amor era impensable sin que la voz de Pablo Abraira le pusiera banda sonora. Eran años en los que, para el joven de mirada clara, melena larga y espeso bigote, los éxitos discográficos se sucedían uno tras otro, y las giras internacionales como estrella de los más importantes musicales del momento, eran habituales.
Sin embargo, de un modo casi imperceptible esa presencia cotidiana en televisiones y radios empezó a diluirse. Y casi sin darnos cuenta, un día nos quedamos huérfanos del ídolo que arrastraba masas de fans, que cautivaba con su presencia, que había hecho de su estilo y sus rasgos distintivos, la imagen de una época. ¿Cómo pudo ocurrir?
Hubo un tiempo en el que el amor era impensable sin que la voz de Pablo Abraira le pusiera banda sonora
Y es que la vida es así de caprichosa. Lo fue cuando decidió que Pablo naciera repentinamente en un taxi, camino del barrio de Salamanca al hospital. Su pasión por la música comenzó también desde bien pequeño, con apenas siete u ocho años, cuando su madrina comenzó a llevarle a conciertos de música clásica y sintió que aquello lo conmovía de un modo sin igual. Al punto que ya de colegial empezó a organizar grupos de música para cantar.
Tras sus inicios en grupos juveniles de la época, Pablo acabó brillando como uno de los cantantes más famosos de su época: Gavilán o paloma, O tu o nada, fueron dos de sus éxitos más inolvidables. Pero hubo muchos otros temas que logró situar en los primeros puestos de las listas discográficas; canciones como A Fuego Lento, Encadenado, 30 de febrero, Pólvora mojada, Amor marinero, o El Hombre más feo del mundo. Todas y cada una coreadas por su legión de fans durante sus actuaciones.
Su modo de interpretar los temas, el sentimiento que imprimía a las canciones, fue tan único y personal que se convirtió en el referente del pop romántico de aquellas décadas
Y es que su magnífica voz y su modo de interpretar los temas, el sentimiento que imprimía a las canciones, eran tan únicos y personales, que el artista se convirtió en el referente del pop romántico de aquellas décadas. Su talento y carisma también le llevaron a incorporarse como protagonista en algunos de los musicales más importantes de la época: desde Evita, hasta Jesucristo Superstar, donde sustituyó al mismo Camilo Sexto, tras la primera época que este interpretó.
De la fama al silencio
Sin embargo, y pese a haberse mantenido siempre activo, con el paso de los años el nombre de Pablo Abraira se fue borrando de la primera línea de la fama. Es difícil establecer causas precisas para este declive de su popularidad. Tal vez, con el tiempo, el romanticismo comenzó a cobrar formas distintas a las que dibujaba el artista en sus temas. Puede que fueran los nuevos ritmos, los nuevos códigos y lenguajes, los nuevos estilos que se abrían camino, los que lo hicieron ceder su espacio. O quizá también tuviera algo que ver con ese apagón de focos sobre su persona, el celo con el que entonces, y aún ahora, Abraira protegió siempre su vida privada, negándose a tomar parte en juegos de exclusivas y disputas tan recurrentes en el mundo del corazón.
Nunca cedió a la tentación de airear sus relaciones amorosas, o su vida familiar, para formar parte de la actualidad del papel couché
Y es que, ciertamente, Pablo nunca cedió a la tentación de airear sus relaciones amorosas, o su vida familiar, para formar parte de la actualidad del papel couché. De hecho, en todos estos años hemos podido saber de él que tiene dos hijos, Marcos y Rebeca, que ama y le aman. O que fue el cuarto de cinco hermanos, de una familia que siempre respetó su pasión por la música, porque creció en una casa que su madre llenaba de canciones, y en la que su padre armó una extraordinaria colección de discos de vinilo.
Tal vez fue la mala suerte de haber firmado un contrato con una discográfica que desapareció durante varios años por distintos problemas, lo que no le ayudó a continuar sacando álbumes y mantener la vigencia que dan los éxitos. Quizá, simplemente, así tenía que ser su historia de estrella musical.
Explorador versátil
En cualquier caso, el hecho de que Pablo dejara de estar en la primera línea de la popularidad no significó en absoluto que se retirara de la música: durante todos estos años ha seguido haciendo lo que ama profundamente: cantar, interpretar, vivir rodeado de música. Con la fama vistiendo sus días, o sin ella, Pablo Abraira ha continuado siempre pisando escenarios como actor, viajando con añejas y nuevas canciones, realizando giras incluso fuera de España, diseñando fórmulas diferentes para mantenerse cerca y próximo a la gente. Y ese sigue siendo su proyecto de vida.
Su disposición a explorar todo tipo de alternativas artísticas, su versatilidad para acomodarse a géneros distintos, su respeto y devoción por el canto y la actuación, le han permitido en su larga trayectoria artística desde integrarse en la compañía del Centro Dramático Nacional para ser el Polpoj” de Marat-Sade, a recrear en clave circense a un peculiar Hércules en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.
También ha experimentado como productor teatral, dando vida al genial Pablo Picasso, y como conductor televisivo, con series como Weekend, con la que se aventuró a vivir situaciones tan extremas como tirarse de un avión, o hacer submarinismo o barranquismo, y conocer personas singulares.
Con la fama vistiendo sus días, o sin ella, Pablo Abraira ha continuado siempre pisando escenarios como actor, viajando con añejas y nuevas canciones, realizando giras incluso fuera de España, diseñando fórmulas diferentes para mantenerse cerca y próximo a la gente
Afortunadamente, todos estos años de aparente pausa laboral, no han sido tales, y la música ha continuado siendo el arma de lucha de este guerrero incansable. Giras como cantante, o intérprete de obras musicales, han sido proyectos con los que Pablo Abraira ha retornado una y otra vez a los teatros de toda la geografía española, e incluso de países de Latinoamérica.
Reconforta saber que Pablo Abraira mantiene intacta la fuerza, la garra y la pasión que lo encumbró a lo más alto. Y sigue a sus 75 años, haciendo realidad su sueño de interpretar y cantar. Confiando siempre, en que lo mejor que puede hacer, aún está por llegar.
Gracias Pablo Abraira por tantos y tan buenos momentos que nos regalaste con tu música.
¡Felicidades! ¡Que tu voz nunca se apague!
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