El pasado año 2016 se cumplió el 80º aniversario del estallido de la Guerra Civil, el capítulo bélico contemporáneo más grave que ha sufrido nuestro país, sobre todo porque enfrentó a la gente de una misma nación, que se dividió en dos bandos, que se masacró entre sí. Todavía hoy seguimos aprendiendo sobre aquel hecho trascendental de nuestra historia, porque hay cuestiones y temas que se han tocado poco, en los que, seguramente, no se ha querido profundizar. Uno de estos asuntos “tabú” ha sido tradicionalmente el de los desertores: los miles de hombres que huyeron de la lucha, que no quisieron pelear, o que se pasaron al bando contrario. Considerados lo peor de la contienda, tratados como auténticos cobardes, la mayor parte de ellos fueron brutalmente represaliados tanto en el ejército de Franco, como en el republicano. Pedro Corral, periodista, escritor y concejal por el Partido Popular (PP) en Madrid, es el único autor que les ha dedicado un estudio en su libro “Desertores”, que ofrece una exhaustiva información sobre este tema, y que ahora, tras años de estar agotado, vuelve a ser reeditado por la editorial Almuzara. El libro ya está disponible en tiendas y por este motivo, hemos hablado con él.

Pedro Corral en su despacho, con su libro reeditado

Gente Yold: Señor Corral, ¿cuándo y cómo empezó su interés por la guerra?
Pedro Corral: -“De pequeño ya me interesaban mucho los libros y las imágenes sobre este tema. Recuerdo ver la foto de la Cibeles bajo aquel bunker y con aquellos sacos para proteger la fuente y pensar: ‘pero, ¿cómo pudo pasar esto aquí?‘. A los 15 años empecé la fase ‘arqueológica‘, de recoger objetos en mis excursiones por la Sierra de Guadarrama entre las antiguas trincheras y fortines. Escenarios que hoy permanecen, que debemos proteger porque son una lección imborrable del horror de la guerra, sobre todo en contraste con los parajes tan hermosos de la sierra donde se encuentran”. 

G.Y.: -¿Por qué se fijó en el tema de los desertores?
P.C.: -“Me fijé en esta cuestión en el año 2004, cuando trabajaba en mi libro `Si me quieres escribir´. Trata sobre la batalla de Teruel, donde se produjo un terrible episodio, en Rubielos de Mora, donde el bando republicano fusiló a 46 hombres de su propio ejército. Eran los hombres de la 84 Brigada Mixta: habían rendido la ciudad de Teruel, y les habían dado un permiso después de combatir durante días. Caminaron 60 kilómetros para descansar en Rubielos, pero a los dos días recibieron una contraorden para que regresaran a Teruel, a seguir luchando. Algunos de ellos se insubordinaron, decidieron no regresar al frente y entonces fusilaron a 46, sin siquiera juicio. Este tema me inspiró para investigar el capítulo de la deserción, que hasta ese momento era un fenómeno realmente desconocido y poco estudiado.

La mayor parte de los soldados fueron obligados, según argumenta Pedro Corral en su libro

G.Y.: -¿Cómo se documentó para conocer estas historias?
P.C.: -“Fue un trabajo muy arduo, de mucho tiempo. Revisé miles de documentos en diferentes archivos, y realicé decenas de entrevistas a veteranos y sus familiares. Hay casos increíbles. Por ejemplo, el de un veterano que estaba en el bando nacional, y desertó porque se enteró de que estos habían matado a su padre y a su hermano; entonces se pasó al bando republicano. En total, le cayeron tres condenas a muerte. Hay que tener en cuenta que más del 95% de los combatientes de la Guerra Civil fueron movilizados a la fuerza, y tuvieron que luchar en el bando que les cogió a cada cual según donde se encontraban. Por lo cual hubo mucha más lealtad geográfica, que lealtad ideológica”.

La nueva edición de “Desertores”

G.Y.: ¿Entonces, la mayor parte de los soldados lucharon obligados?
P.C.: -“Si hubieran luchado todos los hombres disponibles por cada reemplazo, la suma de los hombres en filas en ambos ejércitos tendría que haber sido de cinco millones de efectivos. Pero los combatientes de los dos ejércitos juntos no pasaron de dos millones y medio. Entonces, ¿qué pasó con los otros dos millones y medio de hombres que no fueron a luchar? Pues que evitaron ir a la contienda, unos con enchufe, otros por enfermedad, otros se escondieron… Es decir, la mitad de los hombres que tenían que haber luchado, en vez de hacerlo, evitaron ir a la guerra, como por otra parte era natural, porque la mayoría no tenía ideas políticas tan arraigadas o extremas como para ir a matar a nadie. Esto suena muy anti épico, pero es la verdad. Este hecho también nos ofrece otra visión diferente de la guerra, y es que el conflicto no fue un enfrentamiento cainita, entre hermanos, porque la mayoría lucharon no por ideología, sino porque no les quedó más remedio. Esto cambia totalmente la visión épica y mítica de la guerra civil. Por supuesto que hubo gente que luchó por ideales, pero en la mayoría de los casos no fue así”.

Nacido en San Sebastián en 1963 y Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, Corral también es el autor de otras obras, entre ensayos y novela histórica: `Si me quieres escribir´ (2004); `La ciudad de arena´ (2009); `El Médico de Esquilache´ (2011) o `El Baile de San Vito´ (2015), con la que resultó finalista del Premio Planeta, son sus títulos más importantes. Desde 2012 es concejal del Ayuntamiento de Madrid por el Partido Popular. Hace unos meses su intervención para corregir algunos errores en los cambios de calles propuestos por el equipo gestor del ayuntamiento, para adaptarse a la Ley de la Memoria Histórica, se hizo viral en las redes sociales.

G.Y.: A principios de este año, usted presentó algunas correcciones sobre el primer listado de cambio de nombres de calles, ¿le hicieron caso? ¿qué pasó?
P.C.: -“Justamente en esta época yo había salido del hospital, estuve convaleciente por un problema cardíaco, y no pude asistir al pleno previo sobre este tema, así es que, cuando regresé me encontré, con una enorme perplejidad, que el listado de las nuevas calles tenía un montón de errores. Por ejemplo, habían confundido a Juan Pujol García, que era el espía que engañó a Hitler sobre el lugar del desembarco de Normandía, y que, por tanto, ayudó a la derrota de Alemania nazi, con Juan Pujol Martínez, que fue un propagandista de Franco. También hubo un error en el caso del Comandante Zorita, a quienes atribuyeron el bombardeo de Guernica, cuando en ese momento Zorita era un simple soldado de infantería. Otra fue la confusión del empresario de Vallecas, Francisco Iglesias, con el del héroe de la aviación, Francisco Iglesias Brage, que fue uno de los grandes pioneros de nuestra historia, piloto del “Jesús del Gran Poder”. Además, el informe atribuía a Iglesias Brage una serie de masacres que son totalmente falsas, en lo que es un ejercicio de manipulación más que notable.

Uno puede cambiar las calles como quiera, pero sin odio. Luis Ciges y Luis García Berlanga estuvieron en la División Azul y nadie ha pensado nunca que fueran nazis. También luchó el general Aramburu Topete, que fue decisivo a la hora de parar el golpe del 23-F. Hemos hecho una transición ejemplar, han pasado 80 años desde la guerra; no es ya el momento de identificar al adversario político con los parámetros de antes, ya estamos en otras categorías… Estos episodios nos vuelven a enfrentar y solo por sacarle rédito político a la situación”.

Pedro Corral, en un debate en el Gobierno municipal de Madrid

G.Y.: -“¿Qué opinión le merece la alcaldesa, Manuela Carmena y su equipo?
P.C.: “Con la alcaldesa tengo una buena relación, es una mujer educada y culta. Con los de su equipo es un poco diferente. Se hubiera agradecido que hubieran venido con más humildad, porque entraron con demasiada prepotencia. Creemos que se han equivocado a la hora de despreciar todo el legado del PP en la ciudad de Madrid, primero porque ya no es un legado del PP, sino de todos los madrileños. Hay que recordar que el PP fue respaldado por los ciudadanos durante cinco legislaturas consecutivas con mayoría absoluta, y ganamos también estas últimas elecciones con Esperanza Aguirre como cabeza de lista, aunque un pacto de perdedores no nos haya permitido gobernar. Así es que creo que eso se merece respeto, porque no estuvimos gobernando Madrid por capricho de la naturaleza, sino porque los madrileños respaldaban democráticamente nuestra gestión.

Cometimos errores, pero fueron más los aciertos y eso la mayoría de los madrileños lo saben. Por otra parte, gracias a la gestión que realizó el PP se hicieron muchísimos proyectos como el soterramiento de la M-30 o la apertura de numerosos centros de mayores, centros deportivos, bibliotecas, centros culturales… Si al nuevo equipo municipal les parecen innecesarios, porque aumentaron la deuda, tienen una solución muy fácil: cerrarlos. ¿Por qué no los cierran? Pues porque ese supuesto “despilfarro” está en realidad cumpliendo un servicio necesario para los madrileños.

G.Y.: Hace algunas semanas recibimos la noticia de que Carmena ha cambiado a la titular de Cultura, Celia Mayer, para asumir ella misma esta responsabilidad. ¿Qué le parece?
P.C.: -“La destitución de la concejal de Cultura ha sido la consecuencia de haber aplicado una política de tierra quemada en relación con todo lo que nosotros dejamos. El caso detonante ha sido el cambio de rumbo de las Naves de Matadero, donde se ha decidido eliminar el teatro, con todo lo que había costado que fuera un espacio teatral de referencia gracias al trabajo de Mario Gas, Natalio Grueso y Juan Carlos Pérez de la Fuente. Al final, cuando juegas con fuego, a quemar todo lo anterior solo porque es del PP, te terminas quemando. No se puede venir a destruir por destruir. Primero porque ya no es un legado del PP, sino de los madrileños. Segundo, porque hay que respetar lo recibido y, si tienes un proyecto mejor, cambiarlo paulatinamente porque es perfectamente legítimo. Aquí el problema es que no hay proyecto. Sólo hay un consigna: todo lo que ha hecho el PP es malo. Y al final se ha vuelto contra ellos”.

G.Y.: Para terminar: ¿Qué opinión tiene sobre las subvenciones para la Memoria Histórica, de las ayudas para que la gente pueda recuperar a las víctimas de la guerra que permanecen todavía enterradas en las cunetas?
P. C.: -“Soy absolutamente partidario de que el Estado ayude a la búsqueda y exhumación de las víctimas. Si alguien sabe dónde está enterrado un familiar, que menos que pueda recibir estas ayudas. Considero que no fue acertado que el Gobierno del PP cortara las subvenciones, pero en honor a la verdad hay que decir que con Zapatero tampoco fue la panacea. Sólo un tercio de las ayudas de Zapatero por la “memoria histórica” iban destinadas a proyectos de exhumación”.

Entrevista: Inés Almendros
Fotos: Antonio Beas, de Krassia Photography para Gente Yold