Mundo Yold. El té, la bebida más saludable, antigua y sostenible
Hoy celebramos el Día Internacional del Té, ¿te apetece una taza?
Si hay que hablar de la bebida elaborada más consumida del mundo; si hay que hablar de la más antigua; si hay que hablar de una de las más saludables; si hay que hablar de ritos, símbolos de identidad e interacción social… No hay duda: hablemos del té. Y además, y no menos importante, su cultivo y producción sostenibles son motor de desarrollo para numerosos países. Por todo ello, hoy, 21 de mayo, celebramos bien a gusto, con una humeante taza entre las manos, el Día Internacional del Té.
En 2005, concretamente el 15 de diciembre, se acordó establecer un día al año que concienciara sobre los beneficios saludables del té y la repercusión económica de su consumo para millones de familias en todo el mundo. Y es que, en 1998, el cultivo de la planta del té sufrió una importante crisis, debido a una drástica bajada de precios de la materia prima, que provocó el cierre de numerosas plantaciones y fábricas, y llevó a la catástrofe a los pequeños cultivadores.
El clásico vasito de té árabe, dulce y oscuro
Sin embargo, no fue hasta el 19 de diciembre de 2019, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante su resolución A/RES/74/241, decidió designar el 21 de mayo como Día Internacional del Té.
El té es la bebida más consumida del mundo, después del agua.
La infusión de té es, sin duda, una bebida con unas particularidades únicas. Y no solo porque sea la más consumida del mundo -después del agua-, sino porque también es la más popular entre las bebidas elaboradas (a años luz del café).
Además es, probablemente, la más antigua: en China, se consume desde hace más de 5.000 años. Ni las pirámides de Egipto ni la Gran Muralla China se habían siquiera proyectado en sueños, cuando ya era millones los seres humanos que se tomaban sus buenas tazas de té para comenzar el día con energía o descansaban, contemplando el atardecer, dando sorbitos a esta deliciosa infusión.
Fuente esencial de sustento
El cultivo y elaboración de té es la ocupación principal de sustento para millones de familias en países en desarrollo. En 2016, la FAO fijó la producción mundial de té en 5,73 millones de toneladas, dominada por China (43%), La India (22%), Kenia (8%), Sri Lanka (5 %) y Turquía (5%).
El aromático té rojo o pu-erh, perfecto para sobrellevar las resacas
Se trata de una industria que necesita mucha mano de obra, por lo que genera numerosos puestos de trabajo en zonas que suelen estar aisladas y con pobres recursos. En cuanto a la exportación, muchos países del Tercer Mundo tienen en este sector su principal fuente de renta e ingresos.
Muchos países del Tercer Mundo tienen en este sector su principal fuente de renta e ingresos.
Por todas estas razones, el cultivo del té representa un papel importante en el desarrollo de zonas rurales empobrecidas, aumentando su seguridad alimentaria, combatiendo el hambre y la falta de recursos.
El té, como patrimonio cultural
La conmemoración de este día pretende fomentar el desarrollo económico del sector, y también promocionarlo como valioso patrimonio cultural. Tomarse un té es mucho más que hidratarse y consumir una bebida saludable. En muchos contextos culturales de todo el planeta se trata de un rito, que implica toda una ceremonia, y también un momento para el descanso, el compartir, el procurar hospitalidad, el interactuar socialmente.
En resumen, es un símbolo de identidad y por ello, las técnicas tradicionales de elaboración del té y prácticas sociales asociadas en China han merecido su inscripción, en 2022, en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Juego de té tradicional chino
Se trata de un rito, que implica toda una ceremonia, y también un momento para el descanso, el compartir, el procurar hospitalidad.
Tipos para todos los gustos
Según la técnica de oxidación y su fermentación, hay seis grandes variedades principales: verde (el más ligero, el que gusta hasta a los que no les gusta el té); blanco (el más caro y delicado); oolong o azul (el más exótico, de oxidación entre el verde y el negro); pu-erh (el rojo, perfecto para las pesadas digestiones y la resaca); negro (el más clásico) y matcha (el más de moda, variedad del verde).
Todos estos tipos vienen de la planta Camellia sinensis. Solo son tés las infusiones que se hacen con ella. No confundir, por ejemplo, el té rojo con el famoso rooibos, que no es un té, no tiene teína, procede de otra planta y también su infusión es de un llamativo color rojo.
En las últimas décadas, la industria ha experimentado un rápido auge gracias al número creciente de consumidores. Se puede decir que beber té se ha puesto de moda, es algo cool, que se asocia con otras modas culinarias, lo gourmet, lo delicatesen, propio de gente culta y sensible. Algo, por otra parte, muy lejano al consumo tradicional de toda la vida: bebida de campesinos y trabajadores de países desfavorecidos, ajena a modas y delicadezas excéntricas.
Solo son tés las infusiones que se hacen con la planta Camellia sinensis.
Lámina botánica de la Camellia sinensis
¿Qué supone beber una taza de té?
Cuando nos bebemos una taza de té, podemos tener la seguridad de varias cosas verdaderamente importantes:
-Estamos dándonos un respiro, un momento para la relajación y el descanso.
-Estamos consumiendo una bebida energética de altas propiedades hidratantes, diuréticas, antioxidantes e inmunológicas.
En las remotas regiones caucásicas el té se consume calentando el agua en una peculiar tetera
-Estamos contribuyendo a la economía de los pequeños cultivadores, que son la mayoría de los productores de países en vías de desarrollo.
-Estamos, particularmente, mejorando las posibilidades de acceso a la educación y otros derechos fundamentales de las mujeres de estos países (ellas son el 50% de la mano de obra de las plantaciones).
-Estamos facilitando nuestra capacidad de concentración y observación.
La Camellia sinensis se cultiva en apretados bancales que preservan la humedad del suelo
-Estamos participando en un rito, un gesto, que desde los ancestros de la humanidad, nuestros antepasados han repetido: llevarse a los labios una aromática taza de té nos conecta con todos ellos y nuestro pasado.
-Estamos viajando a lugares exóticos y países lejanos con nombres de ensueño, al Oriente de Oriente, las zonas donde mayoritariamente se cultiva la planta del té: Sri Lanka, Kenia, Tanzania, Nepal, Malasia, Beijing…
Y todo ello, sin una sola caloría de más…
¿Hay una bebida mejor que el té?
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