Las mujeres yold somos lo mejor

Las mujeres que nacimos en las décadas de los cincuenta y los sesenta fuimos prácticamente las primeras en poder acceder a la universidad de una forma regular y masiva, aunque en muchos casos con gran esfuerzo para las familias; pero lo que ya pocos discutían por aquel entonces era el derecho y la normalidad, por fin, de que una mujer estudiara y se desarrollara profesionalmente.

La incorporación de la mujer a la sociedad por su propia decisión y con su independencia, sin permiso de padres o maridos, ahora nos parece que es de siempre, pero en realidad fue esta la generación pionera, al menos en España. Y lo hicimos con tanta seguridad y fortaleza que ya no se pudo parar ese carro.

Hemos constituido también el primer modelo de “súpermujer” que podía con todo, eso sí, con doble jornada: madre abnegada y responsable del hogar, pero además cumplidora en el trabajo fuera de casa. Porque, seamos sinceras, en la mayor parte de los casos, ellos aceptaron que nosotras saliéramos a trabajar también fuera del hogar; pero la mayoría tardaron en asumir que eso implicaba repartirse las tareas del hogar. En fin, es lo que tiene el ser pioneras…

Y así se fueron normalizando tantas situaciones que antes eran impensables, como que una mujer viviera sola, o compartiera piso con amigas y/o amigos, y que fuera posible tener múltiples vidas y oportunidades. La libertad sexual y el control de la natalidad, la posibilidad de hacer cualquier deporte o la vida social fuera de la pareja dieron lugar a mujeres muy diversas, con mucho que compartir y con ganas de cuidarse por sí mismas.

Por todo eso y mucho más, las mujeres que ya hemos superado los cincuenta vestimos -y nos sentimos- de manera diferente a nuestras madres, a esta edad. Procuramos cuidar nuestro cuerpo por dentro y por fuera, alimentamos la mente y somos profesionales muy preparadas que no hemos dejado de formarnos en ningún ámbito. Las mujeres yold, cincuentonas, sesentonas, nos saltamos muchas barreras y ahora seguimos haciéndolo.

Como tuvimos que romper con muchos estereotipos desde jóvenes ahora seguimos rompiendo mitos como la menopausia, el sexo o la moda. No somos niñatas, la edad y las experiencias no nos permiten vivir una segunda juventud, y ni falta que hace: se trata de vivir este momento, a esta edad y con el conocimiento y la madurez que eso implica pero con las ganas, la energía y la alegría de saber que aún queda mucho por descubrir y aprender.

¡Somos mujeres yold y estamos muy orgullosas de serlo!

Paloma S. Molina