Mundo Yold ¿Será por aquello de “Más sabe el diablo por viejo que por diablo?”

Si tienes más de 45 y estás parado, ¿por qué no pruebas en la política?

 

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23 noviembre, 2016

El problema de la discriminación laboral por edad se hace cada vez más presente en casi todos los sectores, y el desempleo en mayores de 50 años sube a cifras verdaderamente preocupantes. Pero, ¿qué pasa con los políticos? En la mayoría de los casos, precisamente los que se imponen son perfiles de esta edad ¿Por qué? En Gente Yold analizamos la situación.

Un estudio del pasado 30 de agosto de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) volvía a incidir en la preocupante situación de desempleo en personas mayores de 45 años, que cada vez es mayor. Una tendencia que se da de forma general en todos los países del continente, y en España muy en particular. De hecho, nuestro país en concreto ocupa nada menos que el tercer lugar de toda la Unión Europea en número de parados “seniors”, con un 18% del total de los desempleados.

“Cada vez es más frecuente encontrar ofertas de trabajo en las que se especifican límites de edad”.

Acompañando a estos datos y cifras, un concepto se hace cada vez más conocido: el de la discriminación laboral por edad. Y es que, cada vez es más frecuente encontrar ofertas de trabajo en las que se especifican límites de edad. Y en las que, muchas veces, incluso se requieren trabajadores de edad bastante menor (“candidatos de entre 25 y 32 años”, según rezaba una oferta que hemos podido ver recientemente).

¿Por qué se acepta cada vez más la tendencia de renunciar a profesionales con experiencia y cualificación solo por fomentar el empleo juvenil? ¿Por qué no se concibe este tipo de mecanismos en ciertas profesiones como la medicina, donde nadie toleraría ser operado de corazón por un joven de 25 años recién salido de la facultad? Entre las respuestas de los expertos está el hecho de que la mano de obra joven es más barata; pero también, que los jóvenes están más familiarizados con la tecnología y las nuevas formas de trabajo. Y finalmente, la tendencia de esta nuestra sociedad a valorar lo que es joven y nuevo por encima de lo viejo y la experiencia. La semana pasada, la actriz Elvira Mínguez lo afirmaba en la portada de Gente Yold: “Esta sociedad rinde culto a la juventud” (https://genteyold.com/entrevistaelviraminguez/)

Donald Trump.

Países como EE. UU, llevan años luchando contra este tipo de discriminación por edad, y éste es uno de los motivos por los que está prohibido pedir foto ni fecha de nacimiento en el currículum de quienes solicitan trabajo.

“Nadie toleraría ser operado de corazón por un joven de 25 años recién salido de la facultad”.

De todas maneras, el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es algo más alentador. Según el mismo, a pesar de que los trabajadores de edad avanzada pueden verse particularmente afectados por la crisis económica, al menos 29 de sus países integrantes cuentan ya con leyes que prohíben explícitamente la discriminación directa o indirecta por razones de edad. Una concienciación pública con respecto a este problema que cada vez es más tangible.

“Veintinueve de los países integrantes de la OIT cuentan ya con leyes que prohíben explícitamente la discriminación directa o indirecta por razones de edad.

Mejor cuanto más ‘senior’: el caso de los políticos
Parece que los únicos en salvarse de la temida tendencia de la discriminación laboral por edad son los políticos, entre los que, sin lugar a dudas, la experiencia es un grado. Y es que, tanto en España, como a nivel mundial son y han sido muchos los líderes políticos que han ejercido su mandato en edades muy cercanas a la jubilación. O que incluso la sobrepasaban: es el caso del ex presidente uruguayo José Mújica, que tomó el poder a la edad de 75 años, o el de Giorgio Napolitano, antiguo mandatario italiano, que se convirtió en presidente nada menos que con 81. Sin ir más lejos, tenemos el caso de Donald Trump, recientemente elegido Presidente de los EE. UU. de América a los 70 años.

Miguel Ángel Revilla y José Múgica (foto facebook M. A. Revilla).

Miguel Ángel Revilla y José Múgica (foto facebook M. A. Revilla).

Cierto es que no todos rondan edades tan elevadas, pero no se puede negar que la edad media de los líderes políticos a nivel mundial está en torno a los 60 años: François Hollande, Presidente de Francia (62 años); Angela Merkel, Canciller alemana (62 años), Theresa May, Primera Ministra británica (60 años); Vladimir Putin, Presidente ruso (64 años); Michelle Bachellet, Presidenta de Chile (64 años); Presidente sueco (59 años)… Lo que parece claro es que en política cuanto más mayor, mejor. 

François Hollande.

François Hollande.

A escala nacional, también tenemos nuestros ejemplos: Mariano Rajoy, 61 años; Esperanza Aguirre, 64; Rita Barberá, 68  Jesús Posada, antiguo presidente del Congreso, 71; Alfonso Dastis, nuevo Ministro de Exteriores, 61; José Manuel García-Margallo, su predecesor, 71 y Miguel Ángel Revilla, presidente cántabro de 73 años de edad, entre otros.

Mariano Rajoy.

Mariano Rajoy.

No obstante, es difícil negar que está empezando a relucir un pequeño atisbo de cambio generacional. No solo con la llegada de nuevos partidos al panorama político español, como es el caso de Podemos y Ciudadanos, donde las caras jóvenes son mayoría, sino que el proceso se ha vivido también en el seno de partidos clásicos como el PSOE, cuando en 2014 se sustituyó al secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, de 65 años, por un político prácticamente desconocido en aquel momento, Pedro Sánchez, de 42. En Izquierda Unida, Alberto Garzón (31 años) se impuso en apenas unos meses al anterior secretario general, Cayo Lara (64 años).

Por otra parte, la llegada de estos nuevos partidos al Congreso ha roto en cierta medida con el sostenido incremento del promedio de edad de los diputados nacionales, que se venía experimentando en los últimos años. Según el proyecto de investigación “Élites parlamentarias en España”, dirigido por el grupo de investigación Democracia y autonomías: Sociedad y Política de la Universidad Pablo de Olavide, la edad media de los diputados en 1979 era de unos 42 años, mientras que en 2012 era de 49.

Dos realidades muy opuestas que sitúan a los mayores de 50, por un lado, en una posición de riesgo laboral en infinidad de sectores y, por otro, en una situación de ventaja en el contexto del poder político.

Ante una situación así de compleja, nunca está de más acudir a los sabios. Y es que, tal y como decía Catón, lo cierto es que la vejez no aparta de las actividades, porque las cosas grandes no se hacen con la fuerza, la rapidez o la agilidad del cuerpo, sino mediante el consejo, la autoridad y la opinión, cosas todas de las que la vejez, lejos de estar huérfana, prodiga en abundancia”.

Más información:

https://genteyold.com/espana-ocupa-el-tercer-lugar-en-la-tasa-de-parados-mayores-de-40-anos/

https://genteyold.com/paro-en-mayores-50-anos/

 

Carmen Matas Gallardo

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