Bienestar Yold. Renovar o terminar la convivencia

Reinventar la pareja a partir de los 50 o ponerle fin

Redacción Yold
3 septiembre, 2016

Llegando a este punto de la vida, muchos de nosotros vivimos con una pareja de larga duración a la que la rutina y el tiempo pasan factura. Esta es probablemente la batalla más dura de las parejas de larga duración. Todo tiene solución: revivir el amor en nuestra pareja requiere un esfuerzo por ambas partes. Pero si no conseguimos restaurar nuestra pareja, la vida igualmente nos ofrece todo para disfrutarla en solitario.

La llegada de la plenitud vital viene acompañada de crisis y problemas de muy diversa naturaleza. Entre los conflictos asociados a esta edad hay uno en auge en la última década: el divorcio. Hace 10 o 15 años no era tan habitual el planteamiento de la disolución de la pareja en esta etapa vital pero como quiera que sea, la cuestión indiscutible es que a partir de los 50 las personas ya no tienen que renunciar a vivir mejor, a seguir siendo felices y a disfrutar con pasión.

Según las últimas cifras facilitadas por el Instituto Nacional de Estadística en 2014 se produjeron 105.893 sentencias de nulidades, separaciones y divorcios, suponiendo estos el 95% del total. Esto supone un aumento del 5,3% con respecto al año anterior.

Las causas del divorcio en la madurez
Los datos muestran que 3 de cada 10 divorcios se producen tras más de 20 años de matrimonio y esta cifra no para de crecer. Son muchos los factores que pueden influir en esta situación pero casi nadie discute que entre ellos se encuentra el incremento de la esperanza de vida, la disponibilidad de mayor tiempo libre en las parejas, la independencia económica de la mujer o la salida de los hijos del hogar familiar.

Las respuestas están en tu interior
Al principio, dudas y autoengaños, el temor a lo desconocido y otros factores pueden y suelen llevar a los miembros de la pareja al juego del regateo: “No soy feliz, pero ¿qué pasará con nuestros hijos, con las finanzas, con nuestro estatus? ¿Volveré a encontrar a alguien que me quiera? ¿No soy muy mayor para volver a empezar?” Estos miedos suelen retardar una crisis que en muchos casos es inevitable, y que se alimenta de pesar, dolor, pena, confusión, agobio, miedo… Una montaña rusa de emociones ante la que no hay que desesperar. En este proceso es casi seguro que se producirá una quiebra en la autoestima que hay que evitar cubrir con otra relación de urgencia, y que normalmente tiene la función principal de “parchear” nuestros auténticos problemas, para no enfrentarnos a ellos. Y es que, para hacer realmente frente a la crisis de nuestra pareja, es necesario trabajar en uno mismo primero, y revisar muy bien que sentimos, qué nos pasa. Puede que la crisis con nuestra pareja no sea sino un cabo de una crisis personal, de la clásica crisis de la mediana edad, que debemos resolver antes que nada. De poco va a servirnos una nueva pareja de quita y pon, si el problema sigue dentro de nosotros.

“Tres de cada diez divorcios se producen tras más de veinte años de matrimonio y esta cifra no para de crecer”.

A la hora de enfrentarnos a todo este proceso, mantener buena cara todo el rato y decirle a propios y extraños que no pasa nada, resulta agotador. Es necesario disponer de un sistema de apoyo: terapeutas, amigos, grupos anónimos… Y si finalmente, y tras el conveniente periodo de examen propio y de análisis con la pareja, el resultado del proceso es de una separación, debemos estar preparados para enfrentarnos a él con los estandartes del diálogo y la negociación por delante. La lista de obligaciones legales, financieras, emocionales, logísticas, puede ser paralizante, pero hay que tener en cuenta que nos enfrentamos a un proceso y que no se puede hacer todo a la vez.

Se puede llegar a controlar las propias reacciones pero nunca las de la ex pareja. Es posible tomar decisiones basadas en las emociones pero hay que recordar que un divorcio es una transacción. La situación puede ser muy incómoda en el trabajo, con los hijos, parejas amigas, la familia, el presupuesto… Pero siempre se puede encontrar el apoyo necesario. Habrá momentos de autocompasión y hasta de vergüenza pero son parte del duelo. Se aprende a encontrar el equilibrio, sanar y a salir adelante. El divorcio ofrece dos caminos, el de la ira y el miedo, o el de la ayuda, la educación y la confianza en que se supera.

Algunas formas de reinventar la pareja
Independientemente del estadio en el que se encuentre la pareja y de la duración de la relación, si existe voluntad por ambas partes, nunca es demasiado tarde para intentar volver a despertar la pasión que un día se disfrutó.

Gary Chapman es el autor del libro “Los 5 lenguajes del amor” (http://www.casadellibro.com/libro-los-cinco-lenguajes-del-amor/9780789912916/2583349), en el que explica que las personas reciben afecto de sus parejas a través de regalos, palabras de afirmación, tiempo de calidad, actos de asistencia y contacto físico. Hay que aventurarse a satisfacer al otro y no olvidarse de lo que uno mismo necesita.

“Hay que lanzarse a satisfacer al otro sin olvidar las propias necesidades, plantearse objetivos en común y mostrar reconocimiento por la pareja”.

Plantearse objetivos, discutir cómo lograrlos y alcanzarlos es una fuente de felicidad. Hay que mirar hacia el futuro, planear un viaje juntos, aprender algo nuevo, establecer una meta en común. Una de las cosas más importantes que faltan en un matrimonio estancado es el esfuerzo, entendido como muestra de reconocimiento de la otra persona. Es algo que decae con el tiempo y que es necesario dinamizar. Hay que recordar a la pareja lo que nos hace felices, y a veces, es tan simple como hacer las cosas que se solían practicar al principio. Renovar las ilusiones, crear nuevos planes de vida, encontrar aficiones que nos reúnan y rescate aquellos sentimientos que nos enamoraron hace años, es fundamental. El paso de los años, el desgaste de la convivencia, el esfuerzo por los hijos, dejan por el camino muchas ilusiones muertas. Recuperarlas es un fantástico trabajo que también podemos hacer con los años.  Viajar, ir al campo, reunirse con nuevos y viejos amigos, aprender nuevas disciplinas, hacer deporte juntos, bailar… son sencillas prácticas de vida que ofrecen los mejores resultados para quienes desean volver a redescubrirse. En los casos más complejos, existen coach y profesionales que nos pueden ayudar en el proceso. Son muchos años de vida juntos de los que se pueden recuperar lo mejor.

Pero si no funciona, tampoco debemos olvidar que, en pareja o en solitario, el mundo nos sigue ofreciendo un montón de oportunidades que no debemos escapar: en nuestro momento de la vida, sabemos lo que queremos y cómo queremos disfrutarla. Con o sin nuestra pareja, es el momento para hacerlo.

Redacción Yold

 

 

 

Mas información en:

Blog de Martha Bodyfelt, coach de divorcios
http://survivingyoursplit.com/blog/

Noticias sobre aumento de divorcios
http://www.elmundo.es/sociedad/2015/09/15/55f803d1e2704e17088b45b3.html

Estadísticas INE
http://www.ine.es/dynt3/inebase/index.htm?type=pcaxis&file=pcaxis&path=%2Ft18%2Fp420%2Fp01%2F%2Fa2013

Estadísticas sobre separaciones y divorcios
http://www.ine.es/prensa/np927.pdf

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