Mundo Yold. Las críticas de mujeres a otras mujeres abundan en las redes sociales

Ser machismosa está muy feo y ya no se lleva

 

 

 

 

 

Inés Almendros
9 noviembre, 2020

“Se la ve gorda”, “¡qué poco elegante”!, “se le notan las arrugas”, “sale con muchos hombres”… Lamentablemente las redes sociales nos muestran, cada día, miles de comentarios machismosos (mezcla de machistas y chismosos), escritos por mujeres para criticar a otras mujeres. Y es que la triste actitud del “mujer contra mujer” sigue siendo demasiado habitual.

¿Os imagináis, en un foro de fútbol, a los seguidores varones de las redes sociales escribiendo cosas como estas?:

-“Messi, se te notan las arrugas.”

“¡Neymar con otra novia nueva…! Este chico es un fresco”.

-“Cristiano empieza a echar barriguita.”

-“Ramos… ¿Otra vez embarazado? Claro que, si yo tuviera tanto dinero y tanta ayuda en casa como tienes tú, también luciría un cutis estupendo, aun con cuatro hijos…”.

-“Piqué, ya no tienes edad para esos jeans tan ajustados”.

… Pues estos y otros muchos comentarios son, sin embargo, el pan de cada día en los muros de las famosas. Y peor aún: casi todos son escritos por mujeres.

Portada de la revista Real Men en agosto de 1959

Lo vemos todos los días en Facebook, en Twitter, en Instagram: mujeres que critican a mujeres con comentarios inspirados en las tradiciones más anticuadas y machistas que nos podamos imaginar. Mujeres que vapulean a presentadoras, a actrices, a políticas, a reinas o a cualquier otra fémina, con pullas absurdas que nada tienen que ver con el trabajo, las actividades, las declaraciones o con la vida profesional de las mujeres criticadas. Al contrario: son comentarios y críticas sobre su apariencia, el peso, el vestuario, su vida íntima, sus parejas, incluso… ¡su embarazo! Opiniones gratuitas, frívolas, injustas, y por supuesto, totalmente machistas. Normalmente, estos comentarios vienen realizados mayoritariamente por mujeres más mayores, porque las nuevas generaciones femeninas vienen mucho más concienciadas en lo absurdo, dañino y retrógrado de esta actitud.

Una foto muy clásica, Sofia Loren mirando en plan rival a Jane Mansfield

Estos comentarios vienen realizados mayoritariamente por mujeres más mayores, porque las nuevas generaciones femeninas vienen mucho más concienciadas en lo absurdo, dañino y retrógrado de esta actitud.

Educación cutre-medieval
Pensando en estas individuas que tanto, y de tan mala manera, critican a otras mujeres, en la redacción de Gente Yold hemos acuñado el término machismosa (mezcla de machista y de chismosa) que -pensamos- las define bien. Es un tipo de mujer que sigue anclada en las tradiciones más rancias y penosas del pasado. Y es que la costumbre del “mujer contra mujer” es triste y, lamentablemente, una herencia que viene de los tiempos más antiguos y de la educación más demencial. Lo cierto es que, por muchas razones relacionadas con la educación y la tradición desde hace siglos, el enfrentamiento entre mujeres ha sido un clásico, a veces incluso fomentado por las propias mujeres: no era extraño encontrar a madres que recomendaban a sus hijas no fiarse de las amigas, e incluso, no tener amigas.

Aunque parezca mentira, en pleno siglo XXI las redes están llenas de estos comentarios hechos por mujeres, para otras mujeres

Hasta hace muy poco tiempo, incluso la publicidad se seguía alimentando del cliché de que las “mujeres son las peores enemigas de las mujeres”. De hecho, todos hemos visto anuncios de esas dos vecinas que rivalizaban en la televisión por asuntos tan “esenciales” como tener la ropa más blanca. Detrás de este “pedazo de argumento”, en realidad lo que subyacía era la vieja máxima del “divide y vencerás”. Los estereotipos que se han vendido hasta hace poco insistían en la necesidad de perpetuar el tradicional deber de la madre de familia, que de paso era educadora y transmisora de esa antinatural rivalidad femenina.

Comentarios machismosos de los que nos dan vergüenza ajena

Hemos acuñado el término machismosa (mezcla de machista y de chismosa) que define bien a un tipo de mujer que sigue anclada en las tradiciones más rancias y penosas del pasado.

El hombre promiscuo es muy viril y muy macho… Para la mujer promiscua hay otros adjetivos más sonoros

Pero en esta mala y fea costumbre de criticar con saña a las mujeres  -y sobre todo a las famosas- hay otro poso todavía más triste y horrible: el deseo de penalizar a las mujeres que, por una u otra razón, destacan en la sociedad. Durante siglos y en todas las sociedades, ser famoso, tener notoriedad, era tan solo un privilegio varonil. Aventureros, médicos, políticos, artistas, cocineros… cualquiera que tuviera éxito en un cargo, posición o profesión era, por supuesto, un hombre.

El papel de la mujer estaba relegado a ser madres, hijas o esposas, pero siempre recatadas y discretas. El peor pecado de una mujer era, precisamente, destacar más de la cuenta, “dar la nota”, brillar por sí misma… ¡triunfar! ¡Ay de aquellas que osaban ir más allá de su papel como madre o esposa. Las pocas féminas que osaron hacer vidas distintas, y destacar por sí mismas, por su trabajo, por viajar… lo hicieron casi siempre enfrentándose a la incomprensión colectiva, y muchas veces, a un brutal rechazo social.

Publicidad de Dolce Gabbana

Por todo ello, durante siglos, la educación social incluía criminalizar y desconfiar de las mujeres que tuvieran ambición o deseos de superación. Y en las críticas que hoy leemos de esas mujeres “anónimas” que insultan a las que -de una forma u otra- han triunfado, hay una gran herencia, un poso triste y atávico, de esa intolerancia, envidia, celos, desconfianza, hacia aquellas otras mujeres que han logrado destacar.

El peor pecado de una mujer era, precisamente, destacar más de la cuenta, “dar la nota”, brillar por sí misma… ¡triunfar!

Piedras contra el propio tejado
Cuando esas críticas de mujeres contra mujeres llueven sobre las redes sociales, lo cierto es que todas las mujeres del mundo salimos perjudicadas. Porque cada uno de esos comentarios perpetúa esos clichés de que las mujeres somos malas, que no nos soportamos entre sí, que no podemos convivir juntas, que somos nuestros peores enemigos. La realidad es que, cuando le decimos a una famosa que está muy gorda, seguimos fomentando el estereotipo de que hay que estar delgada.

Comentarios tan machistas, como absurdos, realizados en pleno siglo XXI

Cuando le decimos a una famosa que va poco elegante, estamos despreciando los aspectos importantes de esta persona, como es su valor humano o profesional, para destacar algo tan frívolo y estúpido como la ropa que lleva. Cuando le decimos a una actriz que “no es decente”, porque sale con “poca ropa”, o porque aparece “con muchos hombres”, nos estamos metiendo en un campo absolutamente privado y personal, en el que la única que tiene decisión es la propia mujer. Estamos coartando su libertad. Fomentando el clásico y horrible estereotipo de que una mujer es mala si viste como a ella le gusta o si disfruta, a su manera, de su libertad y su sexualidad; y damos pie a prejuicios muy antiguos, injustos, abominables. Encima, quienes piensan de esta forma, muy posiblemente seguirán considerando a la mujer como libertina si va con más de un hombre, pero juzgarán como muy macho y deseable, a un atractivo varón soltero que viva su sexualidad con libertad.

Cada uno de esos comentarios perpetúa esos clichés de que las mujeres somos malas, que no nos soportamos entre sí, que no podemos convivir juntas.

Mujeres que se dedican a despellejar a otras mujeres, con los argumentos que utilizarían nuestras tatarabuelas…

Adiós al machismosismo
Las mujeres hemos necesitado siglos para avanzar lo suficiente como para darnos cuenta del monstruoso error que supone dañarnos las unas a las otras: es precisamente cuando nos unimos y cuando nos apoyamos, cuando podemos evolucionar mejor. Lamentablemente, hay millones de féminas que aún no lo han entendido y viven en su atávica, solitaria y neurótica equivocación.

Las mujeres de nuestro tiempo tenemos todavía una gran lucha por delante para que nuestras hijas y nietas puedan evolucionar cada vez mejor, disfrutar de todas las opciones de la vida, sin enfrentarse a problemas como la desigualdad, el machismo y las agresiones, que atrozmente siguen siendo el pan nuestro de cada día en todo el mundo. El apoyo entre mujeres es uno de los pilares fundamentales para luchar contra estos problemas. Incluso, aquellas que no se consideren feministas deberían ser conscientes del perjuicio que supone tirar piedras a su propio tejado.

Abogamos por cambiar el machismosismo por sororidad, apoyo y ánimo mutuo, por solidaridad entre mujeres…

Alexander Deineka. En el Encuentro de Mujeres, 1937. Museo Estatal de Bellas Artes de Chelyabinsk 

Por todo ello y por muchas cosas más queremos erradicar, para siempre, los comportamientos y comentarios machismosos. Al contrario: abogamos por cambiar el machismosismo por sororidad, apoyo y ánimo mutuo, por solidaridad entre mujeres… Olvídate de las críticas machismosas, y apúntate a fomentar el halago y la empatía entre nosotras. Por supuesto, podemos criticar a otras mujeres, pero con críticas serias, objetivas, respetuosas, y sobre todo: basadas en valores reales y no machistas, desde el rigor, desde la profesionalidad, desde la opinión política… No desde el cerebro antediluviano de nuestros equivocados ancestros.

Apoyarnos entre mujeres es, sin duda, una forma de crear un mundo mejor. Que tú lo hagas, también es un camino para, también, sentirte mejor. ¡Apúntate al stop machismosismo! Si todas lo hacemos, todas salimos ganando.

Comentarios

  1. María dice:

    Si, excelente, reflexión, así es muchas veces en nuestro diario vivir, en el trabajo,, deja a mala actitud,la peor de las discapacidades tener mal ❤ corazón, tristemente se ve mucho

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