Mundo Yold. Hoy hace un mes del fallecimiento de esta gran artista y excepcional mujer

Cómo Olivia Newton-John convirtió su experiencia con el cáncer en una aportación para la humanidad

Inés Almendros
7 septiembre, 2022

Hace ahora un mes que perdimos a una de las figuras más icónicas de nuestros mejores años. Olivia Newton-John nos dejó para convertirse en una leyenda eterna. Hoy no queremos centrarnos en su exitosa vida como artista, sino en la que fue posiblemente su más trascendental aportación: su gran labor en la ayuda al tratamiento e investigación del cáncer, la enfermedad que, tras de treinta años acompañándola, se la llevó.

En pleno verano del 2022, la muerte de la protagonista de Grease ha dejado desconsolada y triste a la humanidad. Porque Olivia Newton-John fue sin duda uno de los personajes más queridos y mejor valorados del universo de las celebrities, tanto por el público, como por el elenco de la fama internacional. En las siguientes horas después de su partida, artistas de todo el mundo mostraban su pesar, empezando por John Travolta, su querido amigo y compañero en Grease. Pero también lo hacían Rod Stewart, Bryan May, Kilye Minogue, Antonio Banderas, Dolly Parton, Mariah Carey, Jane Seymour, Nicole Kidman, Barbra Streisand, Elton John y otros muchos.

Y es que, a lo largo de más de sesenta años de carrera en la música y el cine, Olivia conquistó el corazón de millones de seguidores, gracias entre otras cosas, a su portentosa voz, pero también a su belleza exterior e interior.

Con Brian May, el guitarrista de Queen

El palmarés de su trayectoria es realmente abrumador: más de cien millones de álbumes vendidos, cuatro premios Grammy, docenas de discos de oro, miles de premios y reconocimientos, y por supuesto, películas icónicas como Grease.

Sin embargo, su espléndida carrera profesional no fue la única aportación que la artista dejó al mundo. Igual de sublime y abrumador es el inmenso legado que Olivia ha dejado después de trabajar durante décadas para que se investigara, se conociera y se tratara más y mejor la enfermedad que sufrió buena parte de su vida: el cáncer.

Treinta años de convivencia con el cáncer transformaron a Newton-John, que supo utilizar de forma positiva y activa su traumática, larga y profunda vivencia.

Una dolorosa herencia familiar
Olivia había nacido en el Reino Unido, pero creció y se educó en Australia, y siempre se consideró australiana pese a que residió buena parte de su vida en Estados Unidos. Nacida en el seno de una familia de grandes e interesantes personalidades (su abuelo, por ejemplo, fue Premio Nobel de Física, y su padre, un espía que luchó contra los nazis), la actriz recibió su primer diagnóstico de cáncer en julio de 1992, en la misma semana que había enterrado a su padre por la misma enfermedad, lo que para ella supuso un terrible shock. Durante meses, la artista se sometió a los primeros tratamientos contra la enfermedad, superando aquel primer tumor. Pero el cáncer regresaría a su vida nuevamente en 2013 y en 2017. Treinta años después del primer diagnóstico, en el verano de 2022, Olivia finalmente nos dejó. Años antes su hermana mayor, Rona, también falleció por un tumor cerebral.

Cómo convertir la enfermedad en una experiencia aportadora
Treinta años de convivencia con el cáncer transformaron a Newton-John, que supo utilizar de forma positiva y activa su traumática, larga y profunda vivencia. La cantante decidió emplear su experiencia como paciente, su enorme poder mediático como icono internacional, y hasta su gran fortuna económica, para emprender la que sería la más importante de sus aportaciones: la de ayudar a entender, tratar y combatir el mal.

En 2008, antes de que fuera diagnosticada por segunda vez, Olivia inició una maratoniana lucha para recaudar fondos y construir el Centro de Bienestar y Cáncer Olivia Newton-John (Centro ONJ) en Australia, una institución pública, financiada por el Gobierno y apoyada con continuas donaciones de la actriz y otras muchas que consiguió a los largo de los años. Para impulsar la fundación de esta institución, Olivia realizó una gran campaña publicitaria, que incluyó una marcha de tres semanas y 228 km a lo largo de la Gran Muralla China , a la que se unieron su ya entonces pareja John Easterling y otros famosos y enfermos que habían superado el cáncer. Gracias a aquella iniciativa, y a sus persistentes negociaciones con el Gobierno australiano, nació este hospital, que hoy es uno de los más reputados centros de cáncer del mundo, y en el que la propia Olivia ha sido tratada en los últimos años.

El Centro ONJ trabaja con una visión muy amplia que no solo se enfoca en la curación del cáncer, sino en aspectos como la atención al dolor, a la salud mental, y al bienestar de los enfermos. Por eso, los tratamientos oncológicos se complementan con otras disciplinas: desde acupuntura médica y arte terapia hasta fisiología del ejercicio, meditación, yoga y musicoterapia. Un planteamiento, en buena parte, que procede de la atención y dirección personal que su propia creadora aportó, como experta paciente de cáncer.

Pero además, la entidad también integra el Olivia Newton-John Cancer Research Institute (ONJCRI), uno de los principales centros de investigación especializado del mundo, donde, actualmente se desarrollan cientos de investigaciones y ensayos clínicos para una amplísima variedad de cánceres.

Al hablar del cáncer, no le gustaba utilizar las palabras “lucha y batalla”; al contrario, su mensaje era que el cáncer era un camino, una experiencia más en su vida.

Una fundación para terapias alternativas y mucho más
En Estados Unidos, la famosa Sandy de Grease, junto con su marido, puso en marcha la Fundación Olivia Newton-John, que en este caso está más dedicada a la investigación de tratamientos poco convencionales y basados en terapias naturales. De hecho, parte del apoyo terapéutico que Olivia utilizaba incluía cannabis medicinal, procedente en parte de los cultivos de su esposo, que es un importante productor y empresario de medicamentos vegetales. Olivia defendió durante años la enorme ayuda que encontraba en estas alternativas naturistas y muy especialmente las basadas en el uso del cannabis, sobre todo para superar capítulos de ansiedad y dolor.

Actualmente, la Fundación ONJ también desarrolla estudios por su cuenta, para aportar más conocimientos sobre las posibilidades de la medicina vegetal en el tratamiento contra el cáncer; por ejemplo, y siguiendo la información de la propia web de la institución, estudios “sobre la actividad antitumoral de los cannabinoides vegetales, con énfasis en el efecto del cannabidiol en el carcinoma de mama humano”; “el efecto anticancerígeno del extracto crudo de hojas de Annona Muricata Linn (AMCE) en la línea celular de cáncer de mama”, entre otros. “No pretendemos sustituir la oncología tradicional por estos métodos, simplemente aportar nuevas posibilidades con tratamientos menos agresivos a la lucha contra el cáncer”, declaró la artista a la hora de hablar de su fundación.

Para financiar más proyectos de investigación vendió su vestuario más famoso de Grease, su simbólica cazadora y los pantalones de cuero negros.

Para lograr todos sus proyectos en el conocimiento del cáncer, Olivia contribuyó de forma altruista y generosa, con incontables donaciones millonarias particulares, y con los fondos que obtuvo durante años gracias a un sinfín de actuaciones, conciertos, eventos y subastas. Precisamente, para ello vendió su vestuario más famoso de Grease, su simbólica cazadora y los pantalones de cuero negros. Fue noticia internacional que el comprador anónimo de la cazadora, que había pagado más de 200.000 dólares por ella, acudió posteriormente a devolvérsela a su dueña, con un mensaje que conmovió profundamente a la cantante:

Vídeo del momento en el que el anónimo millonario comprador de la cazadora, se la devuelve a la actriz

“Esta chaqueta te pertenece a ti y al alma colectiva de aquellos que te aman, aquellos para quienes eres la banda sonora de sus vidas. No debe quedarse en el armario de un multimillonario… Por esta razón, te la devuelvo con humildad y respeto a su legítima propietaria, que es usted”. El vídeo de la devolución mostraba a la artista feliz y emocionada al volver a tener su famosa chaqueta entre sus manos. Hoy la cazadora de Sandy se exhibe en el Centro Hospitalario ONJ.

Olivia nos ha dejado tras una vida increíble, plena, llena de éxitos y en la que brilló, sobre todo, como un ser humano excepcional. A lo largo de su vida y pese a su enfermedad, sacó toda la fuerza del mundo para colaborar en otras muchas causas e instituciones, como la ayuda a la infancia, la protección de los animales y la naturaleza. Al hablar del cáncer, no le gustaba utilizar las palabras “lucha y batalla”; al contrario, su mensaje era que el cáncer era un camino, una experiencia más en su vida que, al igual que otras, le había enseñado mucho y aportado nuevos conocimientos. Repetía insistentemente que el optimismo era una herramienta imprescindible en este trayecto de la vida. Hoy nos sentimos un poco más solos sin tener con nosotros a Olivia, una mujer tan guapa por dentro como por fuera, que contribuyó a divertirnos y a hacer un mundo mejor.

 

Comentarios

  1. Manuel Moreno dice:

    Formidable artículo de información .
    Gracias …

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