Cine Yold. Michael Doglas y Catherine Zeta-Jones cumplen años el mismo día
Douglas-Zeta Jones: ¡Estaban destinados a enamorarse!
En el artículo de hoy, nuestro crítico de cabecera, Ángel Domingo, se ha dado el gusto de entrar en la crónica rosa cinematográfica para contarnos cómo se conoció la pareja de actores, y cómo ha sido la evolución de su matrimonio con el paso del tiempo. Ambos nacieron un 25 de septiembre, en 1944 (él) y en 1969 (ella).
Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones cumplen años el mismo día. La actriz británica apagará 55 velas este 25 de septiembre, mientras que su marido celebra su 80 cumpleaños.
Cuando Michael Douglas vio a Catherine Zeta-Jones actuando en La máscara del zorro (Martin Campbell, 1998) no consiguió apartar sus ojos de la pantalla hasta que aparecieron los títulos de crédito. Le comprendo. La actriz acababa de ser elegida ‘la mujer más bella del mundo’. Al año siguiente de estrenarse la película de Martin Campbell, el actor tuvo ocasión de conocerla personalmente durante el festival cinematográfico de Deauville (Gran Bretaña). “Me habían dicho que Michael Douglas quería saludarme. Estaba un poco nerviosa porque no sabía para qué quería conocerme”, comentaría la actriz años después.
Sin embargo, Michael no se atrevió a saludar a Catherine aquella noche, pero acudieron a su rescate la entonces pareja Antonio Banderas y Melanie Griffith, que tenían más confianza con Catherine, e hicieron las presentaciones oficiales. Douglas se armó de valor para invitarla a una bebida y tratar de seducirla, y después de treinta minutos de una amigable charla le dijo, “voy a ser el padre de tus hijos”.
Ignoro si a Catherine se le ocurrió la idea de darle un guantazo, pero finalmente contestó, entre sorprendida y ruborizada: “¿Sabes? He visto y escuchado mucho acerca de ti, y creo que es la hora de que te diga buenas noches”.
Al día siguiente, Catherine tenía que coger un avión, pero Michael le compró unas flores a modo de disculpa; disculpas que Catherine aceptó encantada. “Supongo que aún así, salió bien” recordaba Michael, ya que nueve meses después ambos actores seguían viéndose y compartiendo cenas románticas. “Descubrí que él no pretendía que me convirtiera en su última conquista, y yo tampoco pretendí nunca apuntar el nombre de Michael Douglas en mi lista de parejas. Además de que nos divertimos mucho juntos”.
Así comenzó un romance por el que muchos apostaron que no terminaría bien, dada la diferencia de edad y la fama de Douglas de seductor incansable. Pero en noviembre del año 2000, Michael pidió a Catherine en matrimonio con un antiguo anillo Fred Leighton con diamantes de diez quilates. La pareja intercambió votos el día 18 de ese mes, durante una ceremonia celebrada en el famoso Hotel Plaza de Nueva York. Y se llevó luego un gran disgusto al descubrir que la revista Hello! había publicado fotografías no autorizadas y ‘poco favorecedoras’ de su boda, al no haber conseguido los derechos exclusivos de la ceremonia y el banquete, ya que ellos habían firmado la exclusiva con su principal competidora, la revista Ok. Tras ganar la demanda interpuesta contra aquella publicación, los actores tuvieron que doctorarse en el siempre complicado arte de callar bocas, esquivar los golpes de la prensa sensacionalista y vencer obstáculos. Sin ir más lejos, Douglas y Zeta Jones vivieron su particular vía crucis en 2010, después de que el protagonista de Instinto Básico (1992) fuese diagnosticado de un tumor en la garganta. Para más inri, en aquella misma época, Cameron Douglas, el hijo que el actor tuvo con su primera esposa, Diandra Luker, fue arrestado y condenado a varios años de prisión por tráfico de drogas.
Michael Douglas declaró a los periodistas que aquella dolencia suya había sido producto de su afición al sexo oral, aunque luego se retractó de sus declaraciones, y pidió perdón a su esposa por el daño que le había causado con su incontinencia verbal y su reincidente indiscreción.
El tumor de Douglas desapareció un año después de haber sido diagnosticado y tratado, pero el infortunio volvió a golpear a la pareja en 2011, cuando Zeta Jones admitió públicamente que padecía depresión y un trastorno bipolar, que le llevó a ser ingresada en un centro psiquiátrico en varias ocasiones. Aquel horrible bache ocasionó su divorcio, y anunció su separación en mayo de 2013. Varios meses después, tras bastantes sesiones de terapia de pareja, los actores volvieron a dejarse ver juntos en público, y confirmaron que se habían dado una nueva oportunidad. “Estoy loco por ella y sí, todas las parejas pasan por momentos difíciles”, apuntaba entonces el hijo de Kirk Douglas.
Desde aquel momento, el matrimonio de actores, que tiene dos hijos en común, Dylan y Carys, se afianzó como una de las parejas más populares y duraderas de Hollywood. De hecho, tanto Douglas como Zeta Jones han dejado claro a la prensa que no les van a intimidar las habladurías, las malas rachas profesionales o los contratiempos cotidianos. “Lo primero de todo es que nos lo seguimos pasando muy bien juntos”, respondió Zeta Jones hace unos meses cuando, en una charla en un popular programa televisivo, le preguntaron por el secreto de su exitosa relación de pareja. “Ninguna relación sentimental sería normal si no hubiera altibajos. Pero nuestra solución es amarnos y respetarnos. Nunca hemos perdido nuestro sentido del humor y todavía disfrutamos mucho de la compañía que nos hacemos el uno al otro”.
La cautivadora actriz, ganadora de un Oscar por Chicago (2002), dejó claro en la misma entrevista que, en su caso, había funcionado muy bien el equilibro entre eso que llaman ‘espacio propio y espacio compartido’: “A diferencia de la mayoría de las parejas, nunca hemos tenido un trabajo constante con horario de nueve de la mañana a cinco de la tarde. Por ejemplo, yo o estoy trabajando dieciséis horas al día o no trabajo nada. Y él igual.
Gracias a eso, a lo largo de nuestra relación hemos tenido la oportunidad de pasar muchas horas estando solos los dos. Gracias a eso, pudimos estar viviendo doce años en una isla de Bermudas para criar a nuestros hijos. Si a eso le sumas que respetamos el espacio del otro y que nuestro sentido del humor es eterno, no hace falta explicar nada más”.
Ángel Domingo Pérez
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