Mundo Yold. Te hablamos de las escritoras que tuvieron que esconder su género tras nombres de hombres
Ocho escritoras con seudónimo masculino para poder publicar
Hoy en Gente Yold recordamos a ocho autoras que debieron esconderse detrás de la identidad de un hombre para poder publicar. Todavía en la actualidad son numerosas las obras que siguen siendo conocidas con seudónimos masculinos, a pesar de haber sido escritas por mujeres.
¿Te suenan autores como Fernán Caballero, George Elliot o Isak Dinesen? Bien, pues esos escritores, y muchos otros, eran en realidad mujeres. Y es que, como ha ocurrido en otros ámbitos a largo de los años, la literatura ha sido siempre cosa de hombres. Hoy en Gente Yold te traemos la historia de ocho mujeres que no solo contaban con una enorme inteligencia y talento para escribir, sino que hicieron lo posible por enseñárselo al mundo, por más que ello costara tener que permanecer en el más profundo anonimato.
Virginia Wolf nunca firmó con seudónimo pero sí escribió sobre el rol de las mujeres en la literatura
Virginia Wolf, apenas comenzado el siglo XX, ya realizó una profunda reflexión en su magistral ensayo Una habitación propia sobre el rol de las mujeres en una tradición literaria totalmente dominada por los hombres: “Me atrevo a adivinar que ‘Anónimo’, que escribió tantos poemas sin firmarlos, era a menudo una mujer”. Según ella, la gran mayoría de las obras que han quedado en el legado histórico bajo la autoría de ‘Anónimo’ son, en realidad, obras escritas por mujeres que no podían desvelar su nombre -si realmente querían que su obra fuese publicada y leída-.
Una teoría que tiene muchas posibilidades de ser cierta; de lo que no queda duda es de la gran cantidad de mujeres escritoras que a lo largo de la historia han recurrido a seudónimos masculinos como única posibilidad de que la obra que tenían entre manos pudiese ser publicada y leída.
Retrato de Fernán Caballero
Fernán Caballero era mujer
De hecho, su nombre real era Cecilia Böhl de Faber y Larrea. Esta española, nacida a finales del siglo XVIII, no podía ni plantearse publicar un solo título bajo el nombre de una mujer y por eso quiso publicar sus primeras novelas como Fernán Caballero. A pesar de que su padre trató de persuadirla para que no perdiera el tiempo escribiendo, porque -¡oh sorpresa!- esa era una labor supuestamente masculina, nada pudo evitar que ella, aún oculta bajo su seudónimo, se convirtiera no sólo en una de las pioneras de la narrativa femenina española, sino también en la dueña de un brillante legado periodístico.
Fernán Caballero era una mujer y se llamaba Cecilia Böhl de Faber y Larrea.
Charlotte Brontë
Hermanas Brontë, unas pioneras de su época
No nos cabe duda de que conoces Cumbres borrascosas. ¿Sabías que había sido escrita por una mujer? Este clásico de la literatura inglesa fue publicado en 1847 bajo el seudónimo de Ellis Bell. Su verdadera autora fue Emily Brontë, una de las hermanas Brontë, un trío de mujeres que no tuvo ningún pudor en sortear las restricciones que se imponían a las mujeres en la férrea época victoriana. Los seudónimos elegidos por cada una de ellas compartían la inicial de su propio nombre: Currer (Charlotte), Ellis (Emily) y Acton Bell (Anne).
Anne Brontë
Cumbres Borrascosas fue escrito por Emily Brontë. Ellis Bell era tan solo un pseudónimo.
Emily, Anne y Charlotte no solo fueron auténticos talentos literarios, sino que además se posicionaron como unas pioneras y avanzadas de su época. Las tres, rozando la treintena, huyeron del destino terriblemente marcado para las mujeres en aquel momento y se aislaron en los páramos ingleses de Yorkshire. Allí escribían sin cesar, creando obras magistrales como la mencionada Cumbres borrascosas, Jane Eyre o Agnes Grey. En este vídeo podéis encontrar un resumen perfecto sobre su historia:
Mary Anne Evans: novelista y poeta olvidada
Middelmarch es una obra considerada por algunos la críticos como la mejor novela escrita en inglés. Sin embargo, pocos atribuirán esta pieza a la autora Mary Anne Evans, sino al escritor George Eliot. Bien, éste solo era el seudónimo de Mary, a la que hoy podemos reconocer como una de las mujeres más representativas del panorama literario de la Inglaterra del XIX. Como muchas otras mujeres a lo largo de la historia, ella se vio obligada a usar un nombre masculino para poder ser leída y publicada.
George Eliot
Middelmarch es una obra considerada por algunos la críticos como la mejor novela escrita en inglés. Fue escrita por una mujer: Mary Anne Evans.
A parte de ser la creadora de grandes novelas como Escenas de la vida clerical (1858), Adam Bede (1868), El molino junto al Floss (1860) y Silas Marner (1861), se ha descubierto recientemente que Mary Anne Evans fue también una excelente poeta. En sus poemas, Evans muestra con gran fidelidad una mujer que se rebeló contra toda norma.
Karen Blixen
Memorias de África sigue estando firmado por un hombre
Si vas hoy mismo a una librería y te haces con el conocido libro Memorias de África, verás que todavía hoy sigue firmado por Isak Dinensen. En realidad, la autora es Karen Blixen, escritora danesa de vida fascinante y de pluma prolífica. El mismo Hemingway reconoció en un momento de su vida que se hubiera sentido feliz si el Nobel de Literatura se lo hubieran dado a ella. Vivió varios años en Nairobi junto a su primer marido, experiencia que supo trasladar al papel con una elegancia y brío en la conocida obra que, con su adaptación cinematográfica, caló para siempre en el imaginario colectivo. ¿O es que no todos soñamos con tener una granja en África después de ver el film protagonizado por Meryl Streep y Robert Redford?
Gente Yold le dedicó un amplio artículo a esta magnífica escritora: https://genteyold.com/yo-tenia-una-granja-en-africa/
J. K. Rowling
La creadora de Harry Potter
Es cierto que actualmente todos sabemos que detrás del nombre J. K. Rowling hay una mujer, creadora de uno de los personajes de ficción más famosos en la actualidad: Harry Potter. Pero lo cierto es que la autora, cuando presentó a su editorial el primer manuscrito del libro, ésta le sugirió que no especificase su nombre tal cual era –Joanne-, ya que ningún adolescente querría comprar el libro de una mujer.
En los recientes años 90 ¡todavía una mujer tuvo que ocultar su nombre para asegurar las ventas de su libro!: J.K. Rowling.
En el caso de las otras escritoras de las que hablamos en este artículo, vivieron mayoritariamente a principios del siglo XIX, pero en este caso, hablamos de los recientes años 90 y ¡todavía una mujer tuvo que ocultar su nombre para asegurar las ventas de su libro!
Caricatura de Colette
Colette, la autora que firmaba con el nombre de su marido
Sidonie Gabrielle Colette se casó en 1893 con el escritor Henry Gauthier Villars, un hombre 15 años mayor que ella. Mientras su esposo salía sin cesar por los clubes de la capital francesa, Colette se quedaba en casa, desarrollando su indudable talento literario. Así escribió Claudine en la escuela, una novela inspirada en los recuerdos que ella tenía de su niñez y su adolescencia… y que terminó siendo firmada por su marido. Esta primera novela de Colette fue considerada un fenómeno editorial, sin embargo, fue Gauthier el que se llevó los elogios. Tras más de diez años de infidelidades y otras desavenencias, Colette decidió divorciarse de Gauthier y al año siguiente publicó Diálogos de animales, el primer libro firmado por ella.
¿Conocías a estas mujeres escondidas detrás de un seudónimo? ¿Conoces alguna historia más? No dudes en compartirlo con nosotros a través de los comentarios o en alguna de nuestras redes sociales.
Foto de portada: Pensamientos extraviados (1913), de Edmund Blair Leighton. Oleo sobre lienzo.
Faltó Amantine Dupine…firmaba como George Sand.
Muy interesante
Me gusto mucho el contenido