Mundo Yold. La cantante fue un icono de resiliencia hasta el final de su vida

Tina, la mujer que conquistó la gloria y el amor después de los cuarenta

 

 

Inés Almendros
12 junio, 2023

Mucho se ha hablado del durísimo calvario que la artista e icono de masas vivió durante su juventud al lado de su marido Ike Turner. Pero poco se ha dicho de cómo después se reinventó y se convirtió en una de las grandes estrellas de nuestro tiempo, cuando ya era una mujer madura y separada, a la que todos suponían en decadencia. Gracias a su firme lucha interior, a su inagotable capacidad de resiliencia, Tina pasó de ser una cuarentona a la que supuestamente se le había pasado el arroz (artístico), a convertirse en la máxima leyenda de rock, y en todo un icono sexual. Fue también entonces cuando encontró el amor de su vida. Su historia de renacimiento y reconversión es una auténtica inspiración para todos los que somos yold: Tina nos demostró que hay vida más allá de la madurez.

Para muchos y muchas, Tina Turner ha sido un icono de resiliencia, un referente de poderío; ahora, su reciente fallecimiento a los 83 años nos deja huérfanos de su ejemplo. Finalmente pudo el cáncer y la enfermedad renal que padecía desde hace años -nadie es eterno-, pero sí lo son sus canciones y su señorío en el escenario. Hoy, en los corazones de la Gente Yold resuena una y otra vez Your The Best.

Con Ike, su marido y maltratador

Sí, las viejas rockeras a veces mueren, es ley de vida. Parecía que nada iba a poder con la grandiosa resistencia de Tina, pero su vida llegó a su fin el pasado 24 de mayo, en su residencia de Küsnacht, cerca de Zúrich (Suiza).

Tina tuvo una infancia, juventud y primera madurez verdaderamente difíciles. Le costó alcanzar el triunfo en la música y padeció durante muchos años violencia conyugal. La propia cantante concedió una entrevista en 1993, en la que, por primera vez, confesaba con detalle las vejaciones y palizas de su pareja artística y afectiva (por decir algo), el maltratador de manual, Ike Turner. A partir de ese momento, su historia de violencia conyugal se hizo conocida en todo el mundo, inspiró una película, y también se convirtió en un referente para millones de mujeres que igualmente sufrían abusos similares.

Tina con las Ikettes realizada por su amiga Rhonda

Convertirse al budismo le ayudó: su renacida fuerza espiritual la empujó a transformar su drama y dolor, en fuerza y poder.

Entre los numerosos maltratos que recibió, según confesión propia, el tipo llegó incluso a arrojarle café hirviendo a la cara, lo que le provocó quemaduras de segundo grado: “Usó mi nariz como saco de boxeo tantas veces, que podía notar el sabor de la sangre a través de mi garganta. Me rompió la mandíbula. Y no podía recordar lo que era no estar con los ojos amoratados”. En Gente Yold publicamos un amplio artículo sobre el drama que padeció la cantante: https://genteyold.com/dia-internacional-contra-la-violencia-de-genero-el-infierno-de-tina-turner/

En Las Vegas, durante los años de transición

Después de haber vivido estos años de palizas, violaciones, abusos físicos y psicológicos de toda índole, Tina, por sí misma, se autoconvenció de la necesidad de cambiar de vida y abandonar aquel sufrimiento. Convertirse al budismo le ayudó: su renacida fuerza espiritual la empujó a transformar su drama y dolor, en fuerza y poder.

Tina rompió el mito de que solo las jóvenes son sexys

En su libro Happiness Becomes You, la propia Tina dio las claves que utilizó para cambiar su dolor por fuerza, esperanza y deseos de transformación: “Hubo muchas circunstancias y fuerzas externas que no pude cambiar o controlar, pero la revelación que me cambió la vida fue que yo podía cambiar mi manera de responder a esos desafíos… Cada vez que tenía un pensamiento negativo, repetía afirmaciones positivas ocho veces seguidas para contrarrestarlo, así es como empecé a amarme a mí misma”, dijo la artista.

Cada vez que tenía un pensamiento negativo, repetía afirmaciones positivas ocho veces seguidas para contrarrestarlo, declaró la artista.

Con el tiempo, y cada vez más empoderada a través de su propia fuerza personal, Tina logró escapar de su marido y maltratador, Ike. Lo hizo, tal y como narró muchas veces, una noche cualquiera, previa a un concierto, y después de una de tantas veces que él la golpeó brutalmente. La cantante decidió que era el momento de no aguantar más. Esperó a que Ike durmiera y abandonó el hotel donde permanecían, cruzó la autopista, y se refugió en el hotel de al lado, llevando solo lo puesto, ni dinero, ni maletas ni nada más… Aquel corto viaje fue el principio de su liberación, y también, de su gloria. Aquello fue en 1976; a partir de este momento, pidió el divorcio, que llegaría dos años más tarde, en 1978. Tina tenía entonces 39 años, y había dilapidado su juventud junto a un maltratador, que además se quedó con las casas, los coches, los derechos artísticos y las cuentas bancarias. La artista solo pidió una cosa: apropiarse definitivamente de su nombre artístico, Tina Turner. Fue lo único que decidió salvar y recoger de la ruina que había sido hasta entonces su vida. Y con ese pequeño legado, su nombre artístico, se dispuso a iniciar su nueva vida.

Private Dancer, álbum que cambió su vida. Las piernas de Tina ilustraban la contraportada

Pero comenzar desde cero, a finales de los 70, para una mujer entrada en la cuarentena, y encima negra, por muy artista que fuera, no resultaba precisamente fácil. Gracias a sus relaciones en el mundo y a sus múltiples amistades (siempre fue muy querida entre los colegas), Tina comenzó a trabajar en todo tipo de espectáculos, bolos y shows. Es tal vez el periodo más desconocido de su carrera artística, pero fue una fase absolutamente trascendental para su recuperación. Como ella misma explicaba en su documental “había que seguir pagando las facturas“, necesitaba trabajar para mantener a sus hijos, montar de nuevo su hogar. Pero esto no era todo:  Tina seguía seguía teniendo sueños, muchos sueños: quería volar, volver a ser una estrella, viajar, demostrar al mundo su increíble talento…

Portada de 1984 en Rolling Stone: nacía la nueva Tina

En aquellos años difíciles, su mayor apoyo fue, precisamente, una amiga, Rhonda Graam (a la que, curiosamente, había conocido porque era una de las amantes de Ike), la que le ayuda a tirar adelante. Cuando Tina partió desde cero, Rhonda -que había acompañado previamente a la pareja- se convirtió en su representante exclusiva. Apoyada por la antigua popularidad de Tina, Graam consiguió todo tipo de actuaciones: entre los años setenta y principios de los ochenta, Tina salía continuamente en la tele, haciendo desde shows con Cher, hasta concursos. Llegó a actuar durante meses en Las Vegas. Pero esto no era suficiente: con estos trabajos, pagaba las facturas, pero no le llenaban artísticamente. Quería más… Libre de Ike, con experiencia y en su máximo esplendor personal y profesional, Tina sentía que quería y podía llegar a brillar como nunca. Y buscaba la forma de hacerlo. Por ello, cuando en su vida se cruzó el joven representante Roger Davies -un joven productor musical que llevaba, entre otras, a Olivia Newton John- supo aprovechar el momento.

Algunos de sus looks en los ochenta (imagen de Instagram Oficial Tina Turner)

Tina pidió a Roger que la representara (aunque Rhonda siguió siempre trabajando a su lado y fue su amiga hasta el final, ejerciendo incluso de madrina en su posterior boda). Davies conocía a Tina, pero no sabía muy bien qué hacer con ella. Sabía que su edad iba en su contra pero, aun así, asistió a uno de sus conciertos en Las Vegas, y comprobó que su enorme potencial no solo estaba intacto, sino mejor que nunca: “Era sencillamente un animal en el escenario, tenía algo increíble“. Enseguida decidió apostar por ella. “¿Qué es lo que te gustaría hacer? Le preguntó. “Quiero ser una estrella del rock and roll y llenar estadios como los Rolling Stones“, contestó Tina. Todos sabían que reconvertir a una estrella del blues en supuesta decadencia, y para colmo mujer, negra y cuarentona, resultaría una excentricidad para las casas de discos, pero se pusieron manos a la obra.

En 1984, nació Private Dancer, el álbum que reconvirtió a la antigua Tina Turner, en la gran mega estrella del momento.

Con su amigo, David Bowie

Por su parte, la propia Tina decidió reformar su look, se cortó el cabello, se puso mechas y la estética punk con los pelos de punta, que la haría famosa en el mundo. Renovó sus eternas minifaldas ahora, con un look de los ochenta, y añadió a su outfit cazadoras, tachuelas, leggins metalizados… Por su parte, Rogers se encargó de buscar discográficas, para lo cual tuvo más de un duro enfrentamiento, y se encontró con muchos colegas del sector que directamente se reían de su intento de reciclar a aquella señora mayor. Pero siguió adelante: buscó para ella los temas y los músicos adecuados y puso su nueva carrera a rodar. Con algunos altibajos, la cosa empezó a funcionar. En 1984, nació Private Dancer, el álbum que reconvirtió a la antigua Tina Turner, en la gran mega estrella del momento. A partir de ahí, todo se catapultó: el disco fue de los más vendidos de la historia; Tina se convirtió en una estrella del rock, que colaboraba con los más grandes (los Rolling, Bowie, Clapton…). Sus giras por todo el mundo suponían auténticos récords de público y facturación. Con cuarenta y pico años, Tina Turner se convirtió en leyenda.

En el escenario junto a Mike Jagger

Además de romper todas las barreras artísticas existentes, Tina destrozó otros muchos tópicos: pese a no disimular en absoluto su edad, su figura se trasformó en un auténtico icono sexual… “Si Tina no es lo más sexy del planeta, no sé qué puede serlo...” comenta alguien en el documental Tina. Con sus preciosas piernas por bandera, sus tacones, acompañada por sus bailarinas a través de las luces y sus sensuales movimientos, la madurita Tina Turner cambió para siempre, en los años ochenta, la concepción de que solo lo joven es sexy.

Su éxito no fue solo artístico o económico: hasta aquella época, Tina siempre se había sentido poco amada. Desde la infancia se había sentido poco querida por sus padres, que la habían abandonado. Su marido la maltrató, humilló y despreció durante décadas. Incluso cuando se convirtió en la gran estrella mundial, seguía sintiendo aquella importante carencia afectiva. Hasta que, en 1985, encontró a Erwin Bach. Fue cuando viajó a Alemania para dar unos conciertos; su representante Roger le dijo que Erwin la acompañaría durante su estancia en Alemania. Erwin, más joven que ella, era uno de los ejecutivos de la discográfica, y durante ese viaje, le tocaba ocuparse de ella. Desde entonces, nunca más se separarían. Con cuarenta y pico años, Tina encontró su gran amor, el amor que la hizo feliz, el que la acompañaría el resto de su vida.

La madurita Tina Turner cambió para siempre, en los años ochenta, la concepción de que solo lo joven es sexy.

El mejor momento, la madurez
Con su ejemplo, Tina poderosa, superviviente, alegre y sabia, demostró que una mujer en la cuarentena puede ser sexy, lideresa y vivir su mejor momento en la madurez. Todo un ejemplo yold para el mundo entero.

Muchos detalles de su vida resultan extraordinarios: Turner ostenta el premio Guinness por llenar un estadio con 180 mil personas; terminó su última gira a los 69 años; sobrevivió al abandono familiar, al maltrato conyugal, al suicidio de un hijo, y a un trasplante de riñón donado por su marido.

Con Erwin Bach, su gran amor

2013 fue un año crucial en su vida: se retiró de los escenarios con casi 74 años de edad y 54 años de carrera artística; adquirió la nacionalidad suiza, renunció a la estadounidense, confirmó su retiro para siempre de la música y se casó con el productor musical Erwin Bach, 17 años más joven que ella.

Incluso sobrevivió a una proyectada eutanasia. Según cuenta ella misma en su autobiografía, My Love Story, estuvo a punto de acabar con su vida cuando vio la muerte muy cerca, tras ser diagnosticada de cáncer intestinal. La eutanasia es legal en Suiza, y Tina se inscribió en la lista de la organización Exit, que da apoyo a los que conscientemente deciden el suicidio asistido. Su estado físico sufría ya una fuerte decaída, y a las pocas semanas ya casi no podía caminar o alimentarse por sí misma.

La foto con la que desde su cuenta de Instagram anunciaron su fallecimiento

Sin embargo, como escribe en su autobiografía: “Mi marido me dijo que no quería perderme, que no quería a ninguna otra mujer, ni ninguna otra vida. Dijo que éramos muy felices y que haría cualquier cosa para mantenernos juntos. Fue entonces cuando me dijo que me daría uno de sus riñones. Su generosidad me sobrecogió”. En Gente Yold dedicamos un extenso artículo al respecto: https://genteyold.com/tina-turner-las-viejas-rockeras-nunca-mueren/

Un año después, en abril de 2017, el trasplante fue realizado con éxito. Sin duda, una vida de contrastes la de Tina: pasar de un marido maltratador a un marido que te dona uno de sus órganos vitales no es algo frecuente.

En los últimos años de su vida, Tina llevó una vida tranquila, muy centrada en su hogar; salía a pasear y hacer ejercicio a diario. También le gustaba hacer pequeñas compras en las tiendas cercanas; particularmente le gustaba acercarse a una tienda gourmet, donde adquiría trufas blancas y salmón ahumado. Con estos pequeños detalles nos podemos hacer una idea de la sencillez y tranquilidad de la cantante en los últimos tiempos, de su merecidísimo descanso.

Tina, ¡siempre estarás en nuestros corazones!

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