Mundo Yold. Reciente estreno de un documental imprescindible para los fans de George Michael

 

Wham!: una historia de amistad y de cómo el gusano se trasformó en mariposa

 

 

Inés Almendros
20 julio, 2023

En estos días se ha estrenado, en la plataforma Netflix, y cuando se cumple cuarenta años de sus primeros éxitos, el documental Wham!, que nos relata la historia de uno de los grupos más amados por la generación yold. Una historia real sobre dos amigos de la infancia, George Michael y Andrew Ridgeley, que triunfaron con la música, pero tuvieron una evolución dispar, pues el enorme talento de George de alguna forma acabó devorando a su compañero. Sin embargo, y rompiendo la maldición habitual, lejos de separarse de mala manera, George y Andrew lo hicieron de mutuo acuerdo, con un abrazo y un gran concierto final. Con los años, la gloria de Andrew no fue cosechar más éxitos, sino haber sabido echarse a un lado, con generosidad y elegancia, para que el gran talento de George Michael pudiera brillar.

Andrew John Ridgeley y Georgios Kyriacos Panayiotou, nombre real del artista a quien todos conoceríamos como George Michael, se hicieron amigos desde niños, cuando ambos asistían al colegio Bushet Meeds School, en Watford, Inglaterra. Inseparables, desde siempre compartían sus aficiones musicales y su admiración incondicional por Elton John o David Bowie, entre otros. Pero los dos críos eran bien distintos: Andrew era un chico seguro, alegre y de gran personalidad, muy popular entre los chavales del barrio. Por contra, Georgios, a quien Andrew llamaba cariñosamente Yog, era tímido e inseguro: su padre, emigrante de origen griego-chipriota, era un hombre luchador y tradicional, que había montado un restaurante y elevado, con mucho esfuerzo, la posición económica de su familia; por lo que también presionaba enormemente a su hijo para estudiar, llegar lejos y convertirse en el clásico “hombre de provecho”.

Andrew y George, dos niños tan amigos como diferentes

Para los padres de Michael, la amistad de su hijo con Andrew no presagiaba nada bueno. No querían que su hijo perdiera el tiempo con aventuras musicales. Además, y para colmo, George arrastraba muchos complejos: llevaba gafas, era gordito, su aspecto estaba en las antípodas del guapísimo icono sexy y sensual que llegaría a ser con los años. Claramente, cuando empezaron, en este dúo de amigos y músicos Andrew era el líder, el interesante y el guaperas y Michael, el colega de barrio, un tanto perdido, pero que se dejaba llevar.

Andrew fue fundamental para que el genio de Michael pudiera brillar

Unidos por la música, Andrew y Georgios montaron un primer grupo, una pequeña banda de ska, llamada The Executive, que no llegó a ningún lado. Pero su amor mutuo por la música era tan sincero como sus ganas de triunfar, así es que lo siguieron intentando y comenzaron a crear sus propios temas de pop: canciones pegadizas, que al principio escribían entre los dos, y con las que poco a poco, fueron llamando la atención.

Wake Me Up Before You Go Go, que fue un hit en todo el mundo, les lanzó a la fama internacional.

Con una primera actuación en la tele, en el famoso programa Top of the Pops, consiguieron un importante éxito. A partir de este momento, sus primeros temas comenzaron a subir en las listas.

Para entonces, Michael, al menos externamente, ya había comenzado a soltarse y a liberar parte su increíble carisma, genio y sexualidad. Pero además, también iba despegando su enorme talento musical. Conscientes ambos de su enorme creatividad, Yog comenzó a componer en solitario todos los éxitos de la banda. Así sucedió con Wake Me Up Before You Go Go, que fue un hit en todo el mundo, les lanzó a la fama internacional, y al que continuaron canciones que hoy ya son clásicos como Last Chrismas, I´m your man o Freedom. El dúo realizó giras increíbles, llegando incluso a China donde fueron el primer grupo occidental en actuar.

Michael, en su adolescencia, en las antípodas del ídolo que sería con los años

Pero, aunque ellos seguían siendo los mejores amigos, evolucionaban de forma muy diferente. Aunque era algo que, por entonces, solo sus íntimos (como Andrew) sabían, George era homosexual: algo que, por distintas razones, mantenía como secreto, lo cual a su vez le presionaba terriblemente. Sufría por el hecho de no poder abrirse; sufría con la sensación de estar mintiendo al promocionarse como un ídolo para sus millones de fans.

A George le torturaba el hecho de no poder vivir su sexualidad abiertamente y en paz.

Le torturaba el hecho de no poder vivir su sexualidad abiertamente y en paz. Sus múltiples problemas interiores le llevaron a abstraerse, y volcarse en su carrera musical: en su camino hacia adelante, el innato genio de Yog crecía en cada canción, en cada álbum, en cada trabajo. Andrew, por el contrario, se había contraído en su papel mucho más pasivo y carecía de la ambición expansiva de su compañero.

Poco a poco, el genio, el talento y el atractivo de George comenzaron a desatacarse 

Llegó un momento en que George componía todas las canciones, cantaba con su fabulosa voz, producía todos los discos. Se había convertido, de cara al mundo entero en el claro ídolo, en la estrella del grupo, y en uno de los tipos más populares del planeta. Paso a paso, esta realidad se plasmó en hechos muy concretos: aunque el tema Careless Whisper apareció en el segundo álbum de estudio de la banda, lo cierto es que solo estaba interpretada por George.

George componía todas las canciones, cantaba con su fabulosa voz, producía todos los discos.

Se trató de su debut en solitario y le colocó en lo más alto de la cima de la música. Meses más tarde, en el concierto Live Aid de 1985, Elton John le invitó a cantar a su lado su éxito, Don’t Let The Sun Go Down On Me. Aunque Andrew también participó en la actuación, solo hizo los coros, atrás, en una esquina de escenario.

A la derecha, Andrew compartiendo una imagen durante su práctica del ciclismo, su afición favorita

La separación entre la superestrella en expansión y el compañero, cuya fama se apagaba, fue un final previamente anunciado. Pero, al contrario de como sucede tradicionalmente en los grupos musicales, fue tan amistosa como ejemplar.

Con motivo del documental, Andrew ha vuelto a la actualidad

-“Ambos sabíamos que había llegado el momento de separarnos“, comenta el propio Andrew en el documental de Netflix. Como los buenos amigos que eran, decidieron organizar la despedida de una forma emocionante, con un disco y un histórico concierto en el Estadio de Wembley, el 28 de junio de 1986, llamado The Final. Una ocasión excepcional, en la que ambos, abrazados, y tras ocho horas de música, se dijeron adiós ante más de 70.000 aficionados. Tal y como Andrew recuerda en el documental, además de tristeza, lo que los dos amigos sintieron, al acabar su camino juntos, fue un gran orgullo por todo lo conseguido.

Imágenes del documental

Durante el proceso de estrellato de George, y la separación de Wham!, Ridgeley demostró, sin duda alguna, una enorme inteligencia y generosidad, para permitir la expansión del genio y el talento de su compañero, sin que las envidias, los celos o cualquier otro sentimiento se pusieran por el medio.

“Ambos sabíamos que había llegado el momento de separarnos“, comenta el propio Andrew.

También en la película, el propio George Michael (en entrevistas realizadas antes de su muerte) reconoce que fue Andrew quien le ayudó a pasar a ser, de un tímido chico, acomplejado e inseguro, de barrio, a una superestrella musical. Si Andrew no hubiera estado allí para tirar de él, para animarle a hacer música juntos, su vida hubiera sido absolutamente distinta.

Sabemos lo que pasó una vez que se separaron: George, efectivamente, continuó su estela gloriosa hasta el estrellato absoluto, confirmando su éxito superlativo, con discos que ya son historia, y viviendo por el camino las glorias y también los infiernos habituales en los genios sin fronteras. Nos dejó pronto, demasiado pronto, en el año 2016, de un infarto, el día de una triste navidad.

Tras la separación, Andrew, por su parte, intentó lanzar algún disco por solitario, pero sus pocos intentos por volver a la música tuvieron una total falta de apoyo, tanto por parte de la crítica, como de los fans. Sin embargo, los royalties conseguidos gracias a los discos de Wham! le proporcionaron una renta millonaria de por vida, gracias a la cual ha podido dedicarse a sus numerosas inquietudes, entre ellas la defensa del medio ambiente y el ciclismo. Pese a perder la relación continuada, Andrew y Yog siempre fueron amigos, hasta el final. Y cuando George falleció, Ridgeley expresó en Instagram su gran dolor por la pérdida.

Grandes amigos en todas las circunstancias y lugares

Ahora, el documental de Wham!, estrenado con motivo del cuarenta aniversario del lanzamiento del primer disco del grupo y de sus primeros éxitos, nos devuelve la historia de una de las amistades más sanas y envidiables de la música, y de paso, nos refresca con las imágenes del dúo en su mejor momento, y su fantástica discografía llena de temas para no olvidar.

 

 

 

 

 

 

 

Comentarios

  1. B.H.D. dice:

    Un grupo original de su época….

    Como tantos aquellos de los ochenta…marcaron un tiempo

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