Cine Yold. En su 48 aniversario, reivindicamos el gran talento de la actriz y su carácter generoso y altruista
Angelina Jolie, bella persona y actriz de talento

A muchos cinéfilos nos gusta reconocer que Angelina Jolie, además de liderar la mayoría de las encuestas sobre las mujeres más sexys del mundo; además de sus conflictos con su ex pareja Brad Pitt, y además de adoptar a niños de diferentes razas, es en primer lugar una intérprete valiente y solvente y, desde luego, bellísima. Hoy, nuestra protagonista cumple 48 años, se va acercando a la yoldidad… ¡Muchas felicidades, Angelina!
Desde muy joven, Jolie ha sufrido la maldición de la belleza. Obviamente, gracias a ella es famosa en todo el mundo, pero a cambio tiene que sufrir el desprecio de la crítica especializada. Dicho esto, hoy quiero demostrar con cinco ejemplos cómo Angelina también sabe arriesgar, eligiendo papeles menos glamurosos:
–Inocencia interrumpida (James Mangold, 1999). Basada en hechos reales, esta cinta nos lleva al año 1967, presentándonos a Susanna Kayses (Winona Ryder) que, como la mayoría de las jóvenes de su edad, se siente confusa, insegura y pelea continuamente para entender el mundo que la rodea. Tras diagnosticarle un trastorno de la personalidad, su psiquiatra decide ingresarla en el Hospital Claymoore. Allí, Susanna conoce a Lisa, Georgina, Polly y Janet, un grupo de chicas inadaptadas con las que entabla una estrecha amistad y que, además, le muestran el camino para encontrarse a sí misma. Una joven Angelina interpretó tan brillantemente a una de estas rebeldes jóvenes que la Academia le premió con su único Oscar a Mejor actriz secundaria.
Angelina sabe arriesgar y elige papeles complicados en los que no se juega solo la baza de su belleza física.
–El buen pastor (Robert de Niro, 2006). Esta película, desconocida para el gran público, cuenta la biografía del sacerdote James Wilson (Matt Damon), desde el año 1930 al 1960. Graduado en la Universidad de Yale, acabó siendo uno de los fundadores de la CIA. Angelina encarna a la esposa de este hombre, que vive aterrada ante las constantes amenazas de muerte que llegan a su familia.
Jolie debe ser valorada como actriz, y si alguien prefiere centrarse en su vida privada, sus estilismos, o sus extravagancias que escriba cotilleos para la prensa del corazón.
–El intercambio (Clint Eastwood, 2008). Tal vez, la mejor razón para demostrar que Angelina es una gran actriz es que Clint Eastwood la eligiera para una de sus películas más importantes, y ella estuvo a la altura en su interpretación de Christine Collins, la madre soltera a la que le arrebataron un hijo sin dejar rastro. Meses después, la policía le comunica que han encontrado al niño, pero ¿cómo no va a reconocer una madre a su propio hijo? Y nada más verlo, Angelina se da cuenta de que no es su hijo, pero está tan desesperada que se lo lleva a su hogar, aunque exige que continúe la búsqueda de su verdadero hijo. Acusada de loca por la policía, por fin encuentra un aliado en el reverendo Briegleb (John Malkovich), que la ayudará en su cruzada personal.
–Jugando con el corazón (Willard Carroll, 1999). Un grupo de personas que pertenecen a distintas generaciones y tienen estilos de vida muy distintos, coinciden en un punto común: buscan el amor y la amistad en Los Ángeles de hoy en día. Entre ellos están Hannah (Jolie) y Paul (Sean Connery), un matrimonio cuya convivencia se verá amenazada. Meredith, una soltera vocacional consagrada a su trabajo. Hugh, un solitario, que va de bar en bar contando tristes historias de amor. Gracie y Roger, una pareja que ha encontrado la diversión sexual en una relación clandestina, o Joan y Keenan, dos jóvenes que pasan el tiempo soñando en los locales nocturnos de Los Ángeles. En un reparto coral de gran talento, Angelina demuestra su magnetismo, adueñándose de la pantalla cada vez que aparece y eclipsando a los demás actores.
Con estos cinco ejemplos quiero demostrar que Angelina Jolie debe ser valorada como actriz, y si alguien prefiere centrarse en su vida privada, sus estilismos, o sus extravagancias que escriba cotilleos para la prensa del corazón.
Ángel Domingo Pérez
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