Cine Yold. Las lágrimas de un icono de masculinidad
Los héroes, como Harrison Ford, también lloran, pero… ¿tanto?

El conocido actor Harrison Ford caminaba por la Rue d’Antibes, acompañado de su pareja, la también actriz Calista Lockhart, la mañana en que había sido invitado para subir al escenario a recoger la Palma de Oro honorífica. En ese momento no se podía imaginar la gran emoción que iba a desencadenar en él los aplausos del público asistente al festival de cine más importante del mundo. De estas lágrimas vertidas por un icono mundial de la masculinidad trata el artículo de nuestro héroe local y crítico de confianza, Ángel Domingo.
Fue tan larga y sonora la ovación que nuestro héroe favorito no pudo reprimir que abundantes lágrimas recorrieran sus mejillas. Lo cierto es que Harrison Ford es uno de los actores más admirados por el público, y las huellas de sus manos permanecerán para siempre en el cemento del Grauman’s Chinese Theatre desde el 4 de junio de 1992. Esta distinción no corresponde a ningún galardón por una película, sino un reconocimiento a su amplia y destacada carrera, que comenzó en la década de los 50, con un minúsculo papel en el que sufría un atropello.
Después, en la gran pantalla interpretó al agente Deckard en Blade Runner (1982), al icónico Han Solo de la célebre saga de La guerra de las galaxias a partir de 1977, y naturalmente, al arqueólogo más famoso de la historia, Indiana Jones, desde su puesta de largo en En busca del arca perdida (1981), y durante nada menos que cuatro décadas luciendo el sombrero Fedora y su icónico látigo.
Este año 2023, se anunció el estreno de Indiana Jones 5. El dial del destino. Para su protagonista, Harrison Ford, que acaba de cumplir ochenta años, es más que previsible que suponga su despedida del mítico personaje.
De esta manera, no debemos extrañarnos de la emoción que debió sentir Ford al recoger la Palma de Oro honorífica, uno de los galardones más simbólicos del mundo del cine. Minutos después de bajar del escenario, el actor declaró: “Dicen que cuando estás a punto de morir, ves tu vida pasar ante tus ojos. Y yo acabo de ver mi vida pasar ante mis ojos, una gran parte de mi vida, pero no toda mi vida”.
Por supuesto que los hombres también lloran
De niños nos solían decir esta frase, después de que te hicieras daño: “¡los niños no lloran, quienes lloran son las niñas!”.
Naturalmente, son ideas utilizadas con el objetivo de formar varones fuertes e irrompibles, capaces de controlar el dolor, que encaran el destino de frente, sin temor a nada y, por otro lado, distinguirlos de las mujeres, consideradas erróneamente el ‘sexo débil’. Pero dando un paso más allá, ¿qué hay realmente detrás de esa frase que, como decía, incluso hoy día suena de lo más normal en el mundo masculino? ¿Qué es lo que se esconde realmente detrás de esas cuatro palabras?
Harrison recogiendo la Palma de Oro
La inseguridad de no cumplir realmente con el rol prototípico masculino, inseguridad por dejarse ganar terreno por el género femenino; como si de una balanza se tratara, lo que gana un género el otro lo pierde y viceversa.
Por fortuna, existen hombres como Harrison Ford que, aunque consciente de ser un símbolo respetado por los hombres y admirado por las mujeres, es lo suficientemente maduro como para no avergonzarse de emocionarse en público y mostrar sin miedo las lágrimas que resbalan por sus mejillas.
Imagino que él nunca pensó que lloraría tanto, pero está científicamente demostrado que no podemos detener las lágrimas cuando nuestro cerebro las ha activado.
En definitiva, en un momento en el que el miedo y la inseguridad se ciernen sobre el planeta, es un alivio saber que al menos podemos desahogarnos llorando sin perder ni un ápice de masculinidad, porque si un héroe como Harrison Ford no tiene miedo a mostrarse públicamente llorando, ¿por qué iba a tenerlo yo, un anónimo periodista cinematográfico?
Ángel Domingo Pérez
Deja un comentario