Cine Yold. ¿A qué no sabías que Marilyn fundó su propia productora?

Marilyn Monroe, de objeto de deseo a productora independiente

 

Angel Domingo
31 julio, 2023

Este año se cumplen 70 del estreno de la inolvidable película Los caballeros las prefieren rubias. A propósito de este estreno, Ángel Domingo ha escrito un interesante artículo sobre Marilyn Monroe, actriz que acepta convertirse en objeto de deseo, sin renunciar a dirigir con independencia su propia carrera cinematográfica.

La rubia más famosa de la época decidió escapar de Hollywood para trasladarse a Nueva York, donde suspiraba por salir a dar un paseo sin ser perseguida por cientos de admiradores. Claro que antes se había teñido el pelo de color negro.

Acababa de romper su contrato de trabajo con la 20th Century Fox, la productora que le impulsó a la fama. ¿El motivo? Estaba cansada de repetir el eterno papel de ‘rubia tonta’, pero aún más dolida por enterarse de que su sueldo, en 1953, en Los caballeros las prefieren rubias, se fijó en 1.500 dólares semanales, mientras que el de Jane Russell, su compañera en aquel rodaje, fue de 150.000 dólares. La actriz decidió salir del omnipotente sistema de los estudios hollywoodiense y asumir ella el timón de su carrera, rechazando rotundamente el siguiente proyecto que el estudio había seleccionado para ella, el musical La chica de las medias rosas, un filme destinado al lucimiento de Frank Sinatra que, tras la negativa de Marilyn, quedó olvidado en un cajón.

 

Asentada en la Gran Manzana, Marilyn vivió la etapa más feliz de su vida y tomó la decisión de contratar al legendario director de teatro Lee Strasberg, que había dirigido la carrera de Marlon Brando y Paul Newman, entre otras muchas estrellas, y se sumergió en la vida social neoyorquina.

Solo dos años después de su llegada a Nueva York reunió a todos sus amigos para contarles que había tomado una decisión: inaugurar su propia productora, a la que bautizó como Marilyn Monroe Productions, convirtiéndose de paso en la segunda mujer en toda la historia de Hollywood en fundar su propia productora, después de que la estrella del cine silente, Mary Pickford, hiciera lo mismo.

Hoy sabemos que fue ella personalmente la que asumía todas las decisiones empresariales, desmontando la eterna etiqueta de ‘chica tonta’ que arrastró desde su llegada a Hollywood. Naturalmente, su decisión fue vista como un desafío a la vieja aristocracia hollywoodiense, que vertió sobre ella múltiples críticas y desprecios hacia su ‘escasa experiencia empresarial’. Los éxitos de la productora, sin embargo, no fueron numerosos. Tras solo dos películas –El príncipe y la corista y Bus Stop-, la productora cesó en su actividad.

Marilyn, fundamental para la reivindicación del cuerpo femenino
Una de las peores experiencias de la vida de la entonces joven Marilyn fue cuando aceptó la invitación del magnate de Columbia Pictures para pasar un fin de semana en su mansión, acompañado de su esposa. Naturalmente, la amante esposa del productor no fue invitada por el magnate, y soportó el acoso del productor durante toda la velada.

Bus Stop

Esta experiencia fue la gota que colmó el vaso. Marilyn decidió rodar Los caballeros las prefieren rubias para denunciar estas situaciones tan denigrantes que sucedían en la Meca del Cine. Sin embargo, Marilyn sabía que del éxito de la película dependía el futuro de su recién creada compañía y tomó la decisión de autocensurar sus reivindicaciones feministas para asegurarse de que la película fuese más comercial. Curiosamente, el título de la película se convirtió, con el paso de los años, en un eslogan que terminaba con ‘pero se casan con las morenas’, es decir con Jane Russell, la diva morena que acompaña a Marilyn en la película.

El príncipe y la corista

Así, Marilyn apostó por jugar la carta de la auto parodia para tejer su película, pero una parodia que se convirtió en un velo transparente para que denuncias como la ‘sexualización de las mujeres cometida por hombres multimillonarios” sólo se adivinaran, diluidas en las múltiples escenas cómicas que llenan los noventa minutos de la película.

Cuando a un cinéfilo/a le mencionas el nombre de Marilyn Monroe, aparecerán en su mente dos vestidos: el blanco de La tentación vive arriba (Billy Wilder, 1955), y el inolvidable vestido rosa que deslumbró en Los caballeros las prefieren rubias (Howard Hawks, 1953).

Hoy, muchos estamos orgullosos del auge del movimiento #metoo; algunas de sus plataformas de despegue fueron películas supuestamente convencionales, como Los caballeros las prefieren rubias.

En definitiva, si quieres pasar una tarde divertida, la película no te decepcionará, pero si además buscas incluir un poco de inteligente reflexión, y respuestas a las numerosas reivindicaciones feministas de la actualidad, también es la película adecuada.

Ángel Domingo Pérez

 

 

 

 

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