Cine Yold. La truculenta historia real en la que se basó el estupendo musical Chicago

Beulah May Annan, la psicópata que inspiró el musical Chicago

Angel Domingo
21 noviembre, 2022

El famoso musical protagonizado por Catherine Zeta-Jones y Renee Zellweger en 2002 es el tema central del artículo firmado por nuestro crítico de cabecera. Ángel Domingo desentraña todos los detalles de la truculenta historia de dos asesinas y sus crímenes cometidos con fondo del mejor jazz. Sangre, adulterio, ginebra y música para bailar…

Muchos hemos pronunciado en alguna ocasión la frase ‘la realidad, a veces, supera la ficción’. Normalmente, ante acontecimientos tan sorprendentes que parece que estamos presenciando una película más que un hecho real. El origen de la célebre expresión se pierde en las tinieblas del tiempo, pero creo que encaja muy bien con nuestra protagonista de hoy.

Cartel de Chicago (Bob Marshall, 2002)

Beulah May Annan (de soltera, Sheriff, 18 de noviembre de 1899) fue una ciudadana estadounidense acusada de cometer un despiadado asesinato. Su historia sirvió como inspiración a la periodista Maurine Dallas Watkins para escribir la obra teatral Chicago, en 1926. El argumento de esta obra está basado en mujeres asesinas, prensa sensacionalista, delincuentes mafiosos y la corrupción en la justicia.

Mientras Annan vivía en el estado de Kentucky, se casó con su primer marido, Perry Stephens, linotipista en un periódico local, a la edad de quince años. De este primer matrimonio tuvo un hijo al que llamó Perry Junior. Tras separarse de Perry, conoció a un mecánico de automóviles, llamado Albert, ‘Al’ Annan. Juntos se trasladaron a Chicago, donde se casaron en 1920. Fue de este segundo marido del que adoptó el apellido Annan, con el que ha pasado a la historia.

Maurine Dallas Watkins

En Chicago, su marido encontró trabajo en un taller como mecánico, y Beulah se empleó como contable en una lavandería, donde conoció a Harry Kalstedt, con el que comenzó una aventura sentimental. En abril de 1924, estando en la cama con él, le disparó por la espalda. Tras ello, se sentó y colocó un animado disco de jazz en el gramófono mientras contemplaba cómo se desangraba. Después telefoneó a su marido para confesarle que había asesinado a un hombre que intentó hacer el amor con ella.

Durante el juicio por este acto, Beulah declaró ante el juez varias versiones: primero confesó el asesinato, justificándolo como un acto en defensa propia temiendo una violación. Más tarde, modificó esta versión declarando que su amante iba a abandonarla. Su última versión fue que, al informarle de que estaba embarazada, él le aseguró que no se ocuparía de ningún niño.

Mientras duró el juicio, su marido Albert Annan la apoyó, gastó todos sus ahorros para los mejores abogados, que consiguieron que la sentencia, publicada en mayo de 1924, le absolviera. Al día siguiente de declararse la absolución, Annan dijo a su marido: “Me quiero divorciar de ti porque eres demasiado lento”.

La leyenda del musical, Ann Reinking

Me quiero divorciar de ti porque eres demasiado lento.

Una vez completados los trámites de divorcio, conoció a un boxeador llamado Edward Harlib, con el que se casó. Pasados tres meses de este tercer matrimonio, ella solicitó un nuevo divorcio, alegando ser víctima de malos tratos. En el acuerdo de divorcio con el púgil consiguió obtener una suma de setenta y dos mil dólares. Más tarde, un cuarto hombre, llamado Able Marcus apareció en su vida.

A los veintiocho años, Annan falleció en el Chicago Fresh Air Sanatorium, debido a una tuberculosis. Se encontraba ingresada con el nombre de Beulah Stephens. Su muerte, en 1928, ocurrió cuatro años después de su absolución por el asesinato de su amante, el mecánico de automóviles.

Cartel de la película Roxie Hart

El 11 de marzo de 1924, un mes antes de los acontecimientos que acabamos de describir, Belva Gaertnet fue condenada por asesinato. Nuestra periodista Maurine Dallas Watkins, recibió el encargo del periódico Chicago Tribune para cubrir el suceso.

Gaernet, nacida con el nombre de Belva Eleanora Boosinger, el 14 de septiembre de 1884, fue una popular cantante de cabaret que actuaba bajo el nombre artístico de Belle Brown. Se divorció tres veces; su primer paso por la vicaría lo dio con un hombre llamado Míster Overbeck; en 1917 se casó con un rico industrial veinte años mayor que ella, William Gaertner, quien cinco meses más tarde consiguió el divorcio alegando que el matrimonio no se había consumado.

Durante esta soltería, Belva disparó y mató a su amante Walter Law, un hombre casado, padre de un hijo. La policía encontró su cadáver, ensangrentado en el asiento delantero del automóvil de Belva, junto a una botella de ginebra y una pistola. Horas más tarde, los agentes detuvieron en su apartamento a la supuesta homicida, con la ropa ensangrentada y ebria. Confesó que estaba borracha, y que no recordaba nada de lo sucedido aquel día. Al parecer, ambos amantes habían estado bebiendo por bares y casas de jazz. Ante la pregunta de los agentes por la pistola, alegó que la llevaba por temor a los ladrones.

Más tarde, las primeras investigaciones llegaron hasta un compañero de Law, quien testificó en el juicio que el fallecido le confesó que Gaertner era una amante posesiva que llegó a amenazarle con un cuchillo la primera vez que intentó romper con ella, y que estaba convencido de que algún día le mataría.

En el reportaje que Maurine Dallas Watkins redactó para el Chicago Tribune podía leerse que Gaertnet le dijo: “Ninguna mujer puede amar a un hombre lo suficiente como para llegar a matarle. No valen la pena, porque siempre hay hombres en abundancia. Además de que Walter era ‘solo un niño de veintinueve años, cuando yo tenía treinta y ocho’. Preguntándose ¿por qué debería preocuparme si me amaba o me abandonaba? Ginebra y pistolas, ¡mala mezcla! Te pueden causar muchos problemas”.

Número musical en la obra teatral

Ninguna mujer puede amar a un hombre lo suficiente como para llegar a matarle. No valen la pena, porque siempre hay hombres en abundancia.

Durante el mediático juicio fue defendida por el arrogante abogado William Scott Stewart, quién presumía de no haber perdido nunca un juicio, y terminó convenciendo al jurado de que Law pudo haberse suicidado con la pistola encontrada en el auto. El veredicto fue la absolución de Velba en junio del año 1924.

Al año siguiente, volvió a casarse con su último marido, el mismo que de nuevo solicitó el divorcio alegando que era maltratadora y alcohólica. De hecho, en noviembre de 1926 fue condenada por conducir ebria.

Fotograma de la versión cinematográfica de 2002

Nuestra periodista no tardó en ser consciente de que sus artículos eran esperados por miles de lectores, y decidió adaptar sus crónicas judiciales sobre estas asesinas a una obra de teatro en 1926. La obra recibió el título de Chicago.

Esta primera versión teatral pretendió aprovechar el interés morboso de los espectadores por conocer los detalles más escabrosos del famoso crimen. La combinación de adulterio, crímenes, fama y dinero se convirtió en un cebo para atraer público de toda condición.

Este primer Chicago, en formato teatral, cuenta la historia de dos asesinas: Roxie Hart, que terminó con la vida de su amante, y Velma, Kelly, quién mató a sangre fría a su marido y a su hermana tras descubrir que eran amantes. Ellas se encuentran presas en la prisión de mujeres del condado de Cook, donde aparece el personaje ficticio de Mamma Morton, la directora de la prisión, quién acepta dinero a cambio de favorecer la vida de sus prisioneras. Nuestras protagonistas, Roxie y Velma, usan una serie de artimañas para salir de la cárcel, para lo que contratan al abogado Billy Flynn.

Ann Reinking

Esta obra de teatro tuvo buena acogida entre el público y en 1927 se estrenó en formato musical. Actualmente sigue en cartel en Broadway, lleva 26 años representándose. En Londres estuvo en cartelera 15 años. En España fue representada en varias ciudades, entre ellas Madrid y Barcelona.

Esta truculenta historia ha tenido diferentes versiones cinematográficas.

En 1927, la productora DeMille Pictures Corporations, bajo la dirección de Frank Urson, editó en celuloide y en formato de película muda, esta trágica historia inventada por la periodista Watkins. Urson construye un filme ágil y moderno, en el que, mediante la dramatización y la sátira, reflexiona sobre un sistema judicial fácilmente manipulable por abogados y acusados, ayudados por unos medios de comunicación ávidos de escándalo y violencia, indiferentes todos ellos a la verdad, o mejor dicho, para los que la verdad solo es una construcción conveniente.

Williams A. Wellman en 1942 dirigió Roxie Hart , una película que no tiene pelos en la lengua: desde su irónica dedicatoria a todas las bellas mujeres asesinas, hasta ese circo mediático que es el juicio de Hart donde cualquier ocasión es buena para una fotografía de prensa y no falta nunca un posado del juez, el abogado o fiscal de turno. No puede seguir oculta en el viejo baúl de películas, es bueno que salga del olvido.

Cuando la actriz Ann Reinking se había retirado, en 1996, se le pidió que creara la coreografía “al estilo de Bob Fosse” para un concierto de estrellas de cuatro noches de Chicago. Los productores no pudieron obtener una actriz adecuada para el papel de Roxie Hart, y Reinking acordó repetir el papel después de casi 20 años. Esta puesta en escena de concierto fue un éxito, y el resurgimiento de Chicago ganó numerosos premios Tony, entre ellos el de la mejor coreografía para Reinking. Esta misma coreografía fue adaptada a la versión de 1997 en Londres, protagonizada por Ute Lemper y Ruthie Henshall.

Por último, en 2002, Rob Marshall dirigió Chicago con formato de musical. Estrenada en EE.UU., tuvo una excelente acogida y recaudó más de 306 millones de dólares en todo el mundo. Fue nominada para 13 premios Oscar, consiguiendo 6. En 2003, obtuvo 3 Globos de Oro, 2 premios Bafta y 3 premios SAG.

Protagonizada por actores y actrices de renombre internacional, entre ellos Richard Gere, Catherine Zeta-Jones y Renee Zellweger, esta producción es una prueba de que la trama sobre mujeres asesinas está viva y tiene mucho futuro.

Ángel Domingo Pérez

 

 

 

 

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