Cine Yold. Reflexionamos sobre el cine hecho por mujeres, sus avances y logros a pesar del ‘techo de cristal’
¡Estoy hasta el techo!

Hoy Ángel Domingo nos propone una reflexión sobre las oportunidades de las mujeres en el ámbito cinematográfico, y una comparativa entre los conceptos de ‘techo de cristal’ y ‘techo de cemento’. También comenta algunas de las últimas cintas firmadas por talentosas cineastas de la última generación. ¡Acompáñanos por este recorrido por el cine hecho por mujeres!
Quien más, quien menos, ha escuchado a compañeras de trabajo o a actrices de cine quejarse de la existencia de un techo de cristal. ¿Qué significa esta curiosa combinación de términos? Para ellas, la industria audiovisual continúa estando en manos de los hombres.
Los cargos de importancia real de mujeres en los órganos que dirigen los grandes festivales cinematográficos a nivel mundial es prácticamente nula. De esta manera, la presencia de la mujer en los puestos decisivos en nuestro cine es, aproximadamente, tres veces menor respecto a la masculina. Y lo más frustrante para ellas es que la escasez de mujeres en los puestos donde se toman decisiones no se puede justificar en la competencia objetiva. No, la mayoría de las veces son los hombres los que pulsan los resortes que permiten ascender a una persona en el organigrama de la compañía y, como es natural, deciden dar su apoyo a otro caballero aunque tenga menos cualidades para optimizar su función, simplemente elevan a otro miembro de su género, y este, cuando llega a un puesto que le permita impulsar a otros compañeros, se decide por miembros de su género, un pensamiento primitivo que acaba construyendo un ‘techo de cristal’, algo que no se puede ver, pero que frena a las mujeres.
Cartel de uno de los grandes títulos de Icíar Bollaín
Laura Pedro (Barcelona, 1989) nos habla de su experiencia en el sector de la postproducción y argumenta que “la mayoría de los cargos de supervisores y coordinadores son llevados por hombres, pero hay muchas compañeras que desarrollan una labor muy importante dentro de la postproducción”. A pesar de ello, las mujeres representan solo el 12% de la dirección, el 13% de los guiones están escritos por mujeres y solo hemos contado con un 26% de mujeres productoras este año.
La cineasta francesa, Agnes Varda
Eva Santolaria (Barcelona, 1975) con más de veinte años de experiencia como actriz, afirma que “es bastante evidente que, en general, los papeles protagonistas recaen en hombres, y cuando una mujer tiene un papel importante en una película, siempre suele ser la mujer de, es decir, un papel secundario y de acompañamiento al hombre”.
Además, en el mundo del cine, los actores y actrices cobran en función de su trayectoria, pero no estamos en igualdad y no hay el mismo número de papeles protagonistas para hombres que para mujeres, por lo tanto, si a los hombres se les ofrecen más papeles importantes y mejores oportunidades, finalmente acaban cobrando un sueldo superior al de las mujeres actrices.
Isabel Coixet dirigió a Juliet Binoche en esta magnífica película
Por suerte, la mayoría de los techos de cristal se han derrumbado gracias a mujeres como la actriz, guionista y directora Carla Simón, premiada en festivales como el Premio Ciudad de Barcelona (2017), al que siguió el Premio Goya a Mejor Director Novel (2017), el Premio Nacional de Cultura de Cataluña (2020), y el merecido Oso de Oro que consiguió por su película Alcarrás en el último Festival de Berlín. Simón ha roto el techo de cristal y esperamos que sirva de ejemplo para que otras jóvenes directoras españolas no vean frenado su ascenso.
Lo más desagradable es que la mujer que ha hecho pedazos el injusto techo de cristal pensará que puede volar alto en su profesión, hasta que se encuentra con otra barrera que frena su ascenso, y en esta ocasión es mucho más frustrante para ellas, porque es un muro que fabrican ellas mismas. Esta segunda barrera responde al nombre de techo de cemento (obviamente, el cemento resiste más que el cristal). Por si fuera poco, con este término no pueden culpar a ningún hombre.
Carla Simón exultante con su merecidísimo Oso de Oro
El temible techo de cemento es el que se auto-imponen las mujeres que deciden no promocionarse por el alto coste personal y familiar que va a tener el nuevo puesto. Esto es así cuando en la cultura de dirección se programan reuniones tarde o imprevistas, cuando no se realizan video-conferencias y se sigue valorando el presentismo…etc. La diferencia en el análisis es crucial. Los hombres y mujeres deben aprender que no siempre ven la misma historia ni tienen las mismas percepciones. Esto nos lleva a entender por qué muchas iniciativas de empoderamiento de la mujer han fracasado.
Pero el desequilibrio de los sexos no es solo un tema de mujeres. Es de los dos géneros. La pregunta no sería solo qué es lo que necesitan las mujeres, sino qué es lo que necesita la compañía y esto tiene que ver con el liderazgo, la gobernanza y una estrategia para flexibilizar y adaptar las organizaciones para integrar el talento diverso. La base de datos con ocho mil mujeres cualificadas para consejos de administración, creada por las cuarenta mejores escuelas de negocio y organizaciones profesionales, entre las que se encuentra el IESE Business School, pretende ser una ayuda más para la integración.
En mi opinión, la mejor forma de impulsar a las mujeres cineastas para que rompan cualquier techo que se atreva a frenarlas es conseguir que sus películas lideren la lista de taquilla en la cartelera, así que finalizo este breve artículo citando las mejores películas estrenadas durante los últimos meses con equipos de trabajo liderados por mujeres.
Fotograma de El perro del hortelano, la estupenda película de Pilar Miró
La tarea ha sido ardua. En más de un siglo de historia del cine, la presencia de la mujer en la industria audiovisual ha tenido un crecimiento progresivo, exponencial incluso, si hablamos de los últimos años. Y aún así, el objetivo de la igualdad aún parece lejano. Pero hay que destacar que, desde que Alice Guy hiciera sus primeros cortos, pasando por figuras como Ida Lupino o la española Helena Cortesina, son muchas las mujeres que han ido abriéndose camino dejándonos películas impactantes, comprometidas, entretenidas, adictivas y hasta controvertidas para nuestro disfrute y reflexión. En esta ocasión queremos poner el foco en las mujeres creadoras. La recientemente fallecida Agnes Vardà, Jane Campion, Pilar Miró, Sofia Coppola, Lucrecia Martel, Claire Denis, Isabel Coixet, Patty Jenkins, Icíar Bollaín o Greta Gerwig son solo algunos nombres de las que han dejado huella y marcado la senda para las generaciones más recientes de cineastas que llegan hoy con fuerza al panorama nacional e internacional. A su vez, ellas están abriendo nuevas líneas de trabajo para las futuras estudiantes de las profesiones audiovisuales.
Por eso queremos rendirles un homenaje y reunir en un mismo listado algunas de las mejores películas de los talentos recientes del cine hecho por mujeres. Se trata de un compendio de películas actuales, de géneros variados y tramas muy diversas que han sido dirigidas por excelentes cineastas consolidadas y algunas de las realizadoras más interesantes del panorama contemporáneo, tanto en cine comercial como en el más independiente. Para que no perdáis detalle, aquí están las mejores películas dirigidas por mujeres que podéis ver en plataformas:
–Lady Bird (Greta Gerwig, 2017). Christine, que se hace llamar ‘Lady Bird’ (Saoirse Ronan), es una adolescente de Sacramento en su último año de instituto. La joven, con inclinaciones artísticas y que sueña con vivir en la costa este, trata de ese modo encontrar su propio camino y definirse fuera de la sombra protectora de su madre (Laurie Metcalf). En esta etapa tan especial para ella, Lady Bird se propone entrar en una universidad fuera del estado donde ahora vive y lo hará a espaldas de su madre.
–Una joven prometedora (Emerald Fennell, 2020). Fue la sensación del año pasado. La interpretación de Carey Mulligan de la joven Cassie, una mujer dispuesta a dar una lección a cada hombre que está dispuesto a aprovecharse de una mujer en una situación de vulnerabilidad. La propuesta británica de Emerald Fennell fue rompedora y sorprendente, no solo por su alineación con la cultura del #MeToo, sino también por su trama radical y al mismo tiempo llena de sensibilidad y empatía.
–Verano 1993 (Carla Simón, 2017). Frida (Laia Artigas), una niña de seis años, afronta el primer verano de su vida con su nueva familia adoptiva tras la muerte de su madre. Lejos de su entorno cercano, en pleno campo, la niña deberá adaptarse a su nueva vida. Una preciosa y emotiva película que conquistará el corazón de todo espectador que se acerque a ella.
–Titane (Julia Ducournau, 2021). La Palma de Oro de Cannes más controvertida desde la aparición en Francia de Luis Buñuel y su Viridiana (1961). Un joven con la cara magullada es descubierto en un aeropuerto. Dice llamarse Adrien Legrand, un niño que desapareció hace diez años. Para su padre, Vincent, esto supone el final de una larga pesadilla y lo lleva a casa. Por otra parte, en la región se han sucedido una serie de horribles crímenes. Para la mayoría fue un enorme disparate conceder un premio tan valioso como la Palma de Oro a un filme tan sádico, pero el jurado de Cannes fue capaz de ver algo extraordinario en su enloquecido argumento.
No sé en qué punto del camino estamos; hemos recorrido mucho trecho pero aún quedan millas por andar y logros en igualdad por conseguir.
Ángel Domingo Pérez
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