Mundo Yold. Visitamos el Museo Etnográfico de Montejo de San Miguel, en Burgos
Un tesoro en el Valle de Tobalina

Vestidos, pucheros, sierras, prensas para hacer el vino, bordados, palanganas, aceiteras, muñecas de porcelana y hasta una escuela entera que parece sacada del siglo XIX. Hoy Gente Yold visita el Museo Etnográfico de Montejo de San Miguel, con una amplísima e increíble colección de objetos de nuestros abuelos que nos transporta a siglos antiguos. Un secreto oculto en pleno Valle de Tobalina para sorprender a toda la familia.
Los que pertenecemos a la generación Yold hemos pasado de vivir en casas sencillas, con pocos objetos, a habitar en un mundo digital reventado de cosas de usar y tirar; chismes industriales, sin alma ni personalidad, que luego inundan nuestros basureros. Tal vez por ello, cada vez nos sentimos más atraídos por aquellos objetos antiguos de la época de nuestros abuelos y bisabuelos, cuando prácticamente todo era artesanal, y gran parte de los muebles, la ropa, la comida o los útiles para trabajar se elaboraba incluso dentro del propio hogar.
Acceso al museo
En un precioso rincón del Valle de Tobalina, al norte de la provincia de Burgos, se halla el pequeño pueblo de Montejo de San Miguel, y en él encontramos el Museo Etnográfico y su increíble colección de objetos del pasado reciente y cotidiano de los habitantes de la zona. Sus propietarios, Julio Alberto García Martínez y su familia, han dedicado buena parte de su vida a recoger todo tipo de enseres -algunos gigantescos, otros minúsculos- para evitar que se perdieran, y los han reunido en esta original recopilación que literalmente nos traslada a siglos pasados.
Julio García, creador, junto con su familia, del museo
El museo, que no cuenta por el momento con ningún tipo de subvención regular, es simplemente producto del amor y entusiasmo de la familia García Martínez, que ha realizado una tarea verdaderamente increíble para poder recopilar esta amplísima colección de objetos del pasado cotidiano y reciente de la zona, que seguramente hubieran desaparecido de la faz de la tierra.
Fachada de entrada al museo
Tiempos de chacolí
Hace dos siglos habitaban en el Valle de Tobalina cientos de familias que se dedicaban principalmente a la agricultura, a la ganadería, y también a la producción del vino. Durante siglos esta fue, además, una zona de cultivo y producción de chacolí, el rico vino cuya denominación de origen actualmente pertenece al País Vasco, pero que desde hace siglos se produce también en el norte de Burgos.
En el museo encontramos una increíble colección de objetos del pasado reciente y cotidiano de los habitantes de la zona
Sin embargo, la enfermedad de la filoxera acabó radicalmente con las vides y con la producción de vinos. Además, la industrialización de las ciudades del norte, sobre todo en el País Vasco, llevó a los tobalineses a emigrar hacia ciudades como Bilbao. Por todo ello, con el tiempo, la población ha ido en descenso continuado, y ahora apenas más de mil personas residen en el valle. Los pueblos quedaron casi despoblados, y el tiempo de alguna forma pareció detenerse en estos paisajes salpicados de grandes casonas. Eso sí: cuando llega el verano el bullicio regresa con la vuelta de las familias emigrantes que retornan para veranear.
La bodega de hace 200 años, donde durante décadas se conservaba el chacolí
En este paisaje bucólico y ensoñador, el Museo de la familia García Martínez está habitado por cientos de pequeños objetos y enseres que fueron testigos y protagonistas de aquellos tiempos antiguos: desde gigantescas maquinarias de trabajo agrícola hasta delicados camisones infantiles; desde orinales e inodoros antiguos, hasta completos juegos de carpintero, candiles o peines. En el museo encontraremos incluso una pequeña escuela antigua totalmente montada con sus pupitres, el pizarrín, las plumas o las enciclopedias… Cada uno de estos objetos deleitarán al visitante en este recorrido por uno de los museos más increíbles de España.
La cama familiar del pueblo, con todos sus accesorios
La colección se reparte en dos ambientes diferentes: por una parte, encontramos una zona semi-exterior en la que podemos contemplar la colección de maquinaria agrícola y hasta un “museo agrícola vivo”, con especies cultivadas. Después podemos visitar la gran casa de campo distribuida en tres pisos con los ambientes y objetos propios de aquellos momentos, la mayor parte de ellos realizados de forma artesanal, con latón, cerámica, tela, madera… Pero también en esta zona se han recopilado docenas de artilugios de trabajo de los distintos oficios artesanales de la época, como el de carpintero, resinero, carbonero, cubero, herrero o albañil.
También se puede visitar la gran casa de campo distribuida en tres pisos con los ambientes y objetos propios de aquellos momentos, la mayor parte de ellos artesanales, de latón, cerámica, tela, madera…
Y es que en los tiempos de nuestros abuelos los hogares debían ser autosuficientes para abastecerse en casi todo; no sólo tenían que cultivar los alimentos, sino también extraer textiles, crear los vestidos y hasta producir luz, ya que carecían de electricidad y de la mayor parte de los objetos de uso cotidiano que hoy todos compramos en el súper.
El cuarto de baño de nuestros abuelos no tenía agua corriente, pero estaba lleno de preciosos objetos artesanales
A lo largo de nuestro recorrido por el museo podemos recrearnos en todos estos objetos artesanales: muebles de carpintero, asientos trenzados con mimbre de la zona, tapetes de ganchillos, vasijas de arcilla, platos de hierro y porcelana, braseros, lupas, escribanías, pesos o plumas, entre otros muchos. Cada uno de ellos tenía su función en aquella vida de economía autosuficiente y familiar. Incluso en la planta de abajo encontramos una bodega de más de 200 años, con gigantescas cubas de vino (de hasta 170 cántaras, que son unos 2720 litros), donde se elaboraba y guardaba aquel chacolí que tuvo que dejar de producirse.
Desde platos o vasos hasta maquinaria agrícola antigua, el museo está lleno de sorpresas por descubrir
La visita al museo siempre es guiada y durante la misma Julio o sus hermanos nos explican con entusiasmo algunos de los secretos de la concepción o el funcionamiento de estos viejos objetos, tesoros que se conservan con esmero para los visitantes del presente y del futuro.
Recorrer el museo es como volver a visitar las antiguas casas de nuestros abuelos
Además de la visita al museo en sí, durante los meses de verano los responsables del centro organizan y llevan a cabo una serie de actividades recreativas con el fin de recordar y recuperar los oficios, costumbres y profesiones de antes para el público de ahora y, muy especialmente, pensando en los más jóvenes, para los cuales todo esto es realmente desconocido. En este año realizarán la XII Edición del Taller de Cantería, en el que, como en otros años, participan auténticos canteros: doce alumnos que trabajarán con bloques de piedra que este año, como siempre, serán de la cantera del Condado de Valdivielso.
Imagen del vecino pueblo medieval de Frías
La visita al museo es además el complemento perfecto al viaje para conocer la zona, que ofrece impagables escenarios rurales, empezando por el precioso Valle de Tobalina, o los alrededores del propio pueblo de Montejo de San Miguel, donde se puede recorrer los senderos botánicos con señalizaciones de las especies de la zona. Junto a Montejo encontramos la preciosa y vecina ciudad de Frías con su increíble castillo y casco urbano medieval o la preciosa ermita y las cascadas de Tobera. Una visita de lujo en un entorno de ensueño para viajar tanto en el espacio, como en el tiempo.
Reportaje: Inés Almendros
Fotos: Antonio Beas, de Krassia Photography para Gente Yold
DATOS PRÁCTICOS
DIRECCIÓN
Museo Etnográfico
C/ La Bolera Nº 18
09211 MONTEJO DE SAN MIGUEL (Burgos)
TELÉFONO
666613533
HORARIO
El museo no está continuamente abierto, sino que ofrece un calendario previo de visitas, que puede consultarse en su web o en su facebook, si bien siempre se puede llamar por teléfono para informarse.
HORARIO APERTURA VERANO 2018
Abierto desde el 16 de julio hasta el 14 de agosto.
Horario de visitas: De 12 a 14 h. y de 18 a 20 h.
LUNES: Cerrado
PRECIOS
Precio de las entradas para el museo: 2,50 €.
ACTIVIDADES VERANO 2018
Del 23 al 27 de julio
XII TALLER DE CANTERÍA
(Taller para 12 alumnos y 20 horas de duración)
27 de julio
EXHIBICIÓN DEL OFICIO DE CANTERO
De 18 a 21 h.
28 y 29 de julio
Participación en la FERIA AGROALIMENTARIA E INDUSTRIAL DE LAS MERINDADES con un stand de tema etnográfico.
10 de agosto
“ARQUÍMEDES EN LA ESCUELA DEL MUSEO”
(Ciencia divertida para todos). De 18 a 20 h.
Mas información:
Muchas gracias al equipo de GENTE YOLD, Inés Almendros y Antonio Beas, por su visita a nuestro Museo Etnográfico.
Nos ha encantado el excelente reportaje que habéis hecho.
Os agradecemos muy sinceramente vuestro apoyo a la cultura de nuestra tierra.
Las puertas siempre estarán abiertas para GENTE YOLD.
Un cordial saludo
Julio Alberto García
MUSEO ETNOGRÁFICO