Mundo Yold. Hoy recordamos al compositor folclórico que trascendió las barreras de la música

Atahualpa Yupanqui, alma del folklore argentino

 

 

 

Carmen Matas
3 marzo, 2023

Atahualpa Yupanqui oficialmente fue un cantante, compositor, guitarrista y escritor argentino, pero en la práctica fue mucho más que eso. No solo es considerado el músico folklórico argentino más importante del siglo XX, sino que su legado forma parte ya del patrimonio cultural de América Latina.

Escuchar las canciones de Atahualpa Yupanqui es uno de esos lujos inmateriales que nadie debería pasar por alto. Su voz, sus letras, su forma de tocar la guitarra… todo lo que él hacía era pura poesía. Él supo desarrollar un estilo único de música folclórica, que combinaba los ritmos indígenas andinos con influencias españolas y europeas. Es considerado una de las figuras más importantes de la música folklórica argentina y su obra ha tenido una influencia significativa en las generaciones posteriores de músicos del país.

Yupanqui vivió una vida nómada, viajando constantemente por América del Sur y Europa, interpretando y grabando. Murió en 1992, a la edad de 84, pero su música sigue siendo un referente de la cultura latinoamericana.

Comienzos
Héctor Roberto Chavero Aramburu
, nombre real de Atahualpa Yupanqui, nació en 1908 en el pequeño pueblo de Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires. Hijo de padre mestizo de origen quechua y madre criolla de descendencia vasca, creció en el pueblo de Agustín Roca, en la provincia argentina de Junín.

Empezó a tocar la guitarra y el violín a los 6 años y a los 13 su lado artista estaba ya tan desarrollado que decidió cambiar su nombre por uno artístico: Atahualpa Yupanqui.

Empezó a tocar la guitarra y el violín a los 6 años y a los 13 su lado artista estaba ya tan desarrollado que decidió cambiar su nombre por uno artístico: Atahualpa Yupanqui. En quechua este nombre significa “persona que viene de lejanas tierras para contar algo”.

Tenía tan clara su vocación que, siendo tan solo un niño, viajaba 16 kilómetros en el lomo del caballo desde su pueblo para tomar clases con el concertista Bautista Almirón, que vivía en la ciudad. Luego, descubrió la música clásica: Schubert, Liszt, Beethoven, Bach y Schumann.

El aprendizaje, los referentes clásicos y las influencias indígenas adquiridas en la época que vivió con su familia en Tucumán, al norte de Argentina, le convirtieron en un músico único. Por supuesto, su interés por preservar la cultura indígena, su sentido de la justicia social y su curiosidad intelectual hicieron su parte. El tema Camino del indio, por ejemplo, lo escribió con tan solo 19 años.

Artista virtuoso
Atahualpa Yupanqui fue un cantante y guitarrista virtuoso, pero también un poeta prolífico: sus canciones evocaban las llanuras y sierras de su país y el alma de los indios sudamericanos. “Un poeta no tiene biografía, toda su vida está en su obra”, aseguró una vez Yupanqui.

El aprendizaje, los referentes clásicos y las influencias indígenas adquiridas en la época que vivió con su familia en Tucumán, al norte de Argentina, le convirtieron en un músico único.

Su infancia en un mundo rural “tejido de canto y silencio”, influyó mucho en la música de Yupanqui. Su vida de campesino y el contacto con el mundo rural, sabiendo escuchar los sonidos de la naturaleza, inspiraron siempre sus obras.

Atahualpa Yupanqui comenzó rápidamente a cautivar a su público debido a sus emotivos conciertos, en los que cantaba temas sobre la injusticia y la violencia contra los campesinos. Miles de personas, especialmente de los entornos rurales, se sentían conmovidos por sus letras que se inspiraban en las llanuras, ríos y árboles argentinos. Duerme negrito, Trabajo, Quiero Trabajo, Los Ejes de mi Carreta y Soy libre, soy bueno, fueron algunas de sus obras más famosas en este período.

-“Todo lo que los indios sienten y no pueden o no saben decir, lo digo en su lugar”, aseguraba el artista.

Debido a su afiliación al Partido Comunista, Yupanqui fue censurado en Argentina y este fue el motivo por el que en 1948 decidió trasladarse a París. Allí se introdujo en el círculo más preciado de artistas, haciéndose gran amigo, por ejemplo, del pintor Pablo Picasso y la cantante Edith Piaf. Ellos le ayudaron a lanzar su carrera en Francia e inmediatamente el cantautor comenzó a dar conciertos por toda Europa y más allá. A principios de los años 60 hizo una gira mundial por países como Colombia, Marruecos, Egipto, Israel e Italia. El que más profundo le caló, según él mismo aseguró, fue Japón.

Recorrió el país nipón de palmo a palmo, desde las ciudades más importantes hasta las aldeas más remotas. Todo fue para Yupanqui motivo de fascinación. Desde allí trajo una bella canción de cuna que grabó en uno de sus discos, Nem Kororó. También creo un poema desgarrador, titulado Hiroshima.

Su vida de campesino y su contacto con el mundo rural, sabiendo escuchar los sonidos de la naturaleza, inspiraron siempre sus obras.

Premios y legado
En reconocimiento a su talento y su arte, Atahualpa Yupanqui recibió varios premios y distinciones, entre ellos el Premio Nacional de las Artes y las Ciencias en la categoría de Folklore en Argentina. Su música sigue siendo a día de hoy tremendamente popular en América del Sur y se considera una parte importante del patrimonio cultural argentino.

Con su mujer, la compositora francesa Nenette Pepín, autora de nada menos 65 canciones que popularizó su marido

De hecho, es conocido por muchos como ‘el Rey de la música folclórica argentina’ y ha sido toda una influencia en las generaciones posteriores de músicos folclóricos. Sus canciones y su música han sido versionadas por muchos artistas y su obra continúa interpretándose y estudiándose en la actualidad. Además, ha inspirado varios libros, películas y otras obras culturales que tienen como objetivo preservar y promover su legado.

“Todo lo que los indios sienten y no pueden o no saben decir, lo digo en su lugar”, aseguraba el artista.

Por todo esto, los reconocimientos hacia su figura no han sido escasos a lo largo de su carrera. En 1972, el escenario del Festival Folklórico de Cosquín (el más importante de Argentina) fue bautizado con su nombre. En el estado mexicano de Veracruz fue nombrado, en 1973, Ciudadano Ilustre. Asimismo, en 1983, recibió el Diploma de Honor del Consejo Interamericano de Música de la Organización de Estados Americanos. En Francia, fue nombrado Caballero de las Artes y Letras del Ministerio de Cultura de Francia y en su Argentina natal recibió nada menos que la distinción de Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires en 1991.

Atahualpa Yupanqui falleció a los 84 años en una habitación de hotel en Nimes, en el sur de Francia. Fue uno de esos artista que no solo dejan detrás de él unas cuantas canciones bonitas, sino todo un legado cultural y de sensibilidad social que sigue marcando a generaciones.

¿Conocías la historia de Atahualpa Yupanqui? ¿Sabías que fue la figura más influyente del folklore argentino? No dudes en compartir tus sensaciones con nosotros a través de los comentarios o en alguna de nuestras redes sociales. ¡Nos vemos muy pronto!

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