Cine Yold. Homenajeamos a los profesionales detrás de la barra y delante de la cámara
Tras la barra del bar, una vida se va…

Con nuestro crítico de cabecera, recorremos las películas en las que los camareros han tenido su protagonismo, ya sea por su legendaria capacidad de escucha y consuelo, ya sea por su eficiencia o torpeza. ¿Te vienes a tomarte una caña?
El trabajo de camarero, normalmente está ejercido por personas jóvenes, que buscan ganar un dinero para dedicarlo a sus estudios. Suele decirse que no está bien pagado, y las propinas suponen un ingreso adicional que en la mayor parte de las ocasiones no tiene garantías de salir bien, por mucho que Quentin Tarantino intentara dar una lección en su película debut Reservoir Dogs (1992).
Los integrantes de una banda criminal disfrutan de un café en la típica cafetería Yankee. Llega la hora de pagar: un dólar por el café, otro de propina. Todos aportan su dólar excepto el carismático señor Rosa, interpretado por Steve Buscemi, que se niega a dejar el dólar extra. Allí comienza un interesante debate sobre si es correcta o no esa decisión.
El señor Rosa, con argumentos sólidos, sostiene que no se deja llevar por lo que la sociedad le impone, cree que es injusta la costumbre de dejar propina y por eso decide no hacerlo. Copio parte del diálogo:
-“Eddie: Déjame entender bien, ¿tú nunca das propinas?
Señor Rosa: No doy propinas porque la sociedad dice que lo haga. Doy propina si alguien lo merece, cuando alguien pone esfuerzo en ello, da algo extra. ¿Pero dar propinas automáticamente? Eso es para los pájaros.
Señor Azul: Oye, esa chica fue agradable.
Señor Rosa: Estuvo bien, pero no fue nada especial.
Señor Azul: ¿Qué es especial? Llevarte atrás and suck your dick? (en inglés suena mejor)”.
La profesión de camarero no está muy valorada ni gratificada económicamente, sin embargo, desde detrás de la barra, estos profesionales ejercen una labor parecida a la del psicólogo: muchos clientes van al bar con más intención de desahogarse que de disfrutar de su consumición.
En una curiosa canción. El Café de Nicanor, de Joaquín Sabina, hay un homenaje encubierto a los camareros:
“Y el último disparate de Nicanor
que cuando le preguntaron
si había estado enamorado,
como es un hombre sincero,
“Yo no, señor”, contestó.
“Yo siempre fui camarero””.
Mi intención con este artículo es rendir tributo a los camareros de película que nos ha regalado el séptimo arte. Vístanse con sus mejores galas y comencemos:
–Yo serví al rey de Inglaterra (Jiří Menzel, 2006). Esta cinta centra su historia en Jan Dite, un joven camarero provinciano que quiere convertirse en millonario. ¿Cómo? Escuchándolo todo, observándolo todo, y utilizando todo; camarero, Segunda Guerra Mundial, sociedad, relaciones de poder, lugar de trabajo, rico y pobre, amor y romance, ambición, levantarse y caer, diferencias sociales, la naturaleza humana, sigue tu sueño…
–Hotel Fawlty (Serie de TV) (1975). 12 episodios. Los Fawlty son un matrimonio que regenta un pequeño hotel en la costa de Inglaterra. Él es maniático y deslenguado; ella exigente, mandona y con un irónico sentido del humor.
–Dos chicas sin blanca (Serie de TV de dos temporadas con 138 episodios) (Whitney Cummings, 2011). Ambientada en el barrio de Williamsburg, del distrito de Brooklyn, en Nueva York, la serie relata la vida de dos camareras veinteañeras que trabajan en un restaurante, para lograr cumplir su sueño de abrir un negocio de cupcakes.
–La era del rock (Rock of Ages) (Adam Shankman, 2012). Adaptación cinematográfica del musical homónimo de Broadway. Los Ángeles, 1987. Un aspirante a rockero y una chica que trabajan en el mismo club se enamoran y tratan de impedir que el local caiga en manos de unos empresarios que quieren romper su encanto para generar más dinero.
–Ratatouille (Animación. Brad Bird, 2007). Remy es una simpática rata que sueña con convertirse en un gran chef francés a pesar de la oposición de su familia y del problema evidente que supone ser una rata en una profesión que detesta a los roedores.
-¡Marchando! (Rob McKittrick, 2005). Monty (Ryan Reynolds) lleva años trabajando como camarero en un restaurante; el futuro no le preocupa lo más mínimo. No es el mismo caso que el de su compañero Dean (Justin Long), que empieza a cuestionarse su trabajo como camarero como un callejón sin salida.
–Cafeína (John Cosgrove, 2006). Cuenta la historia de los empleados y los clientes de un restaurante, que se han visto relacionados entre sí sexualmente, muchos secretos se revelarán cambiando sus vidas.
–Alaska (Claudio Cupellini, 2015). Fausto y Nadine se reúnen por primera vez en los pasillos de un gran hotel en París, descubriéndose frágiles, solos y obsesionados con una idea de la felicidad que parece inalcanzable. Fausto es italiano, pero vive, o más bien sobrevive, en un elegante café, aunque esconde un terrible secreto.
–House of Mouse (Serie de TV de 52 capítulos). Serie de animación tradicional que recuperaba el estilo clásico por segmentos de las producciones de Hannah-Barbera, dividiendo los episodios en cortos protagonizados por infinidad de personajes de Disney, enlazándolos a través del local nocturno “House of Mouse”. Naturalmente, hablamos de Mickey Mouse.
–Casablanca (Michael Curtiz, 1942). No podíamos olvidar a “la película más amada de la historia”, según afirma el genial Billy Wilder. “De todos los cafés del mundo tuvo que entrar en el mío”, se lamenta Bogart cuando aparece Ingrid Bergman. En la antigua medina de Casablanca, el restaurante-piano bar está lleno de detalles arquitectónicos y decorativos: arcos, esculturas, balcones, balaustradas, lámparas de araña, así como un gran patio central. Además, cuenta con un auténtico piano Pleyel de la década de los 30, en el que Sam tocaba una y otra vez el legendario El tiempo pasará, para disgusto de Rick.
Ángel Domingo Pérez
En portada: fotograma de Cocktail (Roger Donaldson, 1988)
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