Cine Yold. Recordando al brillante y comprometido director y guionista

Juan Antonio Bardem, el Pepito Grillo del cine español

Angel Domingo
2 febrero, 2023

Decía Fernando Fernán Gómez, cuando le preguntaban sobre el realizador con el que había rodado sus películas más exitosas, Juan Antonio Bardem, que “murió sin haber perdido jamás su característica risa, que jamás se traicionó a sí mismo”. Fernán Gómez siempre le llamó “camarada”. Hoy, con ayuda de nuestro crítico de cabecera queremos recordar su figura, su obra literaria y sus quiebros fílmicos a la censura franquista.

Licenciado brillantemente en Ingeniería Agrónoma, solo un año después de terminar esta exigente carrera, entró a formar parte de la primera promoción del Instituto de Actividades y Experiencias Cinematográficas; organismo que años después se convirtió en la EOC, Escuela Oficial de Cine. Ahí tuvo la oportunidad de realizar unas pequeñas actividades obligatorias en el Servicio de Cine del Ministerio de Agricultura. Posiblemente, ese fue el instante en que se convenció de que el cine se convertiría en su modo de vida y no solo sería un entretenimiento puntual.

 

Fue durante estos años cuando conoció a Luis García Berlanga, Florentino Soria y Agustín Navarro, entre otros ilustres compañeros de promoción. También, y recomendado por estos brillantes compañeros, colaboró activamente en varias publicaciones literarias, como La Hora o Índice como redactor cinematográfico. Posteriormente, fue fundador de Objetivo, una de las publicaciones cinematográficas más brillantes que se han escrito en castellano. En sus numerosos artículos demostró una gran simpatía por movimientos cinematográficos como el Neorrealismo italiano, tendencia que le influyó notoriamente en su manera de hacer cine.

Sin embargo, técnicamente, sus influencias están más próximas a los maestros rusos en el estricto cuidado de los encuadres, o en el equilibrio que transmitían sus puestas en escena. Por lo tanto, se alejó notablemente de esa ‘sensación de improvisación’ que inundaba el Neorrealismo, pero no por ello dejando de compartir la finalidad crítica y de denuncia social tan propia de realizadores como Rossellini o Visconti.

El Neorrealismo italiano le influyó notoriamente en su manera de hacer cine.

Pero lo que le convirtió en un director imprescindible fue su decisión de comenzar a trabajar, junto a otros cineastas de la importancia de Luis García Berlanga, en películas sobresalientes, tanto técnicamente como por lo que insinuaban. Aquí debemos poner el foco en la cinta de Bienvenido Míster Marshall (1953), donde demostró una asombrosa habilidad para convertir en imágenes un guion de Miguel Mihura. El papel protagonista lo encarnó Pepe Isbert, realizando una imprescindible burla al conocido plan estadounidense para recuperar el mercado económico europeo. Fue premiada en el Festival de Cannes con el Premio Especial del Jurado.

Escultura conmemorativa de Bienvenido Míster Marshall, en el pueblo madrileño donde se rodó, Guadalix de la Sierra

Dado que Juan Antonio Bardem siempre soñó con convertir su afición al cine en su modo de vida, se vio obligado a aceptar dirigir películas por encargo que, si bien no responden a una mentalidad progresista de manual, sí fue capaz de incluir en todas ellas elementos de compromiso social tan hábilmente, que ningún censor reparó en ello. Entre estas últimas figura una película basada en una obra literaria de Julio Verne, La isla misteriosa (1972), rodada en Lanzarote con actores de primer nivel.

Con su amigo y compañero de tantos rodajes, Luis García Berlanga

En Bienvenido Míster Marshall demostró una asombrosa habilidad para convertir en imágenes un guion de Miguel Mihura.

El tiempo ha dado la razón a este director, logrando premios como el Oso de Oro en el Festival de Berlín, en 1993.

Con su hermana Pilar y su hijo Miguel en la entrega del Goya de Honor

Y no encuentro mejor modo de finalizar este sencillo artículo que recordando su aparición en los Premios Goya de 2002, cuando le entregaron el Premio Goya de Honor, momento que aprovechó, entre bromas, con su eterno sarcasmo, para decir: “Si hay algún productor en la sala, que me conceda unos minutos porque tengo alguna idea que podría interesarle”. Creo firmemente que no era ninguna broma, y espero que algún productor se atreviera a recoger el guante lanzado por un realizador que intentó mejorar el mundo a través de sus películas.

Murió el 30 de octubre de 2002. Había nacido en Madrid en el año 1922.

Ángel Domingo Pérez

 

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