Mundo Yold. Hoy recordamos a la mente prodigiosa del ajedrez

 

La increíble vida de Alexander Alekhine, el genio del ajedrez

 

Carmen Matas
31 octubre, 2022

La suya fue una vida de éxito y huidas con el ajedrez como telón de fondo. Se posicionó como una de las figuras clave de la historia del ajedrez, a pesar de vivir en una etapa más que convulsa, con dos guerras mundiales y la revolución bolchevique persiguiéndole. Esta semana se cumplen 130 años de su nacimiento y todavía hoy su muerte sigue siendo un misterio.

Muchas cosas distinguen a Alexander Alekhine del resto de las grandes figuras de la historia del ajedrez. Él fue el primer campeón del mundo ruso, y también el primero que consiguió recuperar la corona en un duelo de revancha tras haberla perdido. Se trata además del único campeón mundial que falleció en posesión del título. Esta semana se cumplen 130 años de su nacimiento, así que te contamos todo en este reportaje.

El joven Alexander jugando con Capablanca en 1914

Alekhine fue uno de los principales representantes de juego de ataque, agresivo y milimétrico. Su mente era un auténtico prodigio para calcular y encontrar la vía para combatir a su rival. Como todo genio, su carácter le granjeó una carrera llena de críticas, especialmente por las diferentes polémicas políticas en las que se vio sumergido y que podrían haber acabado con su vida. Aunque esto todavía sigue siendo un misterio.

Se posiciona como uno de los principales representantes de juego de ataque, agresivo y milimétrico.

Alexander Alexandrovich Alekhine, como era su nombre completo, nació el 31 de octubre de 1892 en el seno de una familia adinerada de Moscú. Su padre era miembro de la Duma, la asamblea legislativa durante los años del imperio ruso, y también terrateniente. Su madre era hija de un rico industrial. Fue ésta, junto a uno de sus hermanos, la que enseñó a Alekhine a dar sus primeros pasos en el mundo del ajedrez. Era el año 1903 y la verdad es que no se le dio nada mal. Con tan solo 17 años, Alekhine ganaba el Torneo Amateur de toda Rusia en San Petersburgo. Este fue su primer gran logro de ajedrez y por ello se le otorgó un título de maestro nacional.

En una partida contra Edgar Colle, en 1925

En 1914 consiguió convertirse en todo un referente. En ese año, Alekhine jugó en un torneo en San Petersburgo. Terminó tercero detrás de dos de los mejores jugadores del mundo: Lasker y Capablanca. El zar Nicolás II lo nombró uno de los cinco grandes maestros originales.

Primera Guerra Mundial y Revolución Bolchevique
Tras este gran éxito la fatalidad se cruzó por primera vez en su vida: mientras disputaba -exitosamente- el torneo en la ciudad alemana de Mannheim, se declaró la Primera Guerra Mundial, y tanto él como algún otro de los participantes se convirtieron en prisioneros. Sólo gracias a la influencia de su familia y a diversas artimañas pudo eludir la cárcel y regresar a Rusia.

Por desgracia, tampoco en su país encontró la paz: en 1917 se produjo la Revolución Bolchevique, y en esta ocasión, a Alekhine le perjudicó la posición de su familia, que le hizo ser calificado de menchevique -colaborador del Ejército Blanco antirrevolucionario- lo que le llevó a ser encarcelado y condenado a muerte. Finalmente pudo ser liberado gracias a la actuación en su favor del mismísimo Leon Trostki quien, dicen, se personó en su celda para jugar una partida con él. Finalmente Alekhine consiguió salir del país y encontrar asilo en Francia, donde comenzó una nueva vida.

Cuentan que el mismo Leon Trostki se personó en su celda para jugar una partida con él.

 

En 1927, el genio del ajedrez jugó contra el cubano Capablanca, referencia mundial del juego, por el título de campeón mundial de ajedrez. Nadie apostaba por el aspirante y su victoria fue una sorpresa para casi todo el mundo del ajedrez. El gran Alekhine se coronó como el cuarto campeón mundial de la historia. Después de esto, el jugador ruso dominó el ajedrez a nivel mundial durante mucho tiempo, perdiendo tan solo siete de 238 partidas en torneos entre 1927 y 1935.

Segunda Guerra Mundial
Pero… llegó la Segunda Guerra Mundial. Su entonces mujer era una potentada francesa, que contaba con un castillo en Normandía y, ante el miedo de que los nazis se lo quedaran, decidió colaborar con ellos, escribiendo artículos supremacistas. Firmó un total de seis artículos en los que criticaba a los ajedrecistas judíos, argumentando que había una forma judía cobarde de jugar al ajedrez y una forma aria, agresiva y valiente. A pesar de todo, y de haber participado en torneos de ajedrez nazis en Munich, Salzburgo, Varsovia y Praga, los nazis terminaron saqueando su castillo francés.

Alekhine no sufrió el mismo trágico destino que muchos de sus compañeros judíos. Al finalizar la guerra era una persona física y anímicamente destruida. La revolución rusa le había privado de toda su herencia y la Segunda Guerra Mundial, por su parte, le hizo perder todo lo que había ganado como campeón mundial. “Me han destruido las dos guerras”, fue el título de un artículo que escribió en aquella época.

En 1927 el gran Alekhine se coronó como el cuarto Campeón Mundial de la historia.

En esas condiciones llegó Alekhine a España en 1943, para terminar prácticamente el resto de sus días en el país íbero. Subsistía dando continuas exhibiciones, una tras otra, y alimentando su esperanza con la posibilidad de partir rumbo a América y terminar allí sus días, lejos de la derruida Europa. En esta época, el campeón estaba ya en su ocaso y su conocido alcoholismo hacía estragos en todos los planos de su vida.

Misteriosa muerte
Decidió emigrar a Portugal donde solo, hastiado con su vida, decidió marcharse a vivir al Hotel do Parque, en Estoril. Fue entonces cuando un atisbo de esperanza sacudió su vida: la Federación Británica de Ajedrez contactaba con él para disputar un nuevo título mundial frente a Mijaíl Botvinnik. Comenzó a entrenar duro, a prepararse, a volver a centrarse en el ajedrez… y, cuando menos se esperaba, a los 52 años, apareció muerto en la habitación del hotel.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Alekhine era una persona física y anímicamente destruida.

Las circunstancias de su muerte siguen siendo un tema de debate. Algunos hablaban de infarto, mientras las autoridades aseguraban que había muerto por asfixia, tras atragantarse con un filete mientras cenaba. Sin embargo, esta versión chocaba de frente con las dos fotos que se hicieron del cadáver. Su rictus no parecía ser el de alguien que muere en esas circunstancias.

Además, llevaba el abrigo puesto en el sillón en el que murió. Años después, el médico que firmó la defunción afirmó que fue tiroteado en la puerta del hotel y escrupulosamente preparado en su habitación, algo que tampoco se pudo demostrar. Las voces que defendían esta versión sostuvieron que se trató de un agente encubierto del franquismo trabajando en la sombra.

¿Conocías la historia de Alexander Alekhine? ¿Sabías que su muerte todavía sigue siendo un misterio? No dudes en compartir tus sensaciones con nosotros a través de los comentarios o en alguna de nuestras redes sociales. ¡Nos vemos muy pronto!

Comentarios

  1. Claudio Gómez García de León dice:

    No la conocía, pero muy interesante.

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