Mundo Yold. Raquel Welch o cuando la magnética belleza juega en contra de tu reconocimiento profesional

Raquel Welch acaba una era… ¡la próxima nos espera!

Inés Almendros
19 febrero, 2023

El pasado 15 de febrero fallecía Jo Raquel Tejada, más conocida como Raquel Welch, o todavía más como “El Cuerpo”. Nuestro crítico de cabecera quiere homenajear a esta actriz, cuyo espectacular físico despertó pasiones a la vez que, paradójicamente, le impidió ser reconocida por su talento interpretativo.

La bellísima actriz estadounidense marcó un antes y un después en la historia del siglo XX, tras protagonizar la película Hace un millón de años (Don Chaffey, 1966), por lucir uno de los vestuarios más llamativos de la historia del cine (se supone que en la prehistoria los humanos cubrían sus cuerpos utilizando las pieles de los animales que capturaban). Por muy grandes que fueran los animales prehistóricos, su piel no podía ocultar la exuberante fisonomía de la actriz. Los imponentes animales creados por el maestro de la animación Ray Harryhausen convirtieron a la anodina película en una de las más famosas del siglo XX.

Sin embargo, la historia contará que la actriz detestaba su condición de chica de portada, tanto que contrataba a personas para que retiraran de los quioscos las publicaciones donde aparecía vestida en bikini.

Hace algunas semanas redacté los obituarios de otras actrices tan exuberantes como Gina Lollobrigida, o Anita Ekberg, pero ninguna subió la temperatura masculina como la intérprete estadounidense recientemente fallecida. Sería injusto no mencionar que la belleza de Raquel no era absoluta; algunos fisonomistas le aconsejaron retocarse la nariz, y ella rechazó siempre pasar por las manos de un cirujano estético porque “el cuerpo de una mujer es lo único que nadie le podrá arrebatar, y una auténtica mujer tiene que aceptar tanto sus virtudes como sus defectos puntuales”.

Raquel en Bedazzled

Biografía breve de ‘El Cuerpo’
Raquel nació en Chicago un 5 de septiembre de 1940. Tenía ascendencia española por la parte paterna, e inglesa por la materna. Desde muy temprana edad estudió interpretación, aunque sus primeras apariciones se limitaron al área del modelaje. Sin embargo, su capacidad para mantener su belleza voluptuosa hasta el final de su vida fue lo que la convirtió en una presencia constante en la filmografía del siglo XX, manteniendo su leyenda de mito erótico hasta sus últimos días.

En 1964 debutó en el cine con la película musical Roustabout (Johon Rich) de la mano de Elvis Presley, en la que interpretó a una colegiala. Ese mismo año participó en el rol de prostituta en el filme del mismo director, A House Is Not a Home. En 1965 protagonizó la cinta A Swingin Summer (Robert Sparr), y consiguió transformarse en una sex symbol inmediatamente.

En 1966 actuó en los filmes Viaje alucinante (Richard Fleischer) y Hace un millón de años. En este último, apareció vestida con un escueto bikini de piel que revelaba su escultural figura, por la cual fue llamada ‘El Cuerpo’. También formó parte del elenco de Dispara fuerte, más fuerte… no lo entiendo, (Eduardo De Filippo) junto a Marcello Mastroianni.

En Viaje alucinante

En 1967 encarnó a uno de los pecados capitales, la lujuria, en la comedia Bedazzled (Stanley Donen), y como suele suceder con este tipo de actrices, Raquel fue una de las actrices más aplaudidas por el público, pero ignorada por la crítica profesional. El Globo de Oro conseguido en 1973 por su actuación en una de las versiones de Los tres mosqueteros fue uno de los escasos galardones que obtuvo en su carrera profesional.

Sus herederas más relevantes
Alfred Hitchcock
siempre pensó que “cuanto mejores eran los malvados de una película, mejor era la película”. Lo que está claro es que la filmografía del maestro británico está repleta de personajes malvados.

En mi opinión, un estereotipo de ‘mujer explosiva’ resulta fundamental para que una película tenga éxito. Raquel Welch abanderó el prototipo de belleza femenina durante toda su extensa carrera. No podemos decir que su fallecimiento haya activado la palanca que simbolice el fin de una era, porque se había alejado del primer plano cinematográfico durante los últimos años, pero sí ha devuelto al primer plano de la actualidad que la aparición de una belleza femenina en un filme es casi tan necesaria como un guion o un acertado plantel de intérpretes.

Algunas de las actrices que citaré a continuación se han ganado el privilegio de aparecer en este artículo por su belleza física, pero las auténticas herederas de Raquel Welch presumen también de otras cualidades, como su talento interpretativo o el carisma para representar al género femenino en la ‘fábrica de sueños de Hollywood’.

-Nicole Kidman. Comenzar por la actriz australiana no es baladí. A sus cincuenta y tres años presume de numerosos galardones, entre los que se incluye un Premio Oscar, pero además es productora, cantante de cierto éxito, y firme defensora de los derechos femeninos.

-Hale Berry. A sus cincuenta y cuatro años, ha demostrado que ha superado la etiqueta de ser la primera mujer de color en ganar un Oscar, gracias a estrenar una película en la que aparece como directora, y ser la autora de algunas de las canciones más populares de los últimos veranos.

-Charlize Theron. La elegante actriz sudafricana sufrió, en su juventud, de constantes malos tratos causados por su progenitor, pero cuando comprobó que éste no se conformaba con golpearla, sino que pretendía agredir salvajemente a su madre se enfrentó a él, y acabó con su vida de un certero disparo.

La justicia consideró que fue un acto condicionado por la situación, y no llevó a la joven ante el tribunal. Cualquier otra persona abandonaría una profesión tan expuesta al público, pero Charlize demostró su talento en numerosas películas románticas, y comprendió que si quería ser valorada tenía que buscar un papel alejado de lo tradicional, y lo encontró en Monster (Patty Jenkins, 2003): la sórdida historia de una prostituta que arriesga a su vida por defender a una joven lesbiana interpretada por Christina Ricci.

-Jessica Chastain. Finalizamos con la temperamental actriz pelirroja, que hace una década decidió que protagonizar series y películas de éxito no le satisfacía profesionalmente, así que lejos de conformarse invirtió sus ahorros en producir series de ficción muy comprometidas por los derechos femeninos y la protección del medio ambiente.

Con este pequeño artículo quería demostrar que el recorrido vital de un símbolo para la humanidad no desaparece con su muerte, sino que ésta puede servir de inspiración para que otras mujeres sigan su ejemplo y completen la misión que la primera de ellas se había trazado.

En definitiva, aunque los ojos de Raquel Welch se hayan cerrado para siempre, su ejemplo continuará para las siguientes generaciones gracias a todas las actrices que he citado, que podían haberse conformado con mostrar su belleza ante el objetivo, pero decidieron servir de ejemplo para hacer de nuestro mundo un lugar más acogedor. Raquel, puedes descansar en paz porque tu legado continúa exhibiéndose en la gran pantalla.

Ángel Domingo Pérez

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